Aliados

2 - Alara – 1

Tori estaba sentada en el medio del patio mientras Juna intentaba ocultar su presencia en la distancia. La pequeña padawan tenía los ojos cerrados y estaba completamente centrada en sus sentidos. Se puso de pie de un salto para ir en busca de Juna, que apenas había podido esconder su presencia. Esta estaba detrás de una de las columnas y los jedis que pasaban cerca la estaban ignorando por completo. Alara no quería salir de Karastros, pero ya tenían trabajo para hacer. Estaba sentada mirando a sus padawans entrenar cuando fue sorprendida por la presencia de Cen. Este caminaba hacia ella revisando todo con asombro. El hombre se detuvo a su lado sin decir una palabra, ya que no quería interrumpirlas.
“Buenos días, Cen. No te esperaba un día antes.” Dijo pensante Alara.
“Necesitamos un día de mantenimiento, maestra…” Dijo pensante el capitán.
Tori estaba buscando a Juna con sus ojos cerrados y caminaba lentamente por el patio.
“Su entrenamiento es muy peculiar…” Agregó pasmado.
“Estamos entrenando nuestros sentidos.” Dijo divertida Alara. “Supongo que parece que estamos jugando a las escondidas… Juna está usando su habilidad para ocultarse.
“¿Juna?” Preguntó mientras Alara usaba su mano para apuntarle a su padawan. “¿Siempre estuvo ahí?” Agregó asombrado.
“Somos sombras, podemos ocultarnos usando la Fuerza.” Dijo de memoria Alara. “Ella es mi nueva padawan, todavía nos estamos conociendo.”
“¿Todos ustedes pueden hacer eso?” Preguntó con curiosidad el capitán.
“Todos tenemos habilidades distintas, Cen. Ella es como yo o como Shin… Aunque tu sobrino era un caso especial.” Respondió sonriente Alara.
“Ah, conocí a un rodian recién… Resulta que era amigo de Shin. Me dijo que podía hacer esto mismo…” Dijo asombrado Cen.
“Shin lo hacía sin pensar… Cuando le enseñé mi técnica era difícil de ver. La última vez que lo vi era indetectable…” Dijo apenada Alara.
“Son extraños, maestra.” Dijo pensante Cen. “Mi gente ya está ocupándose de la nave, mañana partimos…”
“Entendido.” Dijo pensante Alara.
Tori encontró a Juna para tomarla de la mano y gritar su nombre mientras saltaba.
“¡Maestra!” Gritó la padawan mientras arrastraba a Juna hacia ella. “Encontré a Juna.”
“Buen trabajo, Tori.” Dijo divertida Alara. “Deberías concentrarte en tu técnica, Juna. Tori te sintió cuando bajaste la guardia.”
“Lo sé…” Dijo ofuscada la padawan mientras miraba a Cen.
“Este es el capitán de nuestro transporte, Cen Karadin.” Dijo de pronto Alara.
“Mucho gusto.” Dijo pensante el capitán. “Syo me recomendó un mirador, pero ya estoy perdido…”
“Tori va a llevarte.” Dijo divertida Alara. “Te encargo a Cen, Tori. Los esperamos en el comedor.”
“Por aquí, capitán.” Dijo con energía la padawan.
Juna se acercó para verlos partir.
“¿Qué tenemos que hacer, Alara? El mensaje de Ch’Chok era bastante… difuso.” Dijo con seriedad.
“Tenemos que escoltar a un grupo de políticos hasta Anaxes.” Dijo pensante Alara. “Ya están siendo custodiados por Thirin en este momento, pero necesita apoyo.”
“Entendido… ¿Dónde están?” Preguntó con curiosidad la padawan.
“En Kalee, estaban negociando para echar al Imperio de su planeta… Tienen miedo de que los ataquen, parece que los kaleesh no quieren demasiado al Imperio.”
“Supongo que es nuestro deber…” Dijo pensante Juna.
“¿Qué te preocupa?” Preguntó con curiosidad Alara.
“No lo sé, siento que estas misiones son en vano…” Dijo pensante Juna. “¿No deberían poder protegerse ellos mismos?”
“Puede ser… El Imperio es excelente para atacar desde las sombras, Juna. Ningún escuadrón de la República puede lidiar con un grupo de siths.” Respondió pensante Alara.
“Eso lo entiendo, pero parece que esto es algo regular que todos ignoran.” Dijo pensante Juna. “Esta guerra fría… es así.” Dijo pensante Alara. “Shin pensaba lo mismo que tú, pero… Tú no has vivido lo que nuestros amigos de la República han vivido, Juna. La guerra no es algo que deberíamos tomar a la ligera.”
Juna la miró pensante.
“Por eso hacemos estos viajes…” Dijo pensante Alara. “Por eso visitamos a nuestros amigos en naves de la República, por eso visitamos a nuestros amigos en las embajadas de la República...”
“Esto es estúpido, Alara…” Dijo ofuscada Juna.
“La verdad es que sí.” Dijo pensante Alara. “No queremos hacer que todo esto estalle… La verdad es que las pequeñas escaramuzas entre la República y el Imperio son… débiles comparados con la guerra.”
“He estado pensando desde que hablamos el otro día y creo que el Imperio está preparando algo para ganar la guerra de un solo golpe…” Dijo al aire Juna. “Ellos mismos vinieron con el Tratado… Estoy segura de que tienen intenciones oscuras.”
“Tenemos esa hipótesis…” Respondió pensante Alara.
“Mi maestro creía eso también, por eso estaba obsesionado con su misión… Ahora nadie está protegiendo a la República de esa arma destructora de planetas…” Dijo pensante Juna.
“Hemos puesto a un equipo en el asunto, Juna…” Dijo pensante Alara. “No sé qué va a pasar con eso, esperemos que la encuentren o que sea un engaño… De todas maneras, yo siento que estamos ignorando algo, pero no estoy segura de que sea algo militar.”
“No quiero ni pensar cómo podrían a llegar a actuar los sith bien organizados, Alara… Históricamente siempre se han matado entre ellos.” Agregó ofuscada la padawan.
“Eso es lo nuevo…” Dijo pensante Alara. “Deberíamos ir hasta el comedor, Juna… No quiero que te quejes de que no te alimento bien.”
“Por suerte tenemos un gran cocinero en el templo…” Dijo al aire Juna para seguir a su maestra.

Alara estaba mirando al copiloto tocar prácticamente todos los botones de su tablero para que la nave entre en la hiperlane. Cen estaba mirándola con curiosidad mientras Deto se giraba hacia ellos. La nave de Cen era muy silenciosa y surcaba el espacio con serenidad.
“¿Tienen noticias del Imperio? Yo sé que ustedes no trabajan allí, pero estoy segura de que deben haber escuchado algo.” Dijo pensante Alara.
“Todo lo que escuché parecen patrañas…” Dijo al aire Deto. “Parece que ya no son racistas y por lo que escuché están… aboliendo la esclavitud.”
Alara lo miró sorprendida.
“Yo hice esa misma cara…” Dijo ofuscado el duros. “Militarmente tengo entendido que están fabricando unos extraños androides…”
“Yo escuché sobre ellos, dicen que son infalibles.” Opinó pensante Cen. “Tengo entendido que son parecidos a QI-07…”
“¿Por qué pregunta, maestra?” Preguntó con curiosidad Deto.
“Necesitamos más información de este tipo y nuestras fuentes son… escasas.” Respondió con prestancia Alara. “Estamos intentando tener un panorama más real de lo que pasa en el Imperio, ellos saben absolutamente todo sobre nosotros…”
“Entiendo.” Dijo pensante Deto. “Hace mucho que no piso espacio imperial…”
“Es mejor no hacerlo.” Dijo pensante Cen. “Tienen demasiados mercenarios bajo su poder y no puedes confiar en nadie.”
“Esos mandalorianos parecían peligrosos…” Dijo al aire Deto. “Por suerte eran dos…”
“¿Dos?” Preguntó al aire Alara. “¿Mordo y Shia?”
“¿Los conoces?” Preguntó sorprendido Cen.
“Shin y yo lo capturamos hace un tiempo…” Dijo pensante Alara. “Voy a tener que hablar con mi contacto en el SIS.”
“¿Shin?” Preguntó sorprendido Cen.
“Sí, tuve que pelear con Mordo mientras él escoltaba a nuestra protegida.” Recordó pensante la jedi. “Shia terminó con un contenedor sobre ella…”
Cen sonrió divertido.
“Impresionó a varios en el SIS, desde ese día lo empezaron a para ayudar en diversas misiones…” Dijo apenada Alara.
“Nunca imaginé que podría llegar a ser esa clase de… jedi.” Dijo pensante Cen.
“Cuando empecé a entrenarlo estaba segura de que iba a ser un rebelde.” Dijo sonriente Alara. “Estaba muy equivocada…”
“Siempre tuvo ese aire a rebelde, pero su madre lo ha mimado demasiado…” Dijo divertido Cen. “Shintou tenía esa misma… presencia, resultó ser un hombre de familia.”
“Shin también era un hombre de familia…” Dijo apenada Alara.
“No sé qué significará eso siendo un jedi.” Opinó al aire Deto.
“Somos una gran familia…” Dijo pensante Alara. “Shin siempre se tomaba el trabajo de ayudar a quien lo necesitara, sin importar represalias…”
“Vatse me dijo lo mismo…” Dijo pensante Cen. “¿Su misión es secreta? No me has dicho nada.”
“No es secreta, tenemos que visitar Kalee para luego volver hasta Anaxes.” Dijo pensante Alara. “Está tenso el clima político en planeta… ya que tanto el Imperio como la República quieren anexarlos.”
“Esos kaleesh son extraños…” Dijo al aire Deto. “Y esas máscaras me quitan el sueño…”
“Son grandes guerreros y tienen algunas prácticas extrañas… ¿Recuerdas as Rakil? Su rifle disparaba… balas.” Dijo divertido Cen. “Hizo un par de agujeros en nuestros blancos…”
“Lo recuerdo…” Dijo al aire Deto mientras se giraba hacia sus controles.
“También usaba una lanza.” Agregó distraído el capitán.
“Conocí a uno en Coruscant cuando era aprendiz, ahora es un Caballero…” Dijo pensante Alara. “Gracias por la información.”
Alara se despidió para caminar hacia el hangar, saludó al médico por el camino para terminar mirando a Tori y Juna meditar. Ambas estaban siendo observadas por un jawa. Su nombre era Pirbit y los miraba con curiosidad sentado en unas cajas. Luego de saludarlo, se sentó entre ellas para intentar meditar, pero parece que su presencia había llamado la atención de Juna.
“Creo que esto es una de tus debilidades.” Dijo divertida Alara.
“Prefiero moverme…” Dijo apenada la padawan. “Tori es asombrosa…”
“Encuentra su centro con facilidad.” Dijo pensante Alara. “Solo faltan dos de los tripulantes.” Agregó mirando a Pirbit.
“Pirbit está espiándonos desde que nos sentamos.” Dijo pensante Juna.
“Nosotras estamos en su cuarto.” Dijo divertida Alara. “Tenemos que estar agradecidas.”
“¿Puedo tener una nave?” Preguntó de la nada Juna.
“Puede ser, no sé si podría pilotear una nave como esta…” Dijo al aire Alara. “Me siento indefensa cuando no estamos en tierra firme, pero tus calificaciones en el simulador no son buenas.”
“Shura no se olvidó de nada…” Dijo ofuscada Juna.
“Siempre puedes practicar en el simulador con Tori, ella es una gran piloto.” Dijo sonriente Alara.
“¿Cen es familiar de Shin?” Preguntó sin cuidado la padawan.
“Sí, su tío…” Dijo apenada Alara. “¿Conoces a Lyrian? Él solía ser nuestro piloto…”
“Lo he escuchado nombrar en el templo…” Dijo pensante Juna. “¿Por qué te cuesta tanto hablar de él?”
Alara la miró apenada.
“Lo extraño todos los días…” Respondió mirando a Tori. “No sé si sabes, pero… Shin murió para protegerme.”
“Mi maestro me contó un poco, pero… él estaba seguro de que Shin eligió salvarte.” Dijo con seriedad Juna. “Ya no puedes hacer nada por él, solo resta que hagas que su sacrificio no sea en vano.”
“No lo sé, cada vez que recuerdo el momento… Siento que ha muerto por mi culpa.” Dijo apenada Alara. “Tampoco lo había tratado demasiado bien antes del… incidente.”
“Yo… no tengo las mismas opiniones que mi maestro sobre Shin, lo que siempre sentí fue envidia…” Dijo apenada Juna. “Recuerdo el día que llegó al templo y al cabo de una semana estaba entrenando con Nasha y Thirin, aprendiendo echani con Elen como si fuera fácil. Años estuve entrenando con ella sin poder más que lanzar un puñetazo de la manera apropiada…”
Alara sonrió divertida.
“Por eso me siento una farsante, Juna… Cuando se enfocaba en algo nada podía detenerlo, todavía recuerdo cuando aprendió bakuuni en nuestro cuarto en una nave de la República, solo porque me había visto pelear con un mandaloriano.”
“Otra cosa que me daba envidia…” Dijo al aire Juna. “Me dio unos cuantos consejos sobre mis… habilidades.”
“Lyrian tenía una nave exactamente igual a esta…” Dijo al aire Alara. “Shin la reparó un par de veces junto a Chup cuando viajábamos con ellos.”
“¿Su tío sabe que…?” Preguntó apenad Juna.
“Yo mismo se los dije, nos conocimos en Kyros-4… En el funeral de Lyrian tuve la oportunidad de convencerlo para que trabaje con nosotros.” Dijo pensante Alara.
“Debe haber sido difícil…” Dijo apenada Juna. “No sé qué estará haciendo mi madre en estos momentos…”
“¿Tienes familia?” Preguntó con curiosidad Alara.
“Madre y hermana mayor, ambas son ingenieras…” Dijo con seriedad Juna. “Madre estaba feliz cuando me reclutaron… ¿Y tú?” Preguntó de repente.
“Tenía familia, hermano… padres… Un sith los…” Dijo apenada Alara.
“No quería revolver el pasado, Alara.” Dijo apenada Juna.
“No es problema, hace mucho que no hablaba de eso.” Dijo al aire Alara. “Solía vivir en Dromund Kaas. Cuando apareció ese… sith mis padres me ayudaron a escapar, ahí descubrí mis habilidades, todavía no sé cómo no me encontraron. Recuerdo caminar entre las patrullas de la calle siendo ignorada… La primera persona que me vio fue Syo, ese día me convertí en jedi.”
“Vatse me dijo que tu descubriste a Shin… me gustaría escuchar esa historia.” Dijo pensante Juna.
“Yo también.” Dijo divertida Tori. “No quería espiarlas…” Agregó apenada.
“No te preocupes, Tori…” Dijo sonriente Alara. “Recuerdo ese día como si fuera ayer, Kyros-4 era una bola de hielo desde mi nave…”
Alara estaba extrañando a Shin, pero ahora podía recordarlo con una sonrisa.



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Editado: 10.06.2023

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