TAYLOR
Jack me había convencido de dejarlo trabajar en la cafetería, incluso me enseñó a preparar un postre de limón riquísimo, al parecer en casa de Isabel había aprendido muchas cosas y diferentes tipos de postres, el sueño de Andy Parker siempre había sido tener una pastelería, pero entre cuidar de su hija y ser enfermera, jamás había podido atender una, me di cuenta que Jack había aprendido a amar el jugo de naranja natural, a sonreír más, de pronto me di cuenta que este Jack no era el chico con el que yo había crecido, este chico era mucho más relajado y sonreía mucho más, la sombra de su pasado parecía cada vez más lejos y su rostro se iluminaba por completo al hablar de Isabel, ahí al verlo me di cuenta que era cierto, eso de que el amor cambia a las personas, Adam me había hecho cambiar a mí y Jack había cambiado por Isabel, no era algo que te pidieran, simplemente pasaba, con el tiempo te dabas cuenta que querías mejorar por la persona a la que querías y que tampoco se trataba de que alguien quisiera cambiarte, al contrario, te aceptaban como eras y tu decidías cambiar por ellos, me reí
- ¿Qué te causa gracia? – Jack seguía jugando con un lápiz mientras trataba de averiguar dónde iba la palabra que había señalado, estaba jugando cruzados
- Lo mucho que hemos cambiado – sonreí y suspiré
- ¿a qué te refieres? – escribió la palabra y me sonrió victorioso
- Mírate Jack, sonríes mucho más, eres más feliz, ya no eres ese chico serio, sarcástico que apenas y nos dejaba entrar en su vida, ahora pareces completamente dispuesto a compartir todo lo que has vivido con ella – suspire y sonrió
- ¿Qué puedo decirte? – se encogió de hombros – la amo, Isabel es una chica maravillosa, no es la niña que conocí a los diez años, aún hay un poco de esa Isabel en la de ahora, pero creo que me gusta más la que estoy conociendo a diario – hizo una pausa mientras escribía otra palabra – ¿Cómo lo estas llevando tú?
- ¿Sobre qué? - lo mire mientras terminaba de preparar mi emparedado
- Sobre todo, lo de Maya y Eddy, Adam, tu padre, todo, no has hablado conmigo desde que llegue aquí - anotó otra palabra y recogió todo para prestarme atención por completo
- ¿por dónde puedo empezar? - me senté en el sofá al estilo indio y puse el plato entre mis piernas, se sentó a mi lado como hacíamos cuando todavía no se había mudado, paso un brazo sobre mis hombros y me beso en la frente
- Empecemos por Maya y Eddy ¿Cómo lo estás llevado? – sentí mis ojos arder
- Los extraño tanto, cada día que llegó a la cafetería espero verlos ahí y después me doy cuenta que ya no van a estar ahí para recibirme – sentí un nudo en el pecho – ni siquiera he podio ir a su tumba, no quiero creer que están ahí, Adam estuvo al pendiente de mi mientras estaba en depresión, incluso uno de los primero días, baje a la cocina buscando agua para calmarme, había tenido una pesadilla y Adam se había quedado dormido en el sillón, había una pequeña bolsa de besitos de nuez en el refrigerador, supongo que presione demasiado el vaso porque se rompió en mi mano, Adam despertó por el ruido y fue corriendo hacia mí, fue la primera vez que me beso, quizá él no lo recuerda porque estaba medio dormido, pero yo sí, quizá tenía el corazón roto, pero sé todo lo que paso esa noche
- ¿Qué sientes por Adam? – suspire
- No lo sé, pero siento que cerca de él puedo ser yo misma, estando con él, no soy Taylor Evans la hija y futura heredera de la compañía Evans, con él sólo soy yo, Adam me hace sentir como si no necesitará nada más que estar con él, creo que me siento más cómoda estando con Adam que con cualquier otra persona, no es tan malo como creí y aunque ha pasado por un montón de cosas malas, sigue siendo un gran chico, se preocupa mucho por mí y por sus primos, incluso he querido volver a escribir
- eso es amor – lo golpe levemente con el codo y se rio - lo siento cariño, pero estás enamorada de Adam
- ¿crees que lo estoy? - negó con la cabeza
- Sé que estás enamorada de él, pero ¿él lo sabe? – sonrió al recordar algo – alguien una vez me dijo que hay personas que necesitan escuchar lo que otro siente por ellas porque son tan ciegos que no pueden verlo por ellos mismos, a veces es necesario expresar lo que sentimos, lo que pensamos o lo que creemos, aún que corramos el riesgo de ser tachados de locos, porque sólo de esa forma las personas sabrán lo que queremos que sepan, abre tu corazón a Adam y dile como te sientes