Capítulo 29:
Athame
Danna
El cielo esta veteado de naranja y rojizo. El atardecer anuncia la proximidad de la oscuridad.
Ha sido un día muy largo y extenuante. Ahora podemos estar seguros de que Amelia no es parte de este mundo. Sus huesos eran parte de su propia casa y el fuego ha acabado con ambos. Su nexo con este mundo se consumió en las jamás. Como yo lo veo su alma ha cruzado a otro plano. Pero eso no es suficiente para debilitar a Esther.
Hemos cortado la soga que dio origen a su maldad. Sin embargo, ella aún tiene una muy grande fuente que la alimenta, ese pueblo fantasma. Ese pueblo que lleno de mortandad. Cada una de esas almas es un hilo que la fortalece. Esther es mucho más fuerte de lo que fue Amelia, lo que lo hace ser un caso excepcional según el esposo de la señora Carina. Para nosotros ella es el demonio que ahora tiene a Cristal.
Amelia solo fue una distracción para nosotros y debilito a Cristal lo suficiente para que su tía fallecida pudiera tomar el control.
Existen muchas formas para hacer que las almas malditas abandonen este mundo, como lo es esa pequeña daga llena de símbolos que vi en manos de Estela. Thomas uso el suyo en los huesos de Amelia cuando se devolvió a la habitación. Que ocurre cuando esa hoja toca los huesos o la propia alma es incierto para mí.
Los símbolos que decoran la hoja de la daga son un lenguaje proporcionado por el ángel de la muerte, símbolos de protección y no sé qué otra cosa que hace que los muertos crucen a donde se supone que deben estar.
El punto es que, una daga con símbolos no es suficiente.
Desterrar un alma de un cuerpo requiere de una lucha espiritual, se requiere de fe, de oraciones. Algunos rituales, además de que hay que cortar todos los nexos que tiene con la tierra.
Lo que significa que hay que cazar a todas esas almas del pueblo fantasma y liberarlas de su calvario.
Tendremos que volver a allí y esperar a que Esther no esté allí con Cristal. Pero antes de eso, esperamos por Miguel que no ha vuelto de la montaña con el señor que nos recibió.
Alexis estuvo con él pero regreso temprano, no quiso decir nada, fuimos a destruir la casa de Amelia, hemos regreso y sigue sin querer decir nada.
Todo es tan frustrante.
—Te he estado buscando —la señora Carina camina con cuidado ayudándose de algunos bejucos. Me he alejado un poco de la casa.
—No me he ido tan lejos —digo.
— ¿Cómo te sientes después de vivir esa experiencia con Amelia? —pregunta al sentarse a mi lado.
—Ha sido horrible —expreso mientras las imágenes se mantienen vivas delante de mis ojos, sus gritos atormentan mis oídos—. ¿Cómo le hacen para vivir con eso?
La señora da un suspiro de cansancio, pero no creo que sea
por agotamiento físico sino más bien espiritual.
—Nunca te acostumbras. Siempre hay algo que te quita el aliento, que te eriza la piel. Siempre existirá ese miedo latente en las venas. Pero alguien tiene hacerlo. Alguien tiene que enfrentar el mal que despierta la humanidad —explica. Mientras recorre con sus arrugados dedos algo alargado que lleva envuelto en una tela floreada. Sus ojos están perdidos en la madre naturaleza, como si pudiera comunicare con ella.
—¿Aún no han regresado? —son pasadas las tres de la tarde.
—Ya deben estar por regresar. Mi esposo ha ido para hacer un círculo protector para Cristal, esta poseída pero vamos a tratar de proteger su alma. No queremos que se quebrante como la de Esther —la melancolía de su voz es palpable. No debe ser fácil para ella lo que está sucediendo. Ya perdió a un hijo en su labor de proteger a una niña de la oscuridad. Ahora la vida de su nieta está en peligro—. Pero me preocupa lo que pueda revelar el mundo espiritual. Cuando haces conexión con lo espiritual siempre hay revelaciones, y no siempre son para bien. Algunas pueden ser afirmaciones del pasado, otras advertencias para un presente próximo. Temo ante lo que puedan revelar para mi nieta, mas, tengo fe en que tú nos ayudarás.
Me deja sorprendida su revelación. ¿Por qué últimamente
todos cuentan conmigo?
—No entiendo —es lo primero que viene a mi mente.
—Danna tu eres especial, hay una luz radiante dentro de ti. El mundo al que muy pocos tienen visión, quieren que te entregue esto —desenvuelve la tela floreada, dejando al descubierto una pequeña daga con la hoja grabada con símbolos. La deja en mi mano. Su piel es cálida y la daga fría.
—No me quedo muy claro lo que dijo, pero estoy segura de que no voy a necesitar esto —se lo devuelvo pero ella la sostiene en mis manos.
—Nunca se sabe cuándo puede ser de utilidad —da unas palmaditas en mis manos—, así que consérvala. Es tuya.
Paso el dedo por el filo.
—No corta —expreso.
—No es para cortar. Esa daga es un canal a otro mundo, para uso exclusivo de almas errantes. Quizás en este momento no te parezca que es de utilidad, pero mañana vas a visitar al pueblo fantasma que Esther ha creado, y ya no eres un fantasma—. ¡Dios! es cierto, por un momento olvide que hay que regresar a ese lugar y apuñalar fantasma.
—Además, este es un gran paso para que puedas liberarte de tu propia maldición, esa que llevas en la sangre.
La veo levantarse y comenzar a regresar.
¡Oh, cristo! una maldición que tiene nombre, Danny.
Espero que ella no esté haciendo estragos. Recuerdo haber hecho una promesa, liberarla de las cadenas que la atan a Esther.
Danny es un ser malévola. Un alma maldita con un propósito, llevarse consigo a cada uno de los integrantes de la familia que aun sigan respirando. Ella es volátil, el tiempo no está contra reloj solo para Cristal, para mis sobrinos y
para mí también.
—¿Cuándo será el día en que todo esto acabe? —murmuro al cielo.
Una fresca brisa que sale de la nada es mi única respuesta. Me levanto y me sacudo el pantalón. Camino de regreso con la daga acariciando mis dedos.
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Editado: 25.01.2021