¿alguna vez deseaste morir?

Otro problema

Hoy en definitiva tendrá que ser un buen día tomo los papeles necesarios y salgo de mi casa no sin antes despedirme de mis hijos.

- Esta mañana me he enterado de las buenas noticias – escucho decir a Gloria

- Si logro contratar a Leonardo Apraiz será un gran beneficio para nosotras

- Estoy segura que conseguirás ese contrato, tengo que colgar

Al pensar que estoy a pocos pasos de conseguir un mejor puesto me hace sentir mejor ahora lograre brindarles un futuro asegurado a mis hijos. Lo único que me preocupa es el saber a quién tendré que ver para asegurar ese futuro.

Cuando llego al lugar tomo el portafolio y salgo del auto, me sorprendo al notar que es una cafetería. Trato de caminar lo más tranquila posible pero la verdad es que estoy emocionada, asustada y nerviosa.

- Licenciada Dábalos – escucho que alguien me llama detrás mío - ¿coincidencia que ambos lleguemos al mismo tiempo?

- Señor Apraiz – digo al voltearme y ver al hombre que se supone tendría que ver adentro

- Tiempo sin vernos Allison – 3 años para ser exacta – creí que habíamos creado la suficiente confianza para hablarnos de tu

En definitiva ya habíamos creado la suficiente confianza para hablarnos de tu pero me es incómodo hacerlo después de tanto tiempo.

- ¿Cómo has estado Leonardo? – logro decir después de un tiempo

- Muy bien gracias por preguntar – responde con sarcasmo – deberíamos entrar – dice al abrir la puerta y extender su mano para que yo pase primero

Al entrar me llevo una gran sorpresa al notar que la decoración del lugar es igual a la cafetería “the life” que tenía Allen…

Hace tiempo que no pienso en él.

- Deberíamos sentarnos haya – señala Leonardo una mesa en medio de la cafetería

Al llegar a la mesa Leonardo me ofrece la silla para que me siente.

- ¿Cómo están tus hijos? – pregunta recargándose en la silla

- Están bien gracias por preguntar – me quedo en silencio un largo tiempo - ¿Y Fabiola como esta? 

- Estudiando su madre se empeña a meterla a tantas clases extras como puede – contesta - ¿sabías que ella y tu hija ya no son amigas?

No, no lo sabía pero antes que pueda contestar un mesero se acerca a nosotros.

- ¿ya saben que van a ordenar? ¿o prefieren ver la carta? – dice el mesero mientras saca su libreta

- Por el momento solo tráenos un americano para mí y para ella un Mocca helado – aún se acuerda de mi café favorito

- En seguida les traigo su orden – y con eso se retira el mesero

- Fabiola me hablo de este lugar – expresa con una sonrisa – aunque es un poco anticuado para mi gusto

- ¿Por qué nos reuniéramos aquí? – indago para tratar de descifrar lo que pasa por su cabeza – tú mismo lo dijiste este no es tu estilo

- Quería que este reencuentro fuera casual

- Sabes que venimos a hablar de negocios – exclamo ante su notoria distracción del tema principal

- Corrección – dice levantando el dedo índice – tu vienes a hablar de negocios yo solo vengo a verte

Si de algo tenía fama Leonardo era de ser un Don Juan y eso estaba más que claro con sus 3 divorcios a sus 40 años.

- Aquí está su orden – dice el mesero colocando frente a nosotros el café  antes de retirarse

- ¿y cómo llevas el ser madre soltera?

- Hablemos del contrato

- Lo firmaré – eso es grandioso trato de disimular mi emoción – pero con una condición – demasiado hermoso para ser verdad

- ¿Cuál? – pregunto tratando de sonar lo más seria posible

- Quiero que alguien más se nos una – se inclina sobre la mesa levantando una ceja – Isabel García

Esto debe de ser una broma ¿acaso lo está haciendo al propósito?

- Debo consultarlo con mis superiores

- Perfecto – se levanta de su silla – desgraciadamente tengo que retirarme - busca en su cartera una tarjeta que desliza en la mesa para mí – espero tu llamada

No puedo creer lo que está pasando. Después de que Leonardo se fuera no tarde mucho en hacerle una llamada de Marco.

- ¿y bien? - obviamente me dirás que aceptemos todas sus condiciones

- Aceptará, pero quiere que a Isabel García en el equipo – suelto sin mas

Marco se queda en silencio un tiempo pero no importa cuanto lo piense terminara por aceptar la condición de Leonardo.

- Hagámoslo – lo sabía - acepta su condición

- Se lo diré cuanto antes

- ¿acaso ya no está contigo?

- Tuvo que retirarse pero hoy mismo me encargo de que firme ese contrato

 Al parecer no puedo recibir una buena noticia en los últimos días.

- ¿Días difíciles? – escucho que alguien pregunta detrás de mí. Me es inevitable sorprenderme al reconocer a la persona que le pertenece la voz.

- ¿Allen? – cuando logro voltearme él estaba ahí con esa sonrisa que tanto lo caracterizaba

- Pensé en venir a la ciudad – dice sentándose en la silla donde estaba Leonardo hace un momento – hoy en día las cafeterías se están poniendo más de moda

Trato de pensar en cómo seguir con la conversación pero me es inevitable, estoy tan sorprendida y emocionada a la vez.

¿Él está aquí solo? ¿Habrá venido el señor Roberto? ¿Aún tiene su otra cafetería?

Tengo tantas preguntas que no se por cual empezar.

El mantiene su mirada fija en mí, había olvidado lo hermosos que son sus ojos.

- ¿el señor Roberto está aquí?

- No podría hacer todo esto sin el

Dirige su mirada detrás de mí y veo al señor Roberto atendiendo una mesa, cuando nota que lo estoy mirando el me saluda haciendo un ademan con su mano le correspondo el gesto con una sonrisa.

Ver a Allen aquí junto con el me hace sentir mejor.

- Espera – añado girándome nuevamente hacia Allen – si estás aquí significa que ¿ya venteras el terreno?

Pregunto emocionada.

Lo más seguro que si sea así, si él está aquí significa que…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.