Buscarte desde la mirada,
perderme en el silencio
del frío lecho y cuarto vacío,
para esperar en la misma nada.
¡Qué esfuerzo tan grande!
Fingir que ya no sufrimos.
En el lecho desconocidos somos
y este mundo nos queda grande.
Una brizna de amor me queda
para recordarte en soledad,
cuando te busque por necesidad,
creeré que usted, ya ni me recuerda.