Narra Rose
—El príncipe, no nos ha otorgado ningún tipo de información de lo que está sucediendo. ¡Tenemos muchas preguntas! Según medios cercanos; el hijo de Rose Miller no es del príncipe Michael, sino de una noche desenfrenada de la...... — apague el televisor.
Las noticias me tienen harta. ¿Qué coño piensan estas personas? ¡Soy malditamente billonaria! ¡No necesito dinero! ¿Acaso eso se les olvida?
Dejando el tema a un lado ¡Estoy aburrida! Y tengo un antojo. Y lo malo de todo esto; es que no puedo salir, la prensa me sigue a todos lados, no sé cómo no van al baño conmigo. La empleada, Martha, le di el día libre. ¿Genial, no?
Michael.
Tendré que llamarlo, puesto que no tengo de otra. ¡Quiero helado de chocolate!
No sé dónde demonios deje mi celular, así que tome el teléfono de casa.
—Mierda, estoy ocupado Martha, ¿Le paso algo a Rose? — ¿Es príncipe o un callejero? Reí por lo bajo.
— Lo siento, su majestad, no quería molestarlo. — Le dije algo irritada. — ¡Quiero helado de chocolate!
—Nena, ahora estoy ocupado, puedes esperar.....— lo interrumpí.
— ¡Quiero helado ahora! — y colgué.
Fui a mi habitación y tome una ducha. Tome un vestido azul y unos zapatos altos, negros. Hoy saldría a ver a mis padres, me han llamado millones de veces, por esa razón puse mi celular, en el horno.
Cuando Michael llego le arrebate el helado de las manos lo cual hizo que me mirara mal.
— Hoy iremos a casa de mis padres. — le dije. — Y no acepto uno por respuesta.