Almas, La Venganza de Noa (ilustrado)

Capítulo 10 - La Última Esperanza

Tras perder la batalla contra el cáncer, la madre de Noa le dejó como único recuerdo un viejo anillo de plata, el cual contenía una pequeña piedra de ámbar y le hizo prometer darlo a quien eligiera como su esposa. No era un anillo costoso, pero Noa lo atesoró como si lo fuera.

Tiempo después, Noa conoció a Amanda, a quien más tarde pensaba pedirle matrimonio, no sin antes conversarlo con el Padre Anderson a quien le mostró el anillo. Fue entonces que Antágoras sintió el poder de aquella piedra. Con su ayuda podría acumular más almas de las que podía controlar y con ellas vencer a Tropel.

En su aniversario de novios, Noa y Amanda, se citaron en el mismo parque donde se habían conocido. Al llegar el momento, Noa le mostró el anillo y le contó lo que significaba para él. Luego le hizo la gran pregunta, pero antes de que pudiera contestar fueron abordados por dos sujetos armados y le arrebataron el anillo.

—Es una baratija, —gritó Noa, —tengan mi dinero pero regrésenlo.

Los asaltantes no le prestaron atención y se marchaban, pero Noa les atacó y ellos lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

Uno de los asaltantes sujetó a Amanda y el otro se acercó a Robi que estaba entre las sombras y le dio el anillo.

— ¿Qué hacemos con la chica?, —le preguntó,

Sin responder, Robi sonrió y se marchó.

A pesar de los gritos de Amanda, era ya muy tarde y el lugar estaba muy solitario. Los asaltantes la condujeron hacia unos matorrales y abusaron de ella, Luego se marcharon. Amanda se acercó a Noa, pero este no reaccionaba. Corrió a buscar ayuda y pudo llevarlo a un hospital donde estaba a punto de morir.

Tropel el demonio, estaba al tanto de lo que sucedía, y fijo especial interés en el anillo. Tropel no tenía permitido hacer daño a un ser humano, aun si estuviese poseído como en el caso del padre Anderson. Es por eso que debía valerse de súbditos para que mediaran ese tipo de necesidades. Sabía que Noa lo podría conducir hasta Joya del Edén, así que mientras agonizaba se le apareció en sueños.

—Ya pronto morirás, —decía el demonio, —te ofrezco la oportunidad de vengarte de quienes te han hecho tanto daño.

—Venganza, —respondió Noa desanimado, —y vivir sabiendo que no pude proteger a quien amo. La muerte es mejor consuelo para mi ahora.

—pues te ofrezco algo mejor. Te ofrezco la oportunidad de poder evitar que le hagan daño.

Un portal de luz se abrió ante él y lleno de esperanza Noa lo atravesó. Luego apareció en el mismo instante en que arrastraban a Amanda hacia los matorrales, y a pocos metros se vio así mismo tendido en el piso. Entonces gritó;

—Suéltenla.

Ver a Noa de pié e ileso causó confusión a los asaltantes quienes soltaron a Amanda y lo atacaron. Uno intentó apuñalarlo, pero el puñal lo atravesó sin hacerle daño y Noa lo estrelló contra su compañero derribando a ambos. Amanda corrió hacia el Noa que estaba tendido en el suelo, pero el otro se le acerco y le tendió su mano,

—No tengas miedo, —le dijo, —soy Noa.

Amanda quedó congelada del susto. En ese momento uno de los asaltantes se levantó y sacó un arma con la que disparó a Noa, pero su cuerpo que se tornó de tinta dejó una apertura por donde cruzó la bala y fue a parar en el cuerpo de Amanda.

Noa se le acercó de un salto. Con su puño le atravesó un costado y le sacó dos costillas. El otro sujeto intentaba alejarse;

—Fue idea de Robi, el policía, —gritaba el asaltante, —él es quien pagó por el anillo.

Noa lo levantó por la camisa y le atravesó el cuello con las costillas que le había sacado al otro sujeto. Amanda quien aún estaba consciente, pudo ver todo y luego se desmayó.

En ese momento apareció el demonio Tropel y el tiempo quedó congelado. Rasgó la camisa de Noa y con sus dedos ardientes dibujó un símbolo en el lado de su corazón. Su piel se abrió desde su pecho hasta su ojo, las costillas se separaron dejando el corazón descubierto y este absorbió las almas de los dos asaltantes y el cuerpo de Noa que yacía en el suelo se evaporó y también fue absorbido. Luego todo regresó a su lugar, pero le quedó una gran cicatriz y el demonio desapareció.

Noa llevó a Amanda al hospital. La bala no tocó ningún órgano vital, pero con lo ocurrido quedó traumada y se volvió loca. Al salir del hospital Amanda fue ingresada a un manicomio.

Noa no descansó hasta vengarse de quienes lo hirieron. Asesinó decenas de personas con lo que apartó toda esperanza de salvación. Le debía su vida a un demonio infernal y entendió que mientras tuviera aquella maldición no podría estar con quien amaba.



#22629 en Fantasía
#9023 en Personajes sobrenaturales
#13152 en Thriller
#7420 en Misterio

En el texto hay: demonios, ocultismo, terror

Editado: 25.10.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.