Almas Ocultas

Cap 11; La Mujer

Habría pasado una hora desde que Levi congeló a Jean, no habíamos podido calmar a Iván, mi hermano lloraba y Leo y yo estamos totalmente alterados, pero a Levi se le notaba muy calmado. 

Parecía esperar a alguien, como si supiera todo lo que estaba pasando, tenía mucho miedo de preguntarle cualquier cosa. Sentía como está sensación me consumía, si aquel obispo era capaz de cosas como crear un clon perfecto de Leo, en su poder estarían muchas más cosas.

Quería dormir, quería correr, quiera morir. Nada callaba los lamentos de Leo, me volvían loca, hasta que grité.

Me descargue, pude soltar toda mi rabia.

—¡Cállate tú!—Le grité a Iván—Levi, explícanos qué carajos está pasando aquí.

—¡Estoy esperando un ataque!—Me gritó él.

De repente, una camioneta paró en a unos pocos metros de nosotros, abriendo sus ventanas blindadas y polarizadas. Lo que ví allí me marcaría, pero en ese momento no lo sabía.

Una mujer de más o menos veinte años se bajó de éste, estaba vestida con finas ropas de los años 20, un sombrero y guantes blancos, mientras que vestía un vestido negro.

—Hola, Stars—Dijo ella con una voz suave, su tez era morena y su cabello no era apreciable por el sombrero—Me dijeron que un grupo de niños estrellas estaban causan problemas, así que viene lo más rápido que pude.

—Hazlo Melina—Dijo Levi mirándome.

Yo comenzó a soplar con fuerza, hasta casi agotar el aire. Pero la mujer no se movió en lo más mínimo.

—Veo que tenemos una estrella rebelde—Dijo sonriendo y aplaudiendo—debemos enseñarle modales a esta damita.

Se sacó uno de los guantes con gentileza y de su mano comenzó a brotar un humo anaranjado y espeso. Pronto nos cubrió a todos, apenas podía respirar, y pronto caí en un sueño extremadamente profundo.

Creí haberme despertado, estaba allí, sola. Cuando de repente, ví algo que me perturbó. Se trataba de mi madre, no podía ser, ella estaba muerta. 

Era muy parecida a mi, solo que tenía el mismo cabello que mi padre. Traía a mi hermano en brazos en ese momento. El poseía ambas piernas y parecía un niño pequeño.

—Esto no puede ser real—Rece, en ese momento no podía hacer otra cosa.

—Es tu culpa, Melina—Dijo mi madre, su boca comenzó a echar sangre, y sus ojos empezaron a derretirse. La pierna de mi hermano se convertía en agua y su rostro se difuminaba. Debía salir de allí, este donde este.

Ese lugar, se convertía de a poco en mi vieja casa, un espacio todavía borroso para mí, allí había muerto mi mamá. Allí se había suicidado.

Una mano me jalo, yo estaba completamente atónita, y allí lo ví. Vi a Levi, parado junto a mi. Recitando que tenía que despertar.



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En el texto hay: misterios, tragedia, muerte

Editado: 10.11.2019

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