Taylor
Desperté con la luz del sol dándome en la cara, me odie a mí misma por dejar las cortinas abiertas, abrí poco a poco los ojos y me senté en la cama, bostece y me estire, esta era mi última semana de vacaciones, bajé las escaleras, entre en la cocina y me recargue en el refrigerador, no había nadie en casa, el teléfono sonó, me moví lentamente y con toda la flojera del mundo sobre mí, todo lo demás paso en cámara lenta, era como si alguien hubiera presionado un botón para que la escena fuera mucho más lenta, "Accidente", "estado crítico", "señores Ramírez", "auto", "borracho", "hospital", escuchaba la voz de la enfermera a lo lejos, mientras mi corazón latía a mí por hora, era raro porque todo parecía ir muy lento menos mi corazón, "¿Hola? ¿Señorita?" estaba en shock, el tono de la llamada terminada me hizo reaccionar un poco, sentir este tipo de cosas, nunca ha ido conmigo, ni siquiera cuando mamá decidió irse sin mí, había sentido algo así, las palabras de la señorita retumbaban en mi mente de forma desorganizada.
Salí de casa corriendo y choque con un chico, me detuvo, no sabía que estaba llorando hasta que me seco las lágrimas, me separe de él y me di cuenta de que era Adam, trate de explicarle las cosas, se ofreció a llevarme al hospital en el auto de Peter y yo acepte, volví a mi habitación para ponerme otra ropa, tomar mi celular, y dejar una nota en la cual seguramente no se entendería nada, pero ahora eso no era lo importante, trate de calmarme pero seguía estando demasiado alterada como para caminar sola hasta el hospital y no tenía ni idea de donde estaba mi bolso como para pagar un taxi, Adam me guio al hospital tomando mi mano y tratando de hacer que me calmara un poco.
-Mírame – no lo hice, yo simplemente no podía, no quería hacerlo, no quería que nadie me viera de esa forma, con el corazón roto – Taylor, Mírame – su voz sonó fuerte y escuchar mi nombre en su voz me pareció extraño, solo por esta vez lo hice lo que me decía, lo mire a los ojos y trato de sonreír por mí - vas a estar bien ¿de acuerdo?, pase lo que pase ellos necesitan que seas fuerte, hazlo por ellos.
-Tratare de hacerlo – baje del auto y las piernas me temblaban, Adam llego hasta mí y me rodeo con un brazo para ayudarme a estar de pie.
-Vamos estoy contigo
Adam me ofreció su mano y me llevo dentro del hospital, me guio hasta la recepción, nos explicaron lo que había pasado, un accidente de auto, volvían del café, iban a casa, un conductor ebrio se equivocó de carril y los impacto de frente, Maya no había logrado llegar al hospital y Eddy estaba en estado crítico, yo era el único de sus contactos que no era un distribuidor y me habían llamado a mí porque el número de mi casa era el número que ellos tenían en caso de emergencias, me abracé a mí misma y me puse a llorar, sentía como el corazón se me rompía, Adam me abrazo y me arrullo un poco, las dos personas a las que más quería en el mundo habían tenido un accidente y una de ellas ni siquiera había logrado recibir atención médica, ya no iba a ver a Maya, ya no iba a poder escuchar esas historias de cómo había aprendido a preparar café, ya no me iba a recibir con una enorme sonrisa, ya no me iba a regañar por ir a la cafetería sin suéter, ya no iban a celebrar conmigo mí cumpleaños, ya no iba a verlos bailar por las noches al cerrar el café, ¿Cómo iba a decirle a Eddy?, ¿Cómo iba a mirarlo a la cara y decirle que ella ya no estaba?, ¿Cómo iba a poder volver a ese café?, me estaba volviendo loca, Adam me detuvo antes de que siguiera dando vueltas por la sala de espera.
-Tienes que calmarte un poco – lo mire mal y una lagrima resbalo por mi mejilla, le di un golpe para que me soltara
-Tú no sabes nada – empecé a llorar de nuevo
Adam me abrazo de nuevo y se disculpaba en susurros, me dijo que era verdad, que él no podía entender lo que yo estaba pasando y que esperaba que Jack llegara pronto, Adam logro convencerme de que lo mejor era que esperara sentada, porque caminar de un lado a otro no iba a hacer que el doctor saliera antes.
Jack llego por la tarde, en cuanto lo vi corrí a sus brazos y me abrazo fuerte, trato de calmarme, pero no podía estaba muy triste, le agradecía a Jack por venir hasta acá por mí, pero eso no hacía que estuviera mejor con todo lo que pasaba.
-Deja de mirarla como si quisieras asesinarla – la voz de Adam me asusto y lo mire mal, pero tome el café que me ofrecía
-Ella es la chica que él siempre ha deseado encontrar – me encogí de hombros
-Es bueno que la encontrará, pero a veces debes tener cuidado con lo que deseas, no siempre las cosas llegan como nosotros queremos – Adam se sentó a mi lado y se cobijo
-¿Qué haces? – le quite la cobija y el me miro mal
-Jack está aquí, quiero dormir un poco – volvió a tomar la cobija, pero un doctor salió y nos miro
-¿Familiares del Señor Ramírez? – Adam se levantó de un movimiento y se plantó entre el doctor y yo