Narra Michael
Mi vida ha dado un giro tremendo y por alguna extraña razón: me gusta.
La prensa, luego de enterase de que tendré un niño, se ha vuelto loca y por esa razón Rose sale menos ya que con una panza de siete meses le es muy difícil correr. Pero aun así se ve hermosa. Últimamente Rose ha estado muy mal humorada y con mas antojos y náuseas. Se ve tan tierna con su gran pansa. No pude evitar enamorarme de ella y por esa razón he dejado de llevar chicas diferentes a casa, me enfoco solo en ella, tan hermosa.
Cuando llegue a casa, no la encontré en la sala, por lo que asumí que estaba arriba; y no me equivoqué, con lo único que no conté fue con encontrarla frente al enorme espejo de cuerpo entero: desnuda.
Su figura había cambiado mucho desde la ultima vez que la tuve debajo de mi, sus senos están el doble de grande y su trasero ese esta hermoso, su hermosa pansa adornaba su cuerpo de una forma bellísima. Y no pude evitar pensar las cosas que podría hacerle.
Carraspeo y ella se asusto: pero luego medio una mirada enojada y se sonrojo, se metió en su enorme closed y salió vestida.
— ¿Acaso no sabes tocar? No puedes entrar así por así. Ya se que es tu casa pero no lo hagas por favor.— dijo enojada.
Tuve que acercarme y la abrase fuerte, tenía una erección por su culpa y tenerla en mis brazos no ayudaba. La abrase por detrás y le restriegue mi erección contra su trasero.
— Mira lo que me haces.— no me vi llegar lo siguiente pero ante de que lo procesara: sentí sus labios sobre los míos, el beso se profundizó tanto que creí que moriría pero nos separamos a tiempo y ella prosiguió el beso.
Regrese a mi cuerpo cuando ya ambos estábamos desnudos en su cama apuntó de entrar en ella, la mire a los ojos antes de hacerlo.
—¿Segura?.— ella asintió en un gemido y nos hicimos uno.
Hicimos el amor. Pero ¿Que habrá sido para ella?