Almas antiguas

Capítulo 4: Bailando en las sombras. Parte 2

—Claro que sí, pero primero, ¿azul o bordó? —dijo poniendo dos vestidos delante de mí.

—Creo que el azul oscuro estará bien con unas medias y stilettos— le contesté decidiéndome rápidamente.

—Sin medias. Quiero que se vean los detalles del encaje, y no las necesitas— me dijo feliz, la moda era lo suyo tanto como la medicina, y se tomaba ambas cosas con la misma seriedad.

—Está bien, sin medias, confío en ti— contesté y se alegró—. Eso fue rápido— dije en voz alta sorprendida y me giré a verla preparando el maquillaje, iba a ser una larga tarde.

Mas tarde Alex pasó a buscarnos en su auto e insistió en sacarnos una foto todos juntos, también discutieron con Lola por la cantidad de envoltorios y latas que tenía en su auto, a veces escucharlos me hacía creer que eran una pareja casada. Al llegar y comenzar a caminar por el pasillo donde todos estaban tan elegantes dos pensamientos eran recurrentes en mi mente: el primero ¿Quién me mandó a ponerme estos zapatos insoportables? Y el segundo que ganaba mas espacio en mi mente a medida que avanzábamos al salón principal ¿Estaría Sam, y me miraría a mí entre toda la gente? Comenzaba a ponerme nerviosa y buscarlo, casi inconscientemente, por todos lados. Todos nuestros amigos ya habían llegado, Alex se juntó con Thomas y Chris también estaba ahí, esperaba que su interés por mi ya no existiera, Marlene nos hizo una seña para que vayamos con ellos.

—¡Están todos muy elegantes! Lola, ese vestido rojo queda perfecto con tu pelo— le dijo, era cierto, Lola sabía llevar su cabello pelirrojo.

—Gracias, todos están muy lindos, sería mejor si fuera un poco menos formal y los directivos no estuvieran aquí—le contestó Lola mirando alrededor.

—Por eso mismo la fiesta continua en lo de Chris—agregó Thomas, no me sorprendía que la fiesta continúe con ellos, le hice una seña a Lola para que no cuente con ello.

—Tampoco es tan malo que haya directivos y profesores, digo… el nuevo profesor Dagger parece sacado de una película— comentó Jessica indiscretamente, al menos pude saber que estaba por aquí, esperaba poder verlo, aunque sea a lo lejos.

—Y según dicen les da una oportunidad a sus alumnas— dijo Marlene riendo, me puse tensa al escuchar eso.

—¿Cómo es eso? —preguntó Lola y se lo agradecí por dentro.

—Dicen que más de una chica subió a su auto al salir de la biblioteca, pero aún no sabemos quiénes fueron las afortunadas, supongo que hay chances con él— dijo Claire, otra de las chicas del grupo. No sabía cómo reaccionar a lo que escuchaba, ¿hablaban de mí? O aun peor ¿yo solo era una de las tantas que cayeron en su trampa? Era demasiado orgullosa para ser simplemente una más, por mucho que no pueda sacármelo de la cabeza, necesitaba aclarar la situación. Alex estuvo ahí para rescatarme de la incómoda situación, y aún peor: de mis pensamientos.

—Vamos a bailar, se que amas ese tema— me dijo y se lo agradecí. Nos dirigimos al centro y comenzamos a bailar lentamente.

—Gracias Al, de verdad necesitaba escapar de esa charla, ¿será verdad lo que decían? — le pregunté afligida.

—No lo sé, pueden estar hablando solo de ti, no pienses demasiado.

—¿Y si no es así? Soy una tonta— dije afligida, el me abrazó en el baile.

—Si no es así tendré que romperle la cara al profesor y estaré en muchos problemas por tu culpa— dijo girándome, le agradecí que intente animarme, tal vez estaba todo en mi cabeza, pero estando mal en este momento no iba a solucionarlo, Alex tenía razón.

La música cambió a una más alegre y le hicimos señas a Lola para que se una a nosotros, me decidí a disfrutar ese momento con mis amigos y no dejar que ningún pensamiento me lo arruine, porque al fin llegamos a nuestro último año, teníamos razones suficientes para ser felices. Bailamos y cantamos como si nadie más estuviera a nuestro alrededor, como si fuera otra noche más en nuestro apartamento o en nuestras vacaciones juntos, hasta que mis pies me pidieron parar.

Los dejé seguir bailando juntos para ir al baño a retocarme el peinado, si para él era una más debería estar impecable para comenzar a ignorar su presencia, y si no lo era entonces con más razón quería verme bien.

Cuando salí del baño lo vi, estaba perfecto, las chicas tenían razón, ese traje lo hacía ver como sacado del cine, simplemente hermoso.

Estaba al final del pasillo. Pero no fue su belleza lo que rompió mi corazón, sino la rubia que tenía justo enfrente con la que estaba teniendo lo que parecía ser una intensa conversación, y la cual no tardó en agarrarlo del brazo y sacarlo del pasillo. Eso era todo, era una más, pero no iba a serlo por mucho tiempo.

Esta bien Emma. Cálmate. Eres una mujer fuerte. Respira, camina por ese pasillo con la frente en alto por que un tropezón no es caída, es solo un hombre y el mundo está lleno de ellos.




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