Ally y Sally

IV. Responsabilidad y sangre

Ally se sienta cómodamente en el sofá a descansar. Pienso que va a sacar un libro, apuntes o algo para adelantar parte de la tarea, pero no hace nada de eso. No debí pedirle que trabajamos juntas, probablemente sea otra chica que me va a dejar todo el trabajo a mí.

—¿El trabajo es un poco largo, no crees?— Digo acomodándome en la mesa, y haciendo ruido con una silla para que me tome en serio.

—Pienso lo mismo, no sé porque al profesor se le da por poner trabajos tan largos. —Frunce el ceño y recoge su largo cabello negro hacia arriba. —Probablemente, no vayamos a terminar, como si fuera tan rápido buscar información.

Ally se levanta, se sienta en el sofá y estiras sus brazos hacia los lados. Se podría estar acomodar para ayudarme. Pero primero es más importante sacar unos audífonos su mochila. Pasa la almohada a la parte de la espalda.

Me enfoco en releer el archivo que mando el profesor mientras estábamos en la clase. Hay muchos temas a elegir, entre ellos medio ambiente, genética, crisis ambiental, deforestación y también está la opción de hacer un tema de nuestro gusto personal.

—¿Qué tema te gustaría que hiciéramos? —Inquiere y reviso mis apuntes

Ally decide por fin hablar sobre el trabajo, aunque pensé que no estaba interesada.

—Me llama la atención el medio ambiente. —Respondo mientras ella se acomoda un audífono hacia un lado para poder escucharme.

Nos tomó casi 20 minutos definir un tema que nos gustara a ambas. Cuando a ella le parecía bueno algún tema, a mí no me llamaba tanto la atención o me parecía un poco sin sentido y a ella mis ideas le parecen muy aburridas.

—También me gusta, pero quiero escoger otra cosa. —Pasa sus dedos por la sien y mira arriba buscando una idea. —Me gustaría un tema, no sé... relacionado con los animales y su extinción o algo así.

—Me gusta, es interesante e importante —Respondo rápidamente, no está nada mal la idea que acaba de dar y necesitamos terminar.

—¿En serio? —Esboza una sonrisa rápidamente. —Dije lo primero que se me vino a mi mente.

—¿Lo primero que se te vino a tu mente fue eso? Antes habías dicho varias cosas sin sentido.

—Puede ser. Me gusta casi cualquier animal en el mundo.

Sonríe y empieza a mostrarme más de 20 fotos de su perro, Lop, un perro que adoptó cuando estaba más pequeña. Un Jack russell o algo así. Tiene manchas naranjas distribuidas por todo su cuerpo.

—Deberías venir a ayudarme y terminamos rápido el trabajo.

Ella me ignora y empieza a cantar.

—Yo ya quiero descansar. Hice un gran esfuerzo mental para dar la idea.

—En teoría no hemos hecho nada. —Giro con la silla para buscar un libro que estaba en unas de las repisas de mi madre.

—Yo si descansaré. Te invitaría a mi sofá, pero está un poco amargada, eso dañaría mi paz y mi ambiente musical.

—¿O sea tu sofá? —Hago cara de indignada y volteo los ojos hacia ella.

—Sí, de ahora en adelante este será mi sofá, tú tienes tu cama y yo tengo este sofá. —Muestra una pequeña sonrisa. —La cama aún no será mía, pero pronto hasta te correré de ella.

—Está bien, es tu sofá, pero no lo ensucies, a mi madre no le gustaría que se ensucie y luego me tendré que ganar sus regaños.

—No lo haré, en dado caso que pase será sin querer. Yo podría decirle que fuiste tú quien lo ensucio.

Me rindo, no puedo trabajar si Ally me está desconcentrando cada vez que habla o con la música que aunque está en los audífonos hasta acá puedo escucharla.

Ahora que recuerdo. Su nombre y el mío se parecen, algo muy raro.

Normalmente, no soy de dejar mis trabajos para último momento, siempre trato de hacerlos o adelantarlo el mismo día que los dejan, pero luego del estrés en el instituto del día de hoy podría tomarme mi tiempo para descansar.

Joe estuvo intenso en el almuerzo preguntándome consejos sobre como conquistar a la chica que le guste. No pude contestarla nada, pero siguió preguntando y tuve que darle consejos que nunca he usado.

—Puedo ir al baño. —Me interrumpe ella antes de terminar de hablar.

—Sí, pero tiene un precio. — señaló el pasillo. —Al fondo a la izquierda está uno.

No tuve tiempo de preguntarle a Ally si quería algo de comer, pero igual hice palomitas porque mi estómago si está gruñendo.

—¿Qué estás leyendo? —Pregunta mientras yo tomo una palomita.

La miro seriamente abriendo los ojos

—Sobre un trabajo que me dejaron.

—¿Qué interesante, quieres un poco de ayuda o algo así?

—Si gustas. —Separo una silla de la mesa para que se siente. —Si eres tan amable. Podría ayudarme.

—Sí, me gusta ese tono de voz. Es mucho más cálido y me agrada. —Sonríe y se sienta.

—No te acostumbres.

—Ya dije que me gusta como hablas. Así transmites más paz en el ambiente.

—Quieres. —Le ofrezco palomita y le acercó el recipiente el cual esta rebozado.

—También eres una chef profesional. —Asiente y toma algunas palomitas en su mano.

—Sí, pero solo cocino para mí. —Respondo sin medir mis palabras.

—Ohhh!, pues ahora también podrás cocinar para mí. —Hace un gesto triste con sus labios y pone sus ojos en modo tierno.

—Solo si me ayudas.

Le paso la libreta en la que están escritas algunas ideas. Al acercarme un poco a ella noto un poco de sangre en el piso cerca de su pierna y me asusto un poco.

—Que te paso. —Digo asombrada luego de ver un varias gotas de sangre deslizando por su rodilla. —¿Estás bien?



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En el texto hay: chicaxchica, romance, lesbian

Editado: 08.04.2023

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