Stella
Tomé un taxi para llegar a casa, porque mi pequeña hermana Jessica pensó que era una muy buena idea dejarme sola en el centro comercial al que habíamos salido de compras ¡juntas! Eso no mejoraba para nada mi humor pero no me quedó otra opción más que regresar a casa sola.
Me sentía un poco extraña por el revuelo de emociones que tenía en mi ahora mismo, no sabía ni como explicarlo mi corazón se había acelerado a una velocidad que no creía posible, no podía entender el porqué, y no tenía sentido alguno el hecho que mis pies flaquearon por alguien que apenas conocí, tampoco qué sintiera la necesidad de explicarle para que descarte de su mente el hecho que no estoy interesa, el poco sentido que tenía que tirara todas mis guardias abajo tan fácilmente, y es tan ridículo porque todo lo que se de el es que se llama Jasper Brown y que le gusta el frappuccino de vainilla.
En mis cortos dieciocho años he tenido un par de novios y unos cuantos amores platónicos incluso me imaginé casada con uno de ellos, pero esto es diferente guiándose a lo ridículo, está bien que me parezca atractivo después de todo estaría mal negar que es obviamente muy guapo, pero ¿Por qué actúo como si acabase de tener la mayor conexión emocional de mi vida cuando solo estuve con él ¿cuanto? ¿diez minutos?
No recordaba ser tan fácil, tal vez debería de dejar de hacer maratón de películas de romance con Jessica, porque era obvio que me estaba afectando.
El taxi me dejó en el portón por lo que tuve que caminar un poco para llegar a la puerta de mi casa, al abrirla me encontré con mamá bajando por las escaleras, estaba sumida leyendo algo en su tableta, mientras fruncía el ceño y arrastraba su pulgar hacia arriba sobre la pantalla.
—Hola mamá ¿Todo bien? —pregunté extrañada por su clara expresión.
—Hola cariño. —dijo al verme—. sí, todo bien, solo estaba leyendo la columna del diario, es sobre la empresa, está criticando nuestros diseños de la nueva colección, creo que no se informó acerca de que los mejores diseños fueron guardados para lanzarse en la fiesta de aniversario. —dijo mientras suelta una sonrisa burlona.
—Oh, seguro morirá de vergüenza el próximo sábado cuando vea tus increíbles diseños ser exhibidos, no encontrará donde esconder su cara. —dije mientras le sonreía con confianza, los diseños de mi madre son hermosos tirando a la perfección, por ello Miller 's company es la tercera empresa más influyente del país y la primera si hablamos de moda.
—Creo que podría pagar por ver su cara ¿por qué no vienes con Jessica? -preguntó extrañada.
—Tuve que venirme antes porque no me sentía bien. —interrumpió jess mientras entraba a la sala—. creo que el almuerzo no me sentó muy bien.
—Entiendo, ¿ya tomaste algo? —le preguntó a mi hermana.
—Sí, no te preocupes ya estoy mucho mejor. —dice con una pequeña sonrisa nerviosa.
—Subiré al baño, bajaré para cenar, mi papá no debe tardar. —dije y subí rápido por las escaleras, mientras escuchaba los paso de jess sobre la escalera detrás de mí.
Abrí mi habitación y revisé mi imagen frente al espejo, honestamente sabía que era atractiva, no era la chica más guapa del mundo ni siquiera estaba en las primeras cien pero sí estaba segura de estar por encima del promedio.
Soy piel blanca con un tono neutro, mi cabello es de un rubio miel, mis ojos son un tono gris azulado con largas pestañas que le dan una profundidad muy hermosa a mi mirada, mis cejas eran de un castaño medio, mi nariz no era la perfecta puntiaguda pero estaba bastante bien y mis labios tienen ese color rosa, el grosor es perfecto nada de más, nada de menos aunque mi altura si era bastante promedio, pues mido un metro y sesenta y cinco centímetros.
En cuanto a las proporciones de mi cuerpo... bueno no se puede ser perfecto, era bastante delgada y no se destacaba ninguna parte en particular, no era completamente plana pero las curvas no estaban conmigo, así que era bastante claro que mi atractivo está en mi cara y que más que una chica sexy era obviamente una chica del tipo tierno, es lo que hay y pues no me quejo.
—¿Qué? ¿te dijo que estabas plana? —dijo Jess sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué? No, solo estaba viendo si no me había manchado cuando tiré el café —mentí —. y si al menos yo permanezco intacta.
—Y ¿Qué tal?
—¿Qué tal? ¿qué?
—No te hagas Stella, sabes a lo que me refiero. —dice levantando una ceja muy coqueta.
—No lo sé. —solté un poco abrumada.
—¿De qué hablaron? ¿Le pediste su número?
—Pues tal vez... no hablamos mucho, en realidad creo que hablamos solo sobre su camiseta y de cuánto lo sentía. —hice un intento de sonrisa, sabiendo lo estúpido que sonaba eso.
Ella comenzó a reírse exageradamente y no es muy agradable sobre todo si sabes que se burla de ti.
Soy bastante tímida con las personas con las que no estoy familiarizada y es un claro problema en el que estoy trabajando porque después de todo seré la heredera de Miller's y mi timidez solo hará que me coman viva los medios por no ser la digna representante que se coloca con confianza frente a ellos.
—Pero tengo su número. —solté intentando parecer más confiada como si yo misma lo hubiese pedido, ignorando completamente el pequeño error que cometí al darle el incorrecto cuando él lo pidió.
—¿Enserio? Me alegro por ti Stella, el chico era bastante guapo, trata de no volver a mencionar lo de su camiseta o te mataré. —amenazó divertida—. cuando te escriba solo menciona cualquier cosa, intenta mantener la conversación e ignora completamente lo del café eso ya no es relevante, lo importante es que te gusta y que obviamente tu le gustas a el.
—Deja de actuar como la mayor. —dije mientras reía solo era un año menor que yo pero era mucho más extrovertida y segura.
—No seré la mayor pero tengo más experiencia. —levanta sus hombros confiada con la expresión de diversión en su rostro.