ALLAN CARTTER
—¡Violett! ¡Violett!— Escucho la voz de Bryan, la leva en brazos hasta el sofa— ¡Llamen a una ambulancia!
Eso fue suficiente para que saliera de estado de shock en el que estaba y corriera hacia ella— Violett... ¿Estás bien?— No responde, no hace nada, simplemente está allí, pareciera que duerme. Su madre empieza a llorar y todo se vuelve más confuso cuando llega la ambulancia.
¿Cómo puede pasar esto espécificamente hoy? Todo iba tan bien y de repente, se enfermó. Llegamos al hospital y la angustia de todos aumenta a cada segundo que pasa. No puedo negar que me asusta todo lo sucedido, pero debo ser fuerte, Violett me necesita ahora más que nunca.
No sé porqué, pero Bryan esta sentado en la sala de espera, apartado de nosotros. Noah se acerca a él y empieza ya hacerle reclamos innecesarios.
—¿Qué le hizo imbecil?— Bryan se pone en pie y ahí es donde intervengo
—Es mejor que te sientes Noah, deja de buscar más problemas...— Me mira mal, pero finalmente se aleja— Disculpalo es...
—Un niñito inmaduro, lo sé —Me interrumpe— Descuida, no hay problema...
—No es necesario que te quedes, cualquier cosa te aviso...
—No solo me preocupa Violett... —Agacha la cabeza y luego mira al frente— Victoria se sintió mal y la están examinando...
—Estaran bien, no hay de qué preocuparse... ¿Pero y sí no?
—Siempre se debe esperar lo mejor, confiar en que no es algo grave... Sabes ellas piensan mucho en la muerte...
—¿Sí? Violett no habla mucho conmigo sobre eso...— Digo intentando no pensar el lo mucho que me he distanciado de ella
—Sí, pero no debes dejarla sola... Aunque intente apartarte, nos necesitan... De hecho mi hermana hizo hasta lo imposible por conseguirme una novia...
Rio— ¿Y lo logró?
—No, me presentó hasta la última amiga que tenía, al final le dije que tenía novia. Para que me dejara en paz...
—Eso fue muy ingenioso... ¿Crees que Violett este bien?
—Lo estará, ella es muy fuerte y lo he comprobado en innumerables ocasiones... No se deben preocupar más de lo necesario...— Dice muestras toca mi hombro
—Joven Bryan— Interrumpe la doctora, la volteamos a ver al mismo tiempo— Solo es fiebre, se quedará en observación, debió ser por el contacto con tantas personas...
—¿Y Violett?— Se ve preocupado, pregunta aún así con algo de tristeza
—No me han dado noticias de ella, pero entro grave, su saturación no era la mejor... Pero todo estará bien...
Se aleja la doctora, desapareciendo al final del pasillo— Todo esto es mi culpa, lo debi seguir su absurdo juego... El estar todo el día en la calle debió afectarla...
—No, ella estuvo en unos exámenes especializados desde el lunes... De hecho, llegó hace como cinco horas...— Dice mientras mira su reloj
—¿En qué momento?— No puedo creer que no me haya dicho nada, ya lo confia en mi
—No lo sé, nos pidió ayuda con lo del cumpleaños y no sabemos más...
—Familiares de Violett Cartter— Entra en la sala el doctor, habla con una calma escalofriante
—Sí, doctor... ¿Cómo está?— Espeta mi tía Ángela, su madre
—El pronostico es reservado... Tuvo un Shock Séptico, ahorita está sedada, la mantendremos unos días así, esperando a que responda a la medicación... Esta estable, a las 9 empiezan las visitas, deberían descansar...
—¿Se sabe qué lo provocó?— Pregunto cuando se dispone a irse
—Posiblemente el estrés del día, pero también intervienen bacterias que están atacando su sistema, por el momento nada es seguro... Lo mejor es esperar a ver si evoluciona favorablemente... Con permiso, debo ir a descansar un poco...— Sin más se retira, eso no me tranquiliza ni un poco, antes me preocupa
Todos nos vamos para casa, al llegar me tumbó en la cama, intentando conciliar el sueño, pero no lo logro. No puedo alejar de mi mente los peores pensamientos, que todo sale mal, que no sé recupera, que será la última vez, eso solo me mortifica.
Despierto a las doce y voy directo al hospital, mi tía está allí, desanimada y triste. Me acerco a ella y no puede ni hablar, esto es más difícil de lo que parece, tener esa incertidumbre que posiblemente no lo logre es atemorizante.
Y así pasaron los días, la mantuvieron cedada, esperando a que cediera la infección. Fue muy duro verla, en la cama, en un cuarto apartado de los demás. Conectada a múltiples aparatos que aún no se ni para que sirven. Solo esperaba y llamaran, y me dijeran que esta bien, que solo fue un susto. Pero ya han pasado 4 días y nada.
Mi tía me llamó de repente para que fuera lo antes posible al hospital, mi corazón va a mil, temo que es algo muy grave.
—Aquí estoy... ¿Para qué soy bueno?— Corri desde la puerta hasta el fondo del hospital, estoy muy cansado, pero mi condición física es buena, así que casi lo sé siente
—Violett necesita una donación de sangre y tu eres el único que nos puede ayudar...
—¿Yo?— Pregunto sorprendido— Pero y usted no puede— Le digo a mi tía
Ella titubea y no reponde— Es urgente— Dice la doctora —Que bueno que encontramos a alguien con su mismo tipo de sangre... Vamos— La sigo a un cuarto frío, se respira ese característico olor a hospital
—Relajate, nos tomará unos minutos— Dice la enfermera. Golpea mi brazo y espera unos segundos a que la venda sea visible, introduce la aguja y no aparto la mirada ni un segundo. Después de que la bolsa esta llena, saca con sumo cuidado la aguja— Comete el juego y la galleta— Agrega la doctora