Almas Ocultas

Capitulo 5; El Fantasma.

—¿Sabes, Melina?—Me dijo Fran pasado un tiempo—todavía la siento, a mi pierna, es como mamá.

Sus ojos comenzaron a llorar, yo lo abrace fuerte. Nuestra madre había muerto hace ya 5 años. Pero Fran decía sentirla de vez en cuando. Mi hermano no podía contener las lágrimas, desde la muerte había sido un chico bastante especial. Era bastante infantil y torpe, se comportaba igual que lo hacía cuando murió mamá, quería jugar todo el día y hacía cosas de niño pequeño. Como si tuviera miedo a madurar, me mataba verlo sufrir. Para él, todo esto era un juego. No podía creer que estábamos en esa situación, ambos llorando, lejos de nuestro padre y en un lugar desconocido.

Para mí desgraciado, cuando ambos terminamos de llorar, entró Iván por la puerta con Jean a su lado. Iván era bastante mayor a Jean, llegaba tranquilamente a los 14 años. Al parecer, ambos se encontraban tomados de la mano y Jean estaba roja como un tomate, yo en cambio me secaba las lágrimas y se las secaba a mi hermano. Jean soltó la mano de Iván y corrió hacia mí. Le pidió a Iván que se vaya con el grupo y le lanzó un beso, dejándolo sonrojado. Ella soltó un pequeño grito cuando Iván se alejó, pero a los pocos segundos vio la pierna de Fran y se ahogó con su grito.

—¿Qué te paso, pequeño?—Dijo con miedo.

—Es difícil de contar—dije con una sonrisa de cansancio.

—¿Sabes que es fácil de contar?—Dijo Jean totalmente emocionada—¡Que me encanta Iván! Es que compartimos tanto y es tan lindo y atento.

—¿Están saliendo?—Pregunté yo, todavía extraño ver una cara feliz en el rostro de Jean.

—No—Respondió cortante—Todavía no, pero si me dio unos besos. 

—Que asco—Respondió mi hermano.

Jean comenzó a ponerse nerviosa y a sonrojarse mucho, al punto que lanzó un grito. 

—¿Cómo les fue en la prueba?—Pregunte riendo de las tonteras de ambos.

—Tuvimos que hacer flexiones—dijo está con aspecto de cansancio—fue un fiasco, la prueba anterior estuvo más divertida.

Asentí con la cabeza y puse una sonrisa, pero había algo que me preocupaba. Todavía no estaba segura del paradero de Levi. Decidí no preguntar y averiguarlo por mí misma. Mientras Jean charlaba con mi hermano de lo maravilloso que era Iván.

Allí salí del recinto dónde se encontraban los dormitorios, grata y a la vez confusa fue mi sorpresa cuando lo ví. Levi estaba presumiendo un reloj junto a Iván, este lo miraba asombrado.

No había rastros de congelamiento en su cuerpo, estaba igual que cuando lo había visto en la prueba, con su hermoso cabello rubio, sus ojos profundos y su mirada penetrante. De repente volteó a verme. Hace unos días me habría sonrojado, pero luego de haberlo visto casi muerto, casi me desmayo.

Justo antes de caer al piso, él me atrapó en sus brazos, estaba extrañamente frío. Me ayudó a pararme y yo le agradecí rápidamente y salí corriendo de allí.

Un flash vino a mi mente, como si fuera un recuerdo de algo que nunca viví. Era el cuerpo de Levi en total descomposición y con pedazos de hielo en todos lados. Vomité de la nada y me reincorpore.

En ese momento solo pensaba que debía descubrir qué ocultaba ese chico.



#18665 en Fantasía
#4011 en Magia

En el texto hay: misterios, tragedia, muerte

Editado: 10.11.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.