Stella
Poco a poco los invitados llenaban el salón y si ignorábamos la existencia de Jasper que estaba sentado en primera fila y que me traía sentimientos extraños pues si todo iba a la perfección.
No faltaba mucho para dar las palabras de apertura y los nervios comenzaron a atacarme nuevamente, y esa intensa necesidad de ir al baño vino consigo así que me dirigí a este con la esperanza que una vez que acabase los nervios también me abandonaran.
Cuando terminé salí y me lavé las manos manteniendo fija mi mirada en el espejo, con esa fuerte intención de reconfortarme a mi misma, tú puedes, lo harás bien... repitiendo de nuevo esas pequeñas frases que me den el valor suficiente para olvidarme de mis miedos de arruinarlo todo que no me dejaban tranquila. Respiré profundo y tomé todas las fuerzas ahí solté el aire y luego salí para buscar a mamá.
—Hola.
—Hola, qué sorpresa, no esperaba verte aquí. —contesté seca, aunque él mantenía su típica sonrisa luminosa que justo ahora me irritaba.
—Quisiera decirte lo mismo pero la sorpresa sería si no estuvieras aquí.
—Exacto, si me disculpas tengo que irme, mi acompañante me está esperando.
—Ah... está bien, ¿Estamos bien? ¿Cierto?
—No lo sé yo estoy bien, ¿tú lo estás?
—No estoy seguro, pensé que te gustaría verme aquí, pero ahora pareces molesta, supongo que el hecho de que no me enviaras un mensaje ayer no fue un error.
—Estás en lo correcto, no fue precisamente un error.
—¿Hice algo malo? Stella tu me besaste y no recuerdo haber hecho nada malo después de eso, tampoco planeé que alguien nos grabara y lo publicara, entonces, ¿porqué estás molesta conmigo?
—Oh, discúlpame por el beso, en ese momento no estaba pensado con claridad, lamento si te tomó por sorpresa y te ocasionó problemas con tu novia, pero no me dijiste que tenias una, asi que no es todo mi culpa, en fin es solo un beso, finge que no pasó yo ya lo hago. Y si me disculpas te dije que tengo que irme. —dije con una sonrisa completamente falsa, la molestia de él y Serena juntos me estaba carcomiendo lentamente.
Me giré sobre mis pies pero me detuvo del brazo y su profunda mirada gris me inspeccionaba, la seriedad y curiosidad se juntaron para formar su mirada, parecía no entender nada pero menos lo hacía yo.
—Stella ¿puedes explicarme exactamente que hice? Lo solucionaré solo házmelo ver por que justo ahora no soy tan listo y no entiendo qué demonios hice para que te portes así conmigo.
—Nada, tengo que irme te dije que mi acompañante me espera.
—Ah, tu eres la que ya está saliendo con alguien e intentas culparme para sentirte mejor sobre tu infidelidad.
—No intento sentirme mejor con nada, tu eres el que apareció muy feliz de la mano con alguien más en la fiesta de la chica que besó la noche anterior.
Mantuvo su desconcierto pero la sonrisa le brotó de sus labios otra vez como si al fin entendiera todo.
—¿Estás celosa?
—¿Qué? Claro que no.
—¿Enserio? Porque pareces estarlo justo ahora.
—No te proyectes, verte con alguien más no me genera nada, tal vez el que está celoso de verme con alguien más seas tú, te dije que el beso entre tu y yo ya estaba olvidado para mí.
—Está bien, lo admito estoy un poco celoso que estés intentando irte tan desesperadamente al lado de otro que no sea yo, pero no digas que el beso está olvidado para ti cuando no dejas de mencionarlo, no es tan difícil admitir que te gusto Stella.
—¿Por qué admitiría eso?
—Por qué es la verdad.
—No lo es.
—¿Sabes que creo? Qué estás intentando huir de mí porque te asusta que lo que sientes por mi sea más fuerte de lo que sientes por él, qué tus deseos de besarme justo ahora te superen y no te quedé más que admitir que no sólo te gustó nuestro beso, si no que también te gusto yo.
—No puedes estar más alejado de la verdad, no fantasees. —dije totalmente en mi papel de no me importas rogando que mis ojos también estuvieran en el papel.
—Bien, entonces dejaré de hacerlo. —dijo acercándose y colocando su mano derecha en mi mejilla izquierda.
—¿Qué haces?
—Dejar de fantasear... ¿Estás segura que no quieres besarme?
—Sí.
—¿Aún no? —preguntó acercando más sus labios a los míos.
—N... No.
—¿Segura que no quieres? —dijo apenas rozando sus labios con los míos dejándome con la respiración contenida, sin poder responder y mis piernas tambaleando haciendo que su mano me tome de la cintura para sostenerme en mi sitio, y juntos cuanto creí que por fin iba a besarme un carraspeo de Jason me sacó del trance.
—Stella, tu mamá está buscándote está por dar inicio deberías ir.
—¿Ah? ¡Aah! si por supuesto.
Caminé alejándome de ellos rápidamente y sin poder evitarlo giré mi cabeza para verlo y su tonta sonrisa seguía ahí mientras mantenía su vista en mí, aparté la mirada rápidamente y maldije internamente porque si no fuera por Jason probablemente lo hubiera besado.
—¿Dónde estabas? —preguntó mi madre molesta—. ¿Por qué parecen tan empeñados en arruinar el día? Quiero llevar las cosas en paz pero definitivamente ustedes no están cooperando, sube y haz lo que practicaste de una vez.
—Ah, sí...
Tú puedes, tú puedes... tú puedes.
—Lo harás bien, tranquila, solo concéntrate y si te pones demasiado nerviosa solo fija tu mirada en mí y piensa que estás en la habitación practicándolo, me pondré justo en frente, suerte. —dijo Jess para después darme un abrazo reconfortante e irse.
Cerré mis ojos por un segundo y avancé por uno de los pasillos con la sonrisa ya puesta en mis labios hasta llegar frente a todos.
—Sean todos bienvenidos al veinticinco aniversario de Miller 's Company. —dije en un intento de voz animada pero esta salió temblorosa al final de la última palabra, afortunadamente el público estaba muy receptivo y animado dándome un poco de valor—. Es un honor tenerlos a todos aquí presentes, a nuestros embajadores, fieles clientes y amigos cercanos, espero estén disfrutando la noche porque esto apenas empieza.