La habitación se perpetúa
en horizontes angulares.
Tras la ventana,
confusión geométrica
eclipsando al sol.
(Muda rabia de concreto)
Una tristeza encenagada
arraiga mis pies
a esta clausura estólida.
En las sombras de los gatos
desciframos nuestros nombres.
Vivimos en la danza ciega
de la locura fraternal.
En nuestras lindes rígidas
de hierro y cristal
aprendemos a negar el cielo.
Y en este cuarto negro
mi sombra baila
al compás de la soga.