Almas antiguas

Capítulo 19. Por amor. Parte 2

Me apresuré a la sala principal en su búsqueda y los encontré junto a los nephilims almorzando, Anael se encontraba visiblemente nerviosa alejada del resto junto con unos cuantos ángeles.

—Bueno parece que la noche ha terminado bien para Emma— bromeó Connor. Le eché una mirada cargada de furia.

—Hoy no, Connor—pedí.

Blair le dio una palmada en la cabeza.

—¿Qué? —Exclamó.

—Está nerviosa, el eclipse es en sólo dos días—comentó Harvey. Dos días, lo había olvidado por completo. Debía poner mi menté en su lugar rápidamente.

—¡Emma! Conocía a Ela, nos hicimos amigas en un campamento de verano—comentó Lola.

—Es cómo tu habías dicho, en algún momento todas estuvimos conectadas—dije a Ela—Y tú debes ser una de nosotras— la chica se encontraba sentada junto Ela, parecía ser un poco mayor que ella, era realmente hermosa y tenía una perfecta tez oscura.

—Soy Limber, el chico rubio me secuestró—señaló a Gael con la cabeza, sonreí.

—¿Estabas con tu familia? — Realmente extrañaba a la mía, no dejaba de pensar en pedirle a Sam que me lleve con ellos, al menos por un momento.

—Con mi hermano pequeño, pero él sabía que mi deber era estar aquí, nuestra madre nos lo explicó todo antes de morir a manos de un horrible hombre.

—¿Ha sido un demonio? —indagó Lola.

—Un ángel caído. Belial, se hace llamar príncipe de las tinieblas, es un sádico.

—Lo siento mucho—me lamenté.

—Algún día lo encontraré y me las pagará.

—Estoy segura de que así será— aseguró Ela y puso una mano en su hombro. Hubo un cambio en la energía en cuanto hicieron eso, Lola intrigada tomó la mano de Ela, temblorosa. La unión de estas brilló por un momento y extendió la mano hacía mí.

—¿Qué sucede? —pregunté.

—Lo notamos hace unas horas, queríamos llamarte, pero Blair pidió que no lo hiciéramos—miré a Blair avergonzada y sonreí.

—No sabemos cómo funciona, pero podemos sentir una energía extraña correr por nuestros cuerpos.

—¿Es por que se acerca el eclipse? —pregunté a Blair.

—Podría serlo, pero sinceramente no sé nada acerca de las llaves, creíamos que eran objetos divinos.

—No sólo es por el eclipse, cuántas más de ustedes estén unidas mayor será su poder y serán un imán para los problemas—dictaminó Anael

—¿Podemos ayudar a encontrar a las demás? —pregunto Ela.

—Posiblemente, deberían intentarlo, pero deben saber que enviarán un mensaje y no sabemos quién puede estar del otro lado para recibirlo.

—¿A qué te refieres? — indagué.

—Algunas de ustedes nacieron bajo el ala de su arcángel protector, desean cumplir su propósito, no quieren ser salvadas—dijo duramente.

—Pero no podemos dejar que nos sacrifiquen a todas, debemos rescatarlas y convencerlas de anular el poder.

—Deberíamos intentar buscarlas.

—Deberían—interrumpió Sam— pero antes necesitamos que todas tengan un collar como él que tiene Emma, eso evitará que puedan localizarlas fácilmente.

—Puede fallar—aclaró Connor.

—Sí, pero es una forma de estar protegidas.

Madison se acercó al grupo con tres collares, cada uno de ellos contenía una piedra parecida al mío. Por eso Sam había insistido en que no me lo quitara. Al pasar junto a mí se sonrió, no pude ofrecerle una sonrisa de vuelta, no después de lo que había sucedido con Sam.

Samuel buscaba mi mirada, como si intentara entender que sucedía en mi cabeza.

Cuando todas lo tuvieron Alex se hizo a un lado y tomó un lugar junto a Sam.

—Será mejor que el resto se aleje de ellas, no sabemos que puede suceder— pidió Anael.

Formamos un circulo y respiramos por unos minutos antes de tomarnos de las manos, de a una comenzaron a hacerlo. Noté que las tres eran muy bonitas y pensé si eso se debería a su linaje. Descender del diablo, por mas lejano que eso fuese me ponía la piel de gallina.

Lola extendía su mano hacia mí, la tomé lentamente y entendí de lo que estaban hablando.

Una extraña energía se movía a través de nuestros cuerpos y podíamos sentirla en la habitación como si de repente formara parte de nosotras, Limber extendía su mano hacia mí. La tomé temblorosa y la energía provocó un pequeño estallido en el circulo formado entre nosotras.

—Oh por dios—se estremeció Alex.

—Deben pensar en las llaves, piensen en sus vidas y búsquenlas allí, pero no piensen en nada más lejos de eso, están enviando un mensaje—advirtió Anael.

Marcus apareció en la habitación mientras intentábamos concentrarnos, Lola pegó un pequeño salto soltando mi mano.




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