Alejandro no había podido dormir después de eso, no estaba seguro cuántas horas o cuánto tiempo había sucedido desde que Michael se fue.
Fue a la ducha, sintiendo su presencia a cada momento, y cómo no, si sus almas estaban entrelazadas, parte del alma de Michael seguía con él.
Alex dejó su frente contra los azulejos fríos, mientras el agua caliente caía sobre su cuerpo, una de sus manos cerca de su cabeza, y la otra contra su pecho.
-Owl -fue casi un gemido, tan adolorido, mientras sentía una humedad diferente en sus ojos llenos de lágrimas-. Michael.
Ahora se sentía tan mal. Si lo hubiera escuchado antes de juzgarlo mal, antes de creer en otros, en las mentiras de Sabine, sus palabras envenenadas por los celos irracionales, en la versión que Theo le contó -sin creerla él y sin saber que Alejandro se llenaría de dudas-.
-Perdóname, mi amor -Alex se estremeció cuando recordó a Michael dentro de su cuerpo, siendo uno los dos. En esta vida y en la otra-. Vuelve a mí.
Dio un salto y salió rápidamente de la ducha cuando escuchó el timbre.
Se cubrió rápidamente con una toalla, sin llegar a secarse. Bajó las escaleras sin detenerse, su mirada perdiéndose un momento en el sofá, recuerdos de cuando él llegó angustiado por la llamada de Michael, tocar el timbre con impaciencia, y después se lo encontrarlo en ese mismo sofá, en aquel estado.
Sus manos se cerraron en puños, al recordar a Robert, y pensar que probablemente todo era su culpa, aunque él todavía no entendiera todo ahora mismo.
Abrió la puerta, sabiendo quién estaba del otro lado.
Aquellos ojos, mezcla de plata y verde, lo miraron. Cris hizo una mueca antes de entrar sin siquiera pedir permiso.
Alex quiso gruñirle, pero no podía. Tenía que olvidar sus celos. Cris había sido sólo un amigo para Michael, incluso si estuvieron juntos, nunca hubo sentimientos, no lo amó como a él. Y Cris era el único que podía ayudarlo.
"Creo que tengo parte de su alma..."
"Y yo de su magia, fue mi mentor. Todavía lo siento. Sí, vamos a traerlo de vuelta."
Aun así no pudo evitar la pregunta y el tono al hacerla: -¿Qué te tomó tanto tiempo? Se supone que eres un brujo, ¿no podías, con tu magia, estar aquí en cuanto te llamé?
Cris le dio una mala mirada, mientras miraba alrededor y respiraba profundamente, como si hubiera en el aire algo que él no percibía. -Hay aquí magia, restos de ella, tres diferentes... Dime, de nuevo, qué sucedió.
Alejandro lo miró sin entender. -Uh, no. No puede haber tres. Yo estoy seguro que sólo fueron dos. La de Owl...de Michael -le iba a costar acostumbrarse- y la de Robert. Yo estaba aquí, no me perdí nada.
Cris negó, mientras recorría los lugares exactos en que Robert y Michael habían estado. -Son tres, dos se están difuminando. Una sigue aquí.
Alex frunció el ceño, mientras recordaba cada momento. -No -él también negó, seguro-. Sucedió así, Theo me llamó y... -se sentía culpable por haber dudado, por decirlo ahora-. Bueno, descubrimos que mis padres y otras víctimas fueron asesinadas por un brujo, todo apuntaba a... A... A que fue Owl, Michael, quiero decir... Yo no debí, pero...
-Dudaste. Michael te amaba más que a nada. Le dije que creía que eras su predestinado y tú haces esto. ¿Cómo te atreves?
En un primer momento, Alex se sintió molesto, después lleno de culpa. Suspiró, rendido, al final.
-Lo sé. No debí, pero son mis padres, tú no entiendes. Y no te equivocaste. Él es mi predestinado, la mitad de mi alma...literalmente.
Cris lo miró sin entender y entonces Alejandro le contó todo: los asesinatos sin resolver, el de sus padres, la confesión de Michael, él dibujando a Robert, la llegada de Robert, su propia confesión, Michael destrozando los retratos con su magia...
-Y entonces se habían ido. Ambos... Creí que podríamos recuperar a Michael con su magia, sólo a él, pero ahora creo que Robert podría no estar muerto, tuve un...
Cris alzó una de sus manos, deteniéndolo. -Vamos un paso a la vez. A Michael vamos a recuperarlo, tienes su alma, y tengo su magia. De Robert nos ocuparemos después, cuando Michael haya regresado. Y sobre la tercera magia...
-¡No hay tercera!
-...es la tuya -terminó Cris, ignorando su interrupción-. Es tu magia, ¿qué parte no entiendes? No es como la de nosotros, porque no eres un brujo, eres...diferente.
-¿Qué?
Cris siguió ignorándolo. -Tardé porque necesitaba hacer una investigación antes. Yo nunca he regresado a alguien a la vida, de hecho no deberíamos...
Alejandro iba a gritar que no le importaba si era ilegal o incorrecto regresar a alguien a la vida, él no iba a perder a Michael cuando estaba en sus manos recuperarlo, pero entonces el timbre sonó de nuevo.