Capítulo 5
El portal de los muertos
En los recientes días, una sombra de inquietud se ha cernido sobre Almha: el maestro de Hechizos ha desaparecido sin dejar rastro, Orión, no logra ocultar su preocupación, y su consternación se hace ver cada vez que se aproxima la hora de su clase. Una energía opresiva y tensa se palpaba en el aire, una sensación que tanto alumnos como maestros podían sentir, aunque ninguno lograba identificar la causa de lo que se cocía a su alrededor. La directora, con una mirada inquisitiva, recorre los corredores examinando cada aula con meticulosidad, como si pudiera desentrañar el enigma invisible que los acecha.
-Hemos dejado el portal abierto -advirtió Orión
-¿Cómo podemos cerrarlo? -Nixia inquirió, ajena al desastre que se gestaba a su alrededor, mientras su tintero se derramaba sin que ella lo notara, gracias a la invisibilidad de la tinta.
-¡Nix, tu uniforme! -advirtió Borea, riendo, mientras la chica intentaba limpiar la tinta que, de repente, se volvió visible al entrar en contacto con una superficie que nada tenía que ver con el papel.
-Es imprescindible que todos nos reunamos y nos dirijamos al lugar exacto del portal. Solo así podremos cerrarlo y decir adiós a... lo que quiera que hayamos invocado -añadió Jasper, ofreciendo algo de comer a Pyra, que descansaba apaciblemente en su hombro. Justo cuando sus palabras comenzaban a resonar, las campanas de Almha repicaron, marcando el fin de la calma.
Nixia y Borea entraron al baño de chicas tras escuchar unos chillidos agudos que llegaron al pasillo. Todo parecía indicar que algo de acoso estaba ocurriendo, así que rápidamente se dirigieron a la fuente del ruido, llenas de preocupación. Sin embargo, al cruzar la puerta, se encontraron con un total vacío, no había nadie a la vista.
-Vez te dije que no había nada -dijo Nixia segura
-Nix en las escuelas mágicas también existen las brujas malvadas -aseguró Borea volviendo hacia la entrada para asegurarse una vez más de que no ocurría nada
El baño está adornado con numerosos detalles en bronce, que brillaban sutilmente bajo la luz. Los lavaderos estaban confeccionados a partir de enormes conchas que aportaban un toque marino al ambiente. En el suelo, alfombras especiales simulaban charcos de agua dejados por la lluvia, al pisarlas, emitían un suave murmullos como si el agua realmente estuviera fluyendo.
-Dime, ¿qué podemos hacer nosotras si vemos que agreden a alguien más? -inquirió Nixia, insegura sobre el plan, mientras trataba de limpiar su camisa. De repente, de el grifo emergieron unos tentáculos, seguidos por el cuerpo completo de un pulpo, que, al notar su presencia, extendió sus ocho extremidades antes de retroceder nuevamente en un abrir y cerrar de ojos.
-Amm... Borea -llamó, algo consternada, mientras la otra chica se acercaba con delicadeza-. Acabo de ver un pulpo salir del grifo -continuó, aún atónita por lo sucedido.
-¿Un pulpo? -preguntó Borea, frunciendo el ceño. -Tal vez deberías dejar de comer galletas de la fortuna por la noche, Nix -respondió, mientras pisaba repetidamente las alfombras, disfrutando del efecto de charcos de agua que parecían surgir con cada paso.
La lección de Paranormal se caracterizaba por un aura inquietante que la envolvía. Los alumnos, ajenos al origen de esa extraña energía, sentían un frío penetrante que les erizaba la piel. Sarraf, con su profundo conocimiento de la materia, giró la tabla al notar las quemaduras que la marcaban. Luego, dirigió su mirada seria a sus estudiantes, que se sentían cada vez más incómodos bajo su escrutinio:
-Una tabla de Ouija, también llamada tablero espiritista o tablero de brujas, es un medio por el cual algunas personas buscan comunicarse con espíritus. -Comenzó improvisando para intentar descubrir a los culpables del dilema-. Tiene letras, números y palabras como sí, no, y adiós impresos sobre su superficie. La pieza móvil llamada planchette se mueve para deletrear mensajes. La Ouija tal como la conocemos hoy tiene sus raíces en el espiritismo del siglo XIX. Hace pocos años fue descubierta accidentalmente por los humanos, y terminó patentada por los mismos como si fuera un juego de mesa en el año 1890. Funciona como un puente para comunicarse con el más allá, en muchas de las ocasiones en que es utilizada no se ve el resultado deseado ya que muchos no logran contactar. Advierto contra su uso, ya que es potencialmente peligroso.
- Ahora, bien, sin más rodeos. ¿Quien ha tomado la tabla de mi escritorio? -Preguntó con severidad pero todos se quedaron cayados.
Un lamento distante resonó desde el pasillo, y de repente, la puerta del salón se cerró de golpe. El griterío de los estudiantes estalló. Damon Stonehill, determinado a demostrar la valentía que su popularidad le confería, se acercó a la puerta con la intención de descubrir qué había al otro lado. Sin embargo, un inexplicable temor se apoderó de él, lo que lo hizo retroceder y regresar a su asiento. El lamento continuaba intercalándose con los gritos que se intensificaban, creando una atmósfera aún más aterradora.
-¡Cálmense todos!-gritó el maestro, colocando la tabla de Ouija sobre su escritorio. Era una emergencia, así que encendió varias velas-. Ahora, todos, levanten las varitas hacia el tablero, vamos a invocar a este espíritu -añadió, mientras los estudiantes obedecían, alzando las manos en dirección a la tabla-. Concéntrense en el puntero -continuó con seriedad-. ¡Ser del otro mundo, imploramos tu presencia y queremos conocer la razón de tu visita! Justo en ese momento, la tabla se partió por la mitad, y el puntero salió disparado, impactando en la frente de Jasper. La puerta se abrió lentamente, como si el ser invocado decidiera marcharse de inmediato.
-¿Se ha ido? -preguntó Nixia
-No, solo ahora sabe que estamos enterados de su presencia -respondió Sarraff mientras la directora se asomaba en la puerta con una expresión de preocupación.
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Editado: 10.09.2024