Volar, estirar las alas y aventarse al vacío con la esperanza de que el aire que pasa entre las plumas no logre salir y me sostenga. Volar, ¿qué se sentirá volar y recorrer cada rincón sin temor de ser atrapado?
Pensamientos así recorren cada parte de mi mente.
Camino de un lado dentro de mi habitación y miro nuevamente la ventana abierta, saco mi cuerpo y dejo que mi mirada se encuentre en el vacío inexistente entre el suelo y mi habitación. ¿Qué pasaría si me lanzara? ¿Podría acaso poder volar?, pero rápidamente quito de mi mente esas preguntas porque llegan mi mente los posibles escenarios y cómo mi cuerpo podría sufrir lesiones de caer y chocar con el cuerpo.
Me alejo de la ventana y camino hasta mi cama para tomar mi camisa y ponérmela rápidamente. Cuando tengo puesta la camisa y me encargo de cerrar la ventana camino hacia mi bolso de la escuela y salgo de mi habitación cerrando la puerta tras de mí.
Bajo las escaleras y voy directo a la cocina, encuentro a mamá bebiendo de una taza y por el olor que desprende e inunda el lugar puedo decir que es café lo que bebe. No suele beberlo, pero supongo que ha de haber una buena razón.
─Hola ─digo cuando entro y camino hacia ella para besar su mejilla ─¿A qué se debe que bebas café?
La sonrisa de mamá aparece en su rostro cuando escucha mi voz y me ve. Me alejo de ella para dejar mi bolso en la isla e ir en busca de un vaso para beber un poco de jugo de cartón que hay dentro de la nevera.
Escucho como cierra y dobla el periódico que lleva en sus manos y lo pone en la en isla.
─Mucho trabajo ─contesta luego de un tiempo.
─Siempre tienes mucho trabajo y no te veo tomando café ─le digo. Termino de servir el juego y camino de nuevo hacia la nevera para dejar el envase del jugo dentro y poder beberlo ─. ¿Qué es lo que sucede mamá?
Tal vez soy paranoico per puedo notar cuando algo le sucede y aunque no me conteste, solo es cuestión de esperar y dejar la pregunta al aire flotando entre nosotros para ver si la contestará.
Seguro pasan varios segundo en los cuales no dice nada y no me contesta, es entonces que pienso que lo hará después cuando se sienta a gusto con lo que sea que tenga.
Me siento frente a ella en la isla y acerco el plato que a puesto para mí con mi desayuno y me dispongo a comer sin demorarme más en lo que llega Alissa para irnos a la escuela. Hoy mamá nos llevará.
Como en silencio y no hago conversación, solo escucho y medito lo que llega a mis oídos. Nada, es decir, silencio mañanero absoluto.
─Me topé a alguien ayer ─dice de repente ocasionando que la mira mientras termino de masticar el trozo de comida que me he llevado a la boca.
Dejo los cubiertos a un lado de mi plato y cuando paso la comida le pregunto:
─¿A quién viste mamá? ─No creo que sea papá, pero aun así le pregunto.
Bebo un poco más de jugo y dejo el vaso a de nuevo en la isla mientras mantengo el líquido en mi boca.
─ A Nico... ─dice y su voz se corta. El líquido en mi garganta se atora por lo que hago que se pase rápido y para evitar hacer un desastre ─Me topé con Nicolás.
Escuchar su nombre en la voz de mamá es extraño, sé que nunca le agradó y que ella lo llame Nico realmente me causa sorpresa. Solo yo lo llamaba Nico.
Seguramente la observo por mucho rato antes de dejar de mirarla y enfocar mi vista a la ventana que hay detrás de ella. Mi mente vuela de manera inmediata a la época en donde existía un Nico y Alex en la misma ecuación u oración.
A mi mente vienen todo tipo de recuerdo, vistas, sonrisas e incluso lágrimas y pensamientos estúpidos que solía tener cuando se trataba de él y la idea de él dejándome para marcharse o solo porque quería dejarme para verme sufrir y tenerme en sus manos y disposición cuando él quería.
Mamá nunca lo quiso, recuerdo que siempre estaba molesto con ella porque no lo trataba bien y porque siempre era mordaz con él. Todo con él resultaba caótico, toda mi vida fue un caos cuando él se encontraba a mi alrededor al menos agradezco que no influyera tanto en mí como para descuidar mis deberes como estudiante.
─¿Alex? ─pregunta mamá, entonces yo la observo de nuevo y decido que es mejor que le sonría ─ ¿Estás bien mi amor? No me gustaría pensar que he cometido un error al decirte que está aquí.
Niego con la cabeza y no puedo evitar estar mi mano sobre la isla en señal de que quiero tomar la suya. Ella lo capta por lo que la estira también y la toma dando un ligero apretón.
─Está todo bien mamá ─respondo, ella no parece segura y yo aprieto su mano ─, sabes que él es pasado y que no volverá a suceder.
La sonrisa en mamá se vuelve dulce y su cuerpo deja de estar tenso, ella realmente pensó que podría ser débil tratándose de él, pero aunque me enoja ese pensamiento sobre ella desconfiando de mí comprendo que le hice pasar malos ratos.
─Eso me alegra ─dice y luego suelta mi mano ─, ahora vuelve a tu desayuno se hace tarde y Alissa no tardará en llegar.
Asiento con la cabeza y me vuelvo a concentrar en comer, pero hay algo en el fondo que me dice que Nicolas no está aquí solo de visita.
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Editado: 11.04.2024