Un pequeño adios

- ¿Entonces cuál es la buena noticia?

- Tienes que adivinar – escucho una pequeña risa del otro lado de la línea

- Déjame pensar – realmente me siento mejor al abrir con mi hijo enserio necesitaba escuchar su voz - ¿tienes novia acaso?

- Nooooo mamá ¿Cómo puedes creer eso?

- Tendrás que decírmelo porque soy pésima para las adivinanzas

- Fue elegido como Peter Pan en la obra que preparara la maestra

- Eso es una buena notica serás el Peter Pan más guapo

- Ya empezó “Nueva aventura” adiós mamá” – claro deja a tu madre en el teléfono mientras vas a ver tu caricatura favorita

- Antes pásame a tu hermana

Espero unos segundos en la línea rogando que Alan si me haya escuchado y le pasara el teléfono a Romina

- Hola mamá – me siento tan aliviada al escucharla no recuerdo cuando fue la última vez que hable con ella. Cada vez se me hace más complicado establecer una buena conversación con ella, desde que Adam murió Romi cambio mucho ella era muy unida a su padre y a eso sumarle que ya está entrando a la pubertad

- ¿Cómo estas mi niña?

- ¿Por qué no habías marcado? – exclamo molesta y no la culpo me siento tan tonta al olvidarme de ellos en los últimos días ¿Pero que me está pasando?

- Los últimos días han sido un tanto complicados pero tengan por seguro que se los recompensare

- Solo vuelve pronto – la voz de Romi empezó a quebrarse – ya perdimos a papá no podemos perderte a ti también

- Volveré en dos días para el viernes en la noche ya estaré en casa

Romi me cuelga, debí preocuparla mucho al no marcar en los últimos días. Me he estado preocupando por más cosas en los últimos días que realmente olvide que los más importante son mis hijos.

Cada vez veo más difícil conseguir ese contrato he hablado con Allen más de otras cosas que del propio contrato. Tal vez ni debería esperar dos días mas y debería irme hoy mismo a casa. Tengo que ser sincera no conseguiré ese contrato, lo más seguro es que tampoco haya conseguido el contrato en Italia con el señor Berlusconi.

Me siento tan impotente…

Debería aceptar la derrota.

- Marco – digo cuando escucho que mi llamada ha sido contestado

- Fue difícil ¿no? – escucho decir con un suspiro – nadie te culpara si no lo conseguiste es realmente difícil hablar con ese chico siempre está a la defensiva

¿Defensiva? Allen puedo hacer muchas cosas en mi presencia pero jamás estuvo a la defensiva conmigo o quizás lo hizo y yo nunca me di cuenta.

- ¿Cómo sabes que es difícil hablar con él?

- ¿Cómo no saberlo? Todas las personas que mandamos a hablar con el regresan literalmente estresadas y desesperadas

Puede ser que eso es lo que me ha pasado en los últimos días y por eso estoy tan olvidadiza, pero que excusa tan más tonta acabo de dar.  

- Como sea, pensé en regresar mañana – menciono tratando de olvidarme del tema de lo “desesperante” que puede ser Allen

- Está bien – se escucha un largo silencio al otro lado de la línea

- Marco ¿sigues ahí?

- Para ser sinceros duraste más tiempo de lo que pensé, realmente creí que regresarías en la primera noche

- Tan poca fe me tenías – exclamo esperando una respuesta por parte de Marco

- Regresa a salvo

¿Realmente me colgó?

Es increíble la poca esperanza que tenía Marco en mi pero no puedo culparle no sea equivocado al pensar que no lo lograría.

¿Qué estoy haciendo? Yo sola me estoy menospreciando.

Tengo que irme no conseguiré nada estando aquí.

Miro por la ventana de mi habitación y veo como el sol está ocultándose. Mañana por la mañana me iré de aquí.

****

Esta mañana a primera hora me levante dispuesta a dejar aquel pequeño lugar. Pero me sentía demasiado mal al irme, el dolor que sentía en mi corazón al irme era similar a cuando eres niño y has perdido tu juguete favorito.

Antes de dejar aquel pueblo decidí pasar a un pequeño restaurant que estaba justo enfrente del hotel siempre lo veía por la ventana de mi habitación pero nunca había entrado. Solo pedí una taza de café y unos waffles, comienzo a creer que pasar a desayunar solo fue un pretexto para pensarme mejor las cosas si era mejor quedarme o irme.

Finalmente decidí por irme.

El reloj marcaba las 8:30 am, ya llevaba media hora manejando, aún no he llegado a la carretera principal mi entorno siguen siendo árboles.

Escucho que mi celular comienza a sonar.

- Hola cariño – escucho decir a mi madre - ¿ya vienes en camino?

- Si aún me falta demasiado para llegar

- Ten cuidado al manejar escuche que hoy lloverá

- Descuida mamá si realmente llueve demasiado hoy me quedare en un hotel que este por el camino

- Eso espero a veces es muy complicado manejar con la lluvia – sé que solo dice eso para garantizar que no recuerde esa noche – ¿Cómo vas con tu insomnio?

¿Insomnio? Genial otra cosa de la que me había olvidado pero ahora que lo pienso desde que he llegado aquí no he sufrido de insomnio

- Creo que estar un poco con la naturaleza me ayudo con el insomnio  - digo tratando de encontrar una respuesta a la solución de mi insomnio

- Eso es bueno –escucho un silencio corto en la línea - Tal vez hoy vaya a tu casa

- Está bien pero no les digas a los niños que ya voy de regreso aún no se los digo, quiero que sea sorpresa mi llegada

- Estoy segura que se emocionaran al verte – dice mi madre emocionada - cuida tu recorrido

Ya llevo dos horas al volante solo es cuestión de minutos para que llegue a la autopista y ya no tenga que seguir viendo un paisaje lleno de árboles repetidos.

Comienzo a sentirme mal al recordar que no me despedí del señor Roberto el realmente fue bastante amable conmigo.

Me sumergí bastante en mis pensamientos que no note que la llanta del carro se había ponchado hasta que el tablero del auto empezó a hacer un ruido dando a entender que algo no iba bien con el auto.