He preparado el desayuno y voy directo a mi habitación para despertar a Sofía, dejo el desayuno en mi mesa de noche y empiezo abrir las cortinas para que la cálida luz del sol la despierte, abro una de las ventanas, los pájaros están cantando y que mejor que se despierte con los sonidos de la hermosa mañana.
Ella comienza a moverse, pero ninguna señal de que despierte, así que me siento a un lado de ella y empiezo a jugar con un mechón de su cabello.
—Despierta pequeña, ya es tarde.
—Cinco minutos más, Noah —responde entre dormida, tapándose la cara con las cobijas.
—No soy Noah, —respondo divertido, —Soy Dominic.
—¿Dominic...? ¿Quién...? —empieza abrir sus ojos, poco a poco —¡Dominic! —se cubre hasta el cuello con las cobijas. Yo no puedo evitar verla con un poco de gracia.
—¿Qué haces en mi casa? —cuestiona temerosa.
—Sofía, tú no estás en tu casa.
Ella comienza a analizar la habitación, y en repetidas ocasiones me volteaba a ver.
—¿Qué ha pasado? — tuerce los labios al estar frustrada por no recordar nada.
Tal vez fue por el hecho de que paso por muchas emociones y su mente ha bloqueado los recuerdos. Así que yo la ayudo un poco, coloco mi mano en su frente y hago que los recuerdos vuelvan.
Al quitar mi mano ella me observa atónita —Dominic.
Es todo lo que dice, no hay palabras.
—Te lo explicare todo—suspiro—no te preocupes por tus amigos o familia— sonrió tratando de transmitirle apoyo.
—¿Ellos están . . .? —lleva sus manos a la boca
—¡No! Todos están bien, saben que estas aquí, —me levanto de la cama y voy hacia la puerta— estaré aquí afuera esperándote, tomate tu tiempo.
En cuanto Dominic sale de la habitación, me levanto de la cama y noto que tengo puesto un pijama de panda ¿Quién me habrá cambiado?
Dominic ha dejado un plato de fruta, jugo de naranja, pan tostado y un omelette con tocino. También dejo unos jeans negros, una playera azul y tenis del mismo color.
Me doy prisa en desayunar y me pongo la ropa que me ha dejado. Ya estoy lista pero no puedo evitar explorar la habitación con la mirada, es una habitación enorme color azul marino. La cama en la que hace unos momentos estaba durmiendo es una King Size del mismo color, una puerta de cristal que da para un balcón el cual tiene vista a un jardín precioso, pasando los muros de la mansión veo algunos pinos y mucha neblina. Hay varios estantes color madera para guardar ropa. Y una pantalla de sesenta pulgadas. Esta habitación es el doble de grande de mi cuarto. En las paredes están colgadas varias medallas de primer lugar en natación, futbol, tenis, ciclismo, taekuondo y ¡esgrima!
Dominic no pierde el tiempo.
Mejor me doy prisa.
Salgo de la habitación y noto que la mansión es moderna. Veo a Dominic al final del pasillo está sentado en una silla con la cabeza recostada hacia atrás y los ojos cerrados. Con cuidado y en absoluto silencio me acerco a él.
Dominic se ve tan hermoso con sus ojos cerrados, se ve tan inocente. Sus largas pestañas le dan un mejor toque.
Al parecer siente mi presencia y abre los ojos, en cuanto su mirada se encuentra con la mía él me sonríe con dulzura.
Me da la mano y yo gustosa lo sigo. Su mano es cálida y suave, encaja a la perfección con la mía.
Caminamos por el largo pasillo con muchas puertas. Al bajar las escaleras de vidrio nos encontramos con una hermosa fuente de mármol se encuentra en el centro, y en la base en letras doradas dice "Familia Jones". Damos vuelta a la izquierda y llegamos a la sala en la cual hay tres sillones color negro, una chimenea y arriba de esta una pantalla de 70 pulgadas. Esta familia es más que millonaria.
Pasamos al comedor principal que es una mesa donde caben doce personas sin ningún problema. Y muchos cuadros, pero no puedo inspeccionarlos bien ya que vamos al jardín.
El jardín es enorme, hay una piscina de gran tamaño y el agua es cristalina. También hay una pequeña sala de color gris, una mesa de cristal en medio y una chimenea moderna. A unos metros esta un pequeño jacuzzi. ¡dios mío! Que lujos.
Me quedo paralizada al llegar a la pequeña sala del jardín cuando veo tres personas ahí. Nelly, Harry y a su lado esta una mujer hermosa
—A mis hermanos ya los conoces—susurra Dominic
Ambos hermanos me sonríen. Pero la mujer misteriosa se levanta de su lugar y se para a un lado de Dominic
—Ella es Dayan Jones, mi madre.
La observo y estoy anonadada, ella no parece que ya es madre, de verdad se ve muy joven. Su cabello es castaño oscuro, tiene una nariz fina y un poco respingada, piel blanca y ojos color miel. Ninguna arruga, cuerpo bien cuidado y una sonrisa espectacular.
—Me da mucho gusto conocerte, Sofía—me abraza.
—El gusto es mío señora Jones.
—Dime Dayan—sonríe mientras se sienta a lado de sus otros dos hijos.
—Es hora de decirte la verdad—dice Dominic, da un gran suspiro. Su rostro refleja una gran preocupación y que no quiere decir nada. Pero no soy capaz de decirle que calle. En serio necesito saber porque me quieren matar.