Alma de Guerrero

CAPÍTULO NUEVE Preguntas y promesas

 

A veces después de aceptar la resignación sobre lo perdido y lo inconcluso solo queda seguir esforzándose aunque se piense que se hace todo sin un sentido. Es entonces cuando todo cobra un extraño sentido que me hace pensar y meditar tanto como lo he hecho en los últimos meses.

Tal vez el hecho de que ya no haya esperanza en el campo deportivo para ganar una copa más no quiere decir que de por hecho nuestra habilidad para el baloncesto.

Entonces aquí me tienes sudando cómo o más que cuando se encontraba el entrenado, pero ya no se puede hacer nada. Veo a mi alrededor y observo como todos se encuentras distribuidos de manera estratégica mientras corren, vuelvo a correr y entonces mi corazón vuelve a latir como loco.

─Quiero que miren a sus alrededores ─ordeno en voz alta ─, ¡Vamos chicos ¿es lo mejor que tienen?!

Corro para ver que hagan bien los pases y que no mantengan el balón por más tiempo del que deben, hay medidas defensivas para no perder el balón algunos empujones dentro de lo permitido, pases que dan resultado, tiros que son catastróficos pero un buen partido. El sudor es tanto que llega hasta mis ojos, tomo el cuello de mi camisa y lo paso por mi cara lo más rápido para no perder nada de lo que esté sucediendo en la calle.

Hay un empujón tras robar el balón y el chico.

─ ¡Paren! ─grito haciendo que todos se detengan ─Recuerden que es un juego amistoso, las jugadas deben ser astutas no crueles ni ilegales. Siempre recuerden eso chicos, ¿me escucharon?

El equipo me responde y escuchar el "Sí, capitán" hace que el pecho se me infle como todo macho. Vaya cosa.

» Bien chicos, es momento de ir a las duchas ─les ordeno y estos parecen aliviados.

Los observo moverse e ir por agua antes de ir a los vestidores, todo es un caos pero es parte del día y hace que se sienta bastante alegre de una manera. Mientras todos se mueven me tomo un momento en medio de la cancha para descansar un poco, me inclino hacia adelante y flexiono un poco las rodillas para apoyar mis manos en ellas para balancearme y poder disminuir un poco el peso en mis talones. Permanezco de esa manera por al menos un par de minutos y todo parece estar un poco más relajado.

La puerta del gimnasio se abre avisándonos a todos los que permanecen dentro de él. Levanto la cabeza sin dejar mi posición y lo que veo me gusta pues la sonrisa en mi rostro realmente se estampa en él.

Los pocos que quedan la observan pero así como la observan la dejan de ver con la misma rapidez. Me enderezo, me estiro y hago tronar mi cuello cuando termino vuelvo mi vista al frente y la veo caminar hacia mí. Comienzo a caminar para acortar la distancia y cuando ya no hay mucho espacio me detengo y le vuelvo a sonreír.

─Hola ¿Qué haces aquí? ─saludo.

─Supuse que podría ver la práctica ─me dice, eso me sorprende pero aun así espero a que termine de habla, parece que hoy será parlanchina ─, pero veo que ya terminó así que me voy.

─¡Vaya sorpresa! ─digo, realmente estoy sorprendido ─, pero no te vayas podemos charlar un poco antes de que me vaya a casa.

─Claro, ¿no tienes que ducharte? ─accede y me apunta con el dedo ─Pareces bastante sudado.

─Bueno tú querías ver la práctica ─le recuerdo ─, el que yo esté aquí bañado en sudor es solo la mínima parte de todo un equipo sudoroso y apestoso. Así que vamos a sentarnos un rato, mis pies me están matando.

─Sí, ahora veo tu punto ─empuja con su dedo mi hombro así que no puedo evitar reír.

─Espera... ¿Acaso estás bromeando? ─le pregunto a modo de burla, pero realmente me sorprende porque ella no habla ─Eso sí que me sorprende.

La observo y noto que en su rostro hay una muy divertida expresión. Tal vez es divertido pero veo que para ella no tanto, vuelve a empujar mi hombre.

─Vamos o me voy ─advierte, se da la vuelta y comienza a caminar hacia las gradas. Sí, es demasiado divertido, rio observándola caminar hacia las gradas. Está tensa y no me sorprende que voltee a verme y me mire con el ceño fruncido ─. Me voy.

Dejo de reír y no puedo evitar rodar los ojos porque realmente se lo ha tomado enserio, corro hacia ella y la tomo de un brazo sin sujetarla con demasiada fuerza como para causar daño en ella.

─Veo que no te gustan las bromas ─dijo una vez estuvo cerca de ella ─, no lo olvidaré pero debes de soltarte un poco más.

─¿Ah sí? ─preguntó, el interés despertaba en ella. Vaya chica tan incomprensible pensó.

─Pues sí ─contestó soltando su brazo pero no se alejó de ella ─, un poco de diversión ayuda al alma a sentirse joven siempre, no digo que dejes todas tus convicciones pero sí que disfrutes de la vida a tu manera.

─Suena fácil ─respondió ─, pero a veces no se puede dejar de ser quien eres para solo mantener el alma joven.

─Suenas como si estuvieses atada ─le dijo, a lo que ella negó ─, pero bueno mejor vamos a sentarnos, que mis pies me están matando.

Ella no respondió pero no me lo tomo a mal porque lo cierto es que es algo que no me incumbe y aún no quiero saber todo de ella. He dicho aún, el por qué no lo sé.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.