El camino hacia la enfermería se me hace muy largo. Las otras veces que he pasado por allí no se me hacen tan tortuosas y dolorosas como esta. Ally, la chica que me golpeo y yo comenzamos a tener una conversación. Con muy pocas personas puedo tener una conversación, especialmente con quienes no tengo una relación o no conozco desde hace tiempo.
A pesar de ser desconocidas, ella me transmite buenas vibras. Es cómo cuando sabes que una persona es "buena" por como se expresa y por la tranquilidad con la que habla.
—¿Por qué estabas tan enojada? — Pregunto. Me separo un poco de su agarre y me limpio un poco de sangre que me estaba llegando a la boca.
—Es difícil de explicar. —Responde y toma un poco de aire para seguir caminando. —Son muchas cosas, pero en especial fue porque la profesora no me dejo participar en la clase de deportes y ahora tendré que hacer un trabajo o algo, todo por culpa de una mentira por llegar tarde.
—¡Oh! Entiendo y que piensas hacer ahora.
—No lo sé y por el momento no le daré mucha importancia. De hecho no me importa. Preocupémonos ahora por tu herida y que no te desangres.
—No es nada. —Declaro un poco tímida, aunque si me duele un poco. —Solo es pequeña herida, ni siquiera dejará cicatriz.
—Podemos verlo por el lado positivo.
—¿Ah, sí? ¿Y cuál sería el lado positivo de un sangrado por un golpe de un balón?
—Podrías crear muchas historias si te queda una cicatriz. Como que fue cuando te peleaste con unos ladrones y ellos terminaron escapando porque les diste mucho miedo—Suelta una sonrisa mientras sigue inventando más historias. —También puedes decir que fue una cortada que te hizo un asesino que intento matarte o algo así.
—Sería más fácil decir que me corte golpee con una repisa de la cocina, pero muy buena imaginación. —Ruedo los ojos. —Yo prefiero no tener que imaginar cosas así.
—Serán buenas anécdotas para contarles a tus familiares o a tus amigos.
Me quedo en silencio y me fijo que ya llegamos a la enfermería. La enfermera no dejo pasar a Ally conmigo a revisarme según por protocolo. La enfermera no me hizo nada, solo me dijo que tuviera más cuidado por donde iba y que tomara un antiinflamatorio. Ni siquiera me pudo dar uno ella.
Al salir me doy cuenta que Ally está moviendo sus piernas impacientemente, esperándome sentada y escribiendo algunas cosas en un cuaderno.
—Qué pésimo servicio de enfermería tienen aquí. —Anuncio para que se dé cuenta de que ya salí.— La enfermera solo me dijo que me cuidara y que tomara pastillas para el dolor, no me examino ni nada, ni me dijo te quedan 2 días de vida o algo. —Subo mi tono de voz para qué la enfermera escuche. —No sé para qué volver a venir aquí.
—Lo sé. —Ally responde y se levanta del suelo. —Los institutos suelen tener pésimas enfermerías o ni siquiera tener alguna. —¿Ahora como sabremos si tienes un día o dos de vida?
—Ja, ja, ja. Muy chistosa. —Me sobo lentamente la nariz y tomo un poco de agua de la botella.—Todos los servicios de enfermería son muy malos, eso lo sé, Pero al menos me hubiera recetado un medicamento
—Es la perfecta excusa para pelear. —Lleva su mochila a la espalda y muestra una sonrisa picará. —Vamos enseguida a romperle la cara al director y exigirle que mejore las instalaciones de este instituto. —Su mano forma un puño. —Tan caras que son las matrículas y no tenemos una buena enfermería, cuando lo golpee no tendrá una enfermería a la que ir.
La miro sorprendida por su actitud y me quedo paralizada.
—No es ninguna excusa, las personas necesitamos mejor atención médica... ¿Estás hablando en serio sobre golpear al director?
—Claro que no. Solo era un chiste. ¿Tal vez si era verdad?
—Pues prefiero creer que fue un mal chiste y no harás que nos expulsen. No puedo tener una expulsión en mi registro escolar.
—Todos hemos hecho algo malo alguna vez.
La miro y niego repetidamente con la cabeza.
—Mentira, algo malo has de haber hecho. —
—No, no soy de las personas que le gustan meterse en problemas.
—Pues ya me conociste y ahora te corromperé para que hagas algo malo. —Recoge su cabello y se hace un moño. —Algún día harás algo malo y yo estaré para hacer algo aún peor. Podría culparte por lo que yo haga, pero eso lo veremos.
—Si tú lo dices. —Ignoro sus palabras y saco mi teléfono del bolsillo del pantalón para ver la hora. —Deberíamos ir entrando a clases, ya sonó la campana para el cambio y no queremos llegar tarde a ciencias.
—Espera un momento... Como sabes que tengo ciencias en la siguiente clase. ¿Me estabas espiando?
—Te diste cuenta muy tarde. Ya sé hasta donde vives —Sonrio y le muestro una foto de mi horario. —Compartimos esa clase y sé quien eres porque era la chica que siempre falta a clase y el profesor pregunto si te habías retirado.
—Falso. —Finge cara indignación. —Yo sería incapaz de faltar a alguna clase, pero ya que lo sugieres no deberíamos entrar.
—No sugerí eso. Lo siento, pero yo si voy a entrar.
—Vamos entonces. —Frunce los labios.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión tan rápido?
—Que tal vez no quiero una demanda por daños de tu parte. También porque solo me queda una falta a clases de ciencias. Ya tengo 6 y la dejaré para otra ocasión importante.
Al caminar hacia el salón hablamos de algunas cosas. Nos vamos relacionando un poco más.
—¿Cómo te va en general en los estudios?—Pregunto, ya que hace rato la vi escribiendo algo en una libreta.