Capítulo 13

Casi nos acercamos al final :3 estoy muy feliz. Agradezco si comparten la historia y me dejan comentarios sobre lo que les está pareciendo. Pronto está disponible en Wattpad. Pero a ver si antes consigo una nueva portada. 

La canción de este cap es LIE- JIMIN de Bts ;) creo que tiene much sentido. Disfrutenlo!

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Cuando la gente dice muy seguido, principalmente la gente pobre, que el dinero no da la felicidad claramente hablan desde la ignorancia. Nunca en su miserable vida se han sentado a mirar por la ventana de un avión privado a llorar. Si supieran lo contradictorio que es... Lo tengo todo y estoy llorando por estupideces como estas. A tal altura, rodeado de ostentosos adornos, cualquier cosa luce diminuta, cualquier problema solucionable y cualquier sentimiento reemplazaba.

Pero a mayor riqueza, mayores son los problemas.

Quizás él no necesitaba llorar, de por sí, ya todos lo miraban como el débil de la familia por llorar cuando solamente era un niño. Y dirás ¿pero y qué tiene eso? Bueno, los sentimientos son muy humanos y la élite más añeja rechaza las más mínimas demostraciones de humanidad es por tal razón que después de más de doscientos años, los matrimonios siguen siendo arreglados. Eso del amor no "existe" dentro de cada cruciantur, ni en sueños llorar, una clara muestra de debilidad. Por otro lado la ira, el odio, la cólera, la venganza, eran poderosas, hacían que el hombre en su escala más inferior cobrase valor, valentía para acabar con lo que sea que se interpusiese. El amor, que mucho se habla entre los mortales, hace que seas débil y manipulable; bastaría que la persona amada esté en riesgo para tener un hilo del cual tirar y hacer que cualquier héroe se arrodille ante un villano. Mientras que un villano no tiene nada que perder, sus metas son egoístas, y pasaría sobre cualquiera con tal de lograrlas, sin tener a alguien a quien amar vendería a su propia familia...

data-p-id=06ab788d0da4483e144b9c0918aec089,—Señor —El aeromozo logra que Blake apartase la vista de su libro que buen trabajo había hecho en sacarlo de la realidad—. Aterrizamos hace diez minutos, ¿aún no desea bajar?

El muchacho asiente con algo de vergüenza, deja su libro en uno de los cajones que había en la mesa del frente, se acomoda el traje quitándole alguna que otra pelusa y por último se arregla el cabello en el espejo. Desciende del avión y se da cuenta de que se encontraba en el aeropuerto Slim, en Londres. El frío de ese lugar era algo placentero apenas bajó se subió al auto del empresario que vería, había enviado.

—Noches buenas, Blake.

El señor Slim y el padre de Blake se hallaban allí adentro.

—Un placer verlo, señor Slim, muy amable de su parte venir personalmente.

La voz ronca del hombre le respondió con modestia.

El señor Slim era un muy viejo amigo de la familia, un buen proveedor de negocios y quien es todavía más asquerosamente ricos que ellos.

—Supe que vendrás a Londres a estudiar a la universidad —dice.

—Aún no tengo claro eso —contesta—. Estados Unidos me parece un lugar todavía más divertido.

—Me imagino, vivir en un lugar pequeño como St. Andrews debe tenerte harto.

—Será pequeño pero es muy tranquilo y privado —respondió Zachary que hasta ese momento se había ensimismado en su celular—. Además a Blake jamás le han faltado comodidades. Si quiere ir a alocarse en Estados Unidos puede hacerlo pero luego debe regresar a su pequeño y tranquilo pueblo.

—¡Bah! —Se opone Mr. Slim—. El muchacho es joven, mi hijo Kristoff que tiene veinte seis anda por allá y adora la vivaracha energía de los neoyorquinos. Además innegablemente es un mercado. ¿Y acaso no tienes hoteles en toda América?

El hombre suelta una carcajada cuando Zachary hizo un gesto de desprecio. Típico de él mostrar desprecio pero amar la "vulgaridad" de los americanos pues aunque lo negase, su mayor mercado era ahí, lo vulgarmente consumistas que eran los tenía a ellos en la cima.

—Eres tan joven y apuesto, Blake —comenta Slim cuando el carro está en movimiento—. He visto tu desempeño y el de tu hermano. Se nota que serán grandes mentes como su padre.

—Eso espero, señor.

—Y así será —habló su padre, devolviéndose al celular—. Hemos creado un emporio que no pienso perder. —Alza la cabeza en dirección a Slim—. Si supieras la cantidad de dinero que he invertido en ellos es mejor que lo hagan bien.

—Son jóvenes, es normal que cometan errores de vez en cuando —opinó.

Zac aprieta los labios.

—Aquí donde lo ve le gusta gastar en exceso —declara—. Jesse es más de poner su dinero en bancos y cuando esté listo podrá invertirlo. Blake —Lo mira de forma pasiva— él gasta su dinero y ni siquiera lo justifica.

El joven le dio una sonrisa para dirigirse al viejo:

—Creo que cuando trabajas duro también debes darte tus gustos.

—Indudablemente —contesta.

Y Slim se ríe.

Blake le contesta con una sonrisa complaciente. Luego posa sus ojos hacia la ventana Lo que su padre había comentado, lo dijo por aquella vez que gastó dinero en pagar el hospital de Dylan. Jamás habían tocado la charla porque Blake jamás lo veía si no era para hacer presencia como una hermosa familia en alguna reunión. Esa fue su manera de decirle que Kate le había informado de sus gastos o de cómo se comportó con ella. Esa plática no tendría más repercusión, estaba seguro.

Dio un largo suspiro y pensó: Jesse sí, él no.

Ja, si supiera que hace dos meses su amado hermano compró marihuana para todos en la fiesta de Marvin. ¿Y por qué no le decía eso? Cosas de hermanos, supuso. No importa que tan de menos su padre lo ponga a comparación de su hermano. A pesar de eso había ventaja en la falta de interés de Zac sobre la vida de Blake (a no ser que gaste un millón de dólares en un fin de semana) con respecto a su libertad. Podría comprar lo que quería y si se excedía se lo descontarían de su mensualidad o de alguna de las empresas pequeñas que su padre les había otorgado, que no manejan, claro está, pero que recibían dinero extra.