Finis

No podíamos llamar amor a algo que apenas podía ser nombrado atracción, si lo hiciéramos seriamos un par de almas jóvenes dejándose llevar por la corriente llamada Destino.

No la amaba, pero sentía por ella y claro que ella tampoco me amaba porque en el fondo sabía que su corazón no era tan ingenuo como para caer en el discurso de guerra de una Reina de un mundo desconocido que buscaba a toca costa conseguir un aliado.

No la conocía, pero entendía que su alma calaba en la mía y la hacia sentir cálida, tan cálida que me enfermaba en cierta forma porque la mía de una manera u otra se estaba dejando convencer de que era su misión y destino estar a lado de la joven chica que salvaría un mundo y derrocaría al mal de aquella nación desconocida llamada Garla. Estaba convencido que debía alejarme de ella para pensar, pero también una parte de mí me obligaba a permanecer a su lado cual caballero de brillante armadura protegiendo la espalda de su amada y salvaguardando su bienestar.

Bienestar que posiblemente le arrebatara la vida…

-Alma de Guerrero.