Almas: Animarum

Varón

El llanto se podía oír en todo el reino, las celebraciones estaban a la orden del día, la princesa había nacido, por fin la heredera, primogénita y única hija del reino Senshi, todos la esperaban con ansias y gran expectación.

Las historias decían que en la familia real solo tenían mujeres, durante miles de años solo produjeron mujeres que se convirtieron en grandes reinas, muy amadas además de poderosas, en su sangre había magia, la familia tenía un origen antiguo aunque nadie sabía cuál era con exactitud, con el tiempo el conocimiento se fue perdiendo y cambiando hasta ser una simple historia, solo un cuento.

Se decía que la niña al nacer traería consigo una marca característica, sus ojos serian de un color especial que, con cada generación se suavizaría y aclararía, al alcanzar la pubertad despertaría un don que la ayudaría con su reinado, próxima a la edad adulta escogería entre los mejores soldados a su compañero y rey, finalmente cuando un día conciba a su heredera, poco a poco su don se apagaría hasta el alumbramiento, el momento en que este desaparecería por completo, el reino seguiría bajo su mando hasta que la nueva heredera estuviera lista para gobernar, y así la historia se repetiría una y otra vez hasta el fin de los tiempos.

Esta vez la reina llamada Andrea, con el don del conocimiento, a sus treinta inviernos da a luz su primera y única hija. Su reinado fue prospero, lleno de riquezas con una fuerza armada envidiable, leal y disciplinada; su esposo y rey Marco fue el gran capitán, dando su puesto al mejor y más astuto de sus soldados, el llamado Ceylán quien honra el título y a su antecesor.

Tras su ascensión al principio el rey no deseaba descendencia, alegando que su pueblo estaba en su mejor época y un cambio de gobernante podría hacerlo decaer, poco a poco incluyo cambios en el ejército, escogiendo un grupo para ser la nueva guardia real, formada por aquellos que eran de su más alta estima, siguió la política, con lo que desplazó a la reina ligeramente del mandato.

Las tierras están divididas en nueve reinos, los que forman una alianza para proteger al mundo de los Espectros o sombras, criaturas sin forma que se creaban a raíz de las emociones negativas. El reino de la luna, encargado de custodiar el paso de los lamentos, donde se decía surgen los Espectros, habitada por seres con la habilidad de predecir o sentir la muerte cercana, los cuales al alcanzar su madures, se les otorgaba la elección de ser segador y guiar a las almas perdidas a su destino o ser nigromante para así hacerles frente a los Espectros que debían ser destruidos, pero todos en conjunto guardaban el delicado equilibrio entre la luz y la oscuridad. Gobernado por Bile, quien comenzó a reclamar a los reyes Senshi una heredera como dictaba la tradición. Poseyendo sus propias historias, creían que el ciclo de renovación debía ser cada veinticinco inviernos y ellos estaban incumpliendo lo pactado. No paso mucho tiempo para que se le uniera el Reino de Cristal, poseedores de toda magia de sanación y encargados de resguardar el equilibrio al igual que el reino de la luna, gobernado por el Sumo chaman Mikel y la Sacerdotisa Siena, ambos creían que si no se renovaba el ciclo una gran oscuridad los asediaría hasta destruirlos. El rumor se esparció muy rápido y todos en cada uno de los nueve reinos, deseaba ansioso el anuncio de la heredera, un anuncio que no llegaba. Poco a poco los reyes se fueron alejando unos de otros tras infinidad de discusiones y reclamaciones, los nueve reinos guardianes se fragmentaron.

Una mañana de invierno blanco, la reina Andrea hace por fin el anuncio tan deseado en contra de su buen juicio y los deseos de su rey, su don fue disminuyendo como era esperado, pero también su salud, al llegar la primavera estaba muy enferma, los sanadores estaban desconcertados, la hasta entonces amada reina era vista por los rincones hablando con las sombras, casi no dormía y se sobresaltaba con mucha facilidad, para la segunda luna de primavera temían por su salud y la de su hija, se le asignó una escolta permanente y prohibieron su salida del palacio, para la primera luna de verano su salud había regresado a un alto precio, aquellos que la conocieron decían que era como hablar con una persona diferente, su humor se volvió melancólico, solitario, para la segunda luna solo hablaba con su rey, desconocía casi todo lo que la rodeaba y a todos, Marco en su afán por sanarla le pidió ayuda al Sumo chaman quien tras un pequeño ritual, le informo que los espíritus las estaban protegiendo de un mal que deseaba apoderarse de sus almas y ese era el motivo por el que la reina actuaba de esa manera, tras informar a su esposa Siena se decidió que permanecería junto a Andrea hasta el alumbramiento velando por la madre y la hija.

La primera semana de otoño era la fecha anunciada para el gran nacimiento y el reino Senshi bullía de actividad, se preparaba para una gran celebración, entre los sirvientes corría el rumor de que los reinos renovarían lazos. Andrea paseaba de vez en cuando por los jardines dando esperanzas a todos de que su salud había regresado. Los dignatarios se hacían presente junto a los líderes de cada ejército dispuestos a conocer a la nueva princesa. La música sonaba y los manjares especiales llenaban el gran salón, las voces y las risas de todos los asistentes. Fuera, el cielo anunciaba una tormenta, presagiando el cambio de estación y la fecha tan esperada, cuando la doncella personal de la reina anuncio que el momento por fin había llegado, la princesa nacería esa misma noche.



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En el texto hay: hxh haren

Editado: 08.04.2020

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