Elizabeth siempre sintió que al mudarse a un pequeño pueblo, tendría días increíblemente tranquilos, al grado de llegar al aburrimiento, pero con solo horas en aquel pueblo supo que podría estar equivocada, lo que ella no pensó es que tal vez se volvería más interesante.
Ella no lograba comprender lo que ocurría, una cosa era soñar con alguien y otra es tenerla enfrente.
— Tú —fue lo primero que salió de los labios de aquella joven, ella intento acercarse pero Lizzie le indico que no lo hiciera
— Esto debe ser... —balbuceo, ella trataba de encontrar alguna razón lógica ara lo que sucedía, pero no encontraba ninguna que tuviera claridad— debo estar soñando si eso
— Al parecer no estás soñando —le contesto ella esta vez sin poder ocultar su emoción, aquella joven lleva meses sin que alguien pudiera oírla y ahora no solo la oían, también la veían— tu eres la chica del bosque
— No, no, no está pasando —ella sabía que si estaba pasando pero si se lo seguía repitiendo tal vez algo cambiaria
— Eres tu —siguió diciendo aquella joven, que también estaba confundida, nadie está preparada para algo después de la muerte— pero ¿cómo puedes verme?
— Porque este es un sueño, estoy segura —Lizzie empezaba a sentirse mareada, esto la estaba alterando más de la cuenta
— No es un sueño créeme —le aseguro
— Entonces me estoy volviendo loca —ella se movió del lugar en el que estaba para sentarse en el sofá, Alice intento seguirla, pero inmediatamente ella hizo señas de se detuviera— no te acerques
— Sabes que no me iré, no sé qué está pasando pero tú estás viéndome y escuchándome —Alice se sentía emocionada, estos meses estaba atrapada en un bucle temporal, todos los días eran igual hasta la noche anterior— eso ha sido lo más cercano a contacto humano que he tenido desde hace meses
Lizzie quedo en total silencio, aquello le sorprendió, no quería preguntar pero era algo que no podía evitar
— ¿A qué te refieres? —pregunto algo aturdida
— A que nadie más que tu puede verme —eso la confundió más, Alice medito un poco en decirle— estoy muerta y tú eres la única que puede verme
— Eso es...
— Imposible —le interrumpió ella con tono molesto— créeme llevo meses viviendo cosas imposibles, creo que puedes ayudarme
— Ni hablar solo esfúmate —dijo ella saliendo de la estancia para no verla, quería que se fuera, aquello era demasiado para ella— vete o lo que sea
— Ni siquiera se hacer eso —le explico a Lizzie algo irritada, por su actitud, ella simplemente quería hablar con alguien, aun así sabía bien que era mucho para cualquiera
— ¡Solo vete! —Grito aquello como último intento, lo cual funciono como en un abrir y cerrar de ojos ella ya no estaba
Por fin pudo respiras un poco más, intentaba olvidar lo ocurrido pero le era imposible, ver gente muerta solo ocurría en películas o lo oías en relatos exagerados de alguna amiga excéntrica, y aun así ella lo estaba viviendo, todo eso. Muy en el fondo sabía que esto era solo el inicio, todas las ideas que tenía la estaban volviendo loca, así que trato de despejarse y tomar una ducha.
Lizzie se sentó en su cama para tratar de escribir un poco, luego de aquel momento no volvió a oír nada extraño ni tampoco volvió a verla, aun así se sentía extraña, insegura en su propia casa, para intentar calmarse pensó en ir por un café, pero el simple hecho de pasar por ese lugar le parecía aterrador. Un tintineo le saco de sus pensamientos, al darse cuenta que estaba recibiendo una vídeo llamada de su hermano.
Al contestar vio a su pequeño hermano con una gran sonrisa, parecía agotado y al parecer aun trabajaba, al verlo con su uniforme de policía
— Hola hermanito— ella trato de sonreírle para evitar que él notara que estaba tensa— ¿Cómo estás?
— Hola linda —saludo él con una enorme sonrisa— muy bien ¿Y tú?
— Bien gracias, hermano —Algo dentro de ella se sentía aliviada al hablar con su hermano, pero otra parte de ella se preocupaba por su hermana — ¿Oliver haz hablado con Alison?
— Nada en absoluto —dijo este un poco intrigado, que ella preguntara por su hermana mayor era nuevo para él— ¿Y tú con papá?
— Estas jugando —dijo entre divertida y molesta, su padre jamás aceptaría que ella hiciera su vida como él quisiera— con suerte me habló antes de venir y fue para intentar convencerme de que me quedará
De pronto un sonido extraño se escuchó en la cabaña, al parecer Alice había vuelto de alguna forma
— ¿Hermana estás bien? —Pregunto este con tono preocupado— te noto tensa
— No es nada hermanito, lo prometo —ella le volvió a sonreír, que le podía decir "Oye hermano existen los fantasmas"
— Sabes que me preocupas ¿verdad? —este parecía está preocupado por ella, más de lo usual— irte tu sola, los pueblos pequeños son igual o más peligrosos que las grandes ciudades
— Tu siempre viendo el lado malo —ella intento no darle importancia a su comentario, o más bien intentaba evitar su preocupación
— Tengo que hacerlo es mi trabajo —este contesto con mucha seriedad se notaba molesto, más bien alterado— Estoy en el caso de una mujer asesinada
— ¿Otra desconocida? —aquello no era nada nuevo, desde hace dos años su hermano trabajaba en homicidios, y los casos de victimas desconocidas eran frecuentes
— No todas tienen suerte de llegar vivas a casa —comento este con amargura— lo malo es que a pesar de intentarlo todo no siempre se puede hacer justicia
— Tu trabajo nunca ha sido fácil —le aclaro ella, intentando darle animo
— No hermanita, si no encontramos nada de esta joven —dijo este con pesar, y algo de tristeza— será enterrada como desconocida, algunas ni eso tienen
Lo último mencionado por su hermano, le retumbo en su cabeza, "Algunas ni eso tienen", de pronto la fotografía de Alice apareció en su mente
— Hermano, lo siento mucho debo irme —debía encontrar a Alice, hacer que vuelva de alguna forma