A menudo beso tu boca de rosa
acarició tu pelo negro azabache
siento tu voz suave contaplache
que me envuelve armoniosa.
De sueños no alimento el alma
tampoco de amor infundado
enferma mente te trae a mi lado
con recuerdos de dudosa calma.
Respiro tu piel de dulce perfume
las huellas de tus dedos en mi piel
y el misterio de tu cuerpo de miel
que me tiene preso en el ocume.
Pago por libertad salir de este ardor
que me consume y mata de apoco;
sabrás de mi gran amor inequívoco
por ti, y sentirás por mi inmenso dolor.