2 años antes
~Rechazada~
Nora
Nunca en la vida había hecho algo así, por nadie. Jamás me había enamorado como ahora. Me han gustado algunos chicos sí, pero de hay en más, no. Hasta que conocí a David Saavedra. Aunque solo hay un problema, él es la clase de chico que siempre había evitado, es un completo mujeriego con cada una de las palabras. He estado enamorada de él desde hace algunos meses, lo conocí por Isabella mi mejor amiga, ella es amiga de una de las primas de David y ella nos lo presento. David y yo somos de diferentes clases sociales, aunque vayamos en el mismo instituto. Yo tengo una beca, la cuál me permite seguir estudiando en esta.
Fue difícil escribir la carta, jamás había escrito una, hasta ahorita. No sabía qué poner, así que fui breve. Termino de escribir la carta y comienzo a ponerla en el sobre. Hoy por fin será el día en que le declare mis sentimientos. Estoy muy nerviosa y quiero arrepentirme, pero en menos de una semana no lo volveré a ver, sino hasta dentro de un mes. Me levanto de mi asiento y me acerco al lugar donde se sienta David, coloco la carta entre unos de sus libros. Solo faltan cinco minutos para que comience la siguiente clase y la última del día. Algunos minutos después el timbre comienza a sonar y algunos estudiantes van entrando en el salón de clases. Observo nerviosa la puerta a la espera de él, pero no.
Bajo la vista al libro que descansa sobre mi mesa tratando de concentrarme en lo que sea que estoy leyendo. Unos minutos después escucho su melodiosa risa, él ya ha entrado, ya está aquí. Mis manos comienzan a sudar y mi corazón está latiendo como loco. Quiero ver si él ya ha visto la carta, pero estoy tan nerviosa que no puedo voltear a verlo. Pero me armo de valor y volteo y ya está, David ha tomado la carta y la está viendo. Estoy muy nerviosa.
De repente sucedió algo que no me esperaba el estaba mostrándole la carta a sus amigos. Mi corazón se hace añicos cuando veo que él se para al frente de todos con la carta entre las manos y él la va a leer, se las leerá.
—Escuchen esto —dijo David con la carta entre las manos.
“Hola, David, no soy buena escribiendo cartas, pero lo creo necesario, es la mejor forma de expresarte mis sentimientos. Eres un chico muy popular, todas las chicas te quieren y eso me hace temer a decirte lo que siento.
David estoy sintiendo esto desde hace algunos meses. Eres un chico muy lindo, bueno eso tu ya lo sabes. Siempre estas rodeado de mujeres hermosas. Y como ya lo había dicho antes eres el chico que toda mujer quiere. Y bueno yo solo quiero decirte que me gustas. Jamás había sentido algo así por nadie. Me han gustado algunos, sí, pero jamás había sentido algo así de fuerte por ellos como hoy lo siento por ti. Eres alguien muy especial para mí y ahora creo en esa tontería de "El amor a primera vista" Tal vez a ti no te interese en lo absoluto, pero yo quisiera conocerte más a fondo. No solo conocer esa faceta de ti que ya todos conocen.”
Termina de leer la carta y todos comienzan a reír.
En este momento quisiera desaparecer. Quisiera salir corriendo, pero lo que me detiene es que todos sabrán que fui yo la que escribió esa estúpida carta. El por lo menos no ha dicho el nombre, pero eso no quiere decir que no me sienta humillada.
Siento un nudo crecer en mi garganta y la vista se me comienza a nublar, pero no voy a llorar no ahora, no lo hare. Isa me comparte una mirada, pero yo le doy una mirada de -no te preocupes no fui yo quien escribió esa tontería- y ella continúa hablando con un amigo de David. Todos los demás siguen riendo y diciendo cosas sobre la chica de la carta.
***
Una hora más tarde por fin la clase ha terminado y salgo de ahí rápidamente, tanto que me olvido de Isa.
Entro raídamente a los baños y entro en un cubículo, bajo la tapa del escusado y me siento en él, pongo mis codos sobre mis rodillas, mi rostro lo entierro sobre las palmas de mis manos y me echó a llorar. Estoy tan arrepentida por lo que he hecho. Le he dado el poder de terminar conmigo y de lastimarme todo lo que le plazca.
“¿Qué esperabas, Nora, él es un completo mujeriego? Tú sola te has ilusionado".
¿Acaso creíste que con esa estúpida carta lo harías cambiar de parecer? Pues no, ni tu ni nadie, y menos tú que eres una completa nerd.
¿Por qué tuviste que hacer eso David? ¿Por qué leíste mi carta? ¿Por qué me tuve que enamorar de el? Me preguntaba entre lágrimas.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que he llegado, hasta que escucho que golpean la puerta y en seguida la voz de Isa.
—Vamos Nora, sal de ahí -no respondo y me limito a limpiar las lágrimas con el dorso de mi mano-. Ya sé que estás ahí, vamos sal.
Recojo mi mochila y salgo. Lo primero que hago al salir es echarme entre sus brazos y seguir llorando, ella no dice nada solo me abraza y me deja llorar. Después de unos minutos me separo de ella.
—Fuiste tú la de la carta, ¿cierto? —baje la mirada y asiento.
—No es que ahora si mato a ese hijo de …
—Isa, tranquila no pasa nada.
— ¿Cómo quieres que me tranquilice después de lo que acaba de hacer?, ¿Quieres que me quede aquí viendo como sufres por ese idiota? Mientras él se comporta como un verdadero patán.
—Si vas todos sabrán que fui yo y sería más humillante, así que por favor no hagas nada.
Me observo durante unos segundos y después me volvió a abrazar.
—Si a él se le ocurre volver a hacerte algo, no me quedare de brazos cruzados y lo golpearé. Y hablo en serio —sonrió y asiento.
Salimos del baño y nos dirigimos a la parada de autobús.
Cuando creo que ya nada puede salir mal, sí que se puede. Veo como David y sus amigos se están acercando a donde estamos Isa y yo. Quiero salir corriendo y alejarme cuanto antes de ahí, pero ya es demasiado tarde.
—Hola chicas —dice David al llegar.
—Hola —Isa es la única que responde.
—Veo que aquí solamente una tiene modales —y si se refiere a mi—. Nora, ¿podríamos hablar? —y esa no me la esperaba.
Me quedo boquiabierta observándolo, fijándome en cada facción de su rostro, jamás lo había tenido a menos de un metro y oh dios, están guapo. Muchísimo más guapo de cerca. Sus ojos cafés bajo la luz del sol son más claros y sus labios rojos, tremendamente deseables.
—Por favor, solo serán cinco minutos —dice haciendo que aparte mi mirada de su rostro.
«No, no aceptes, Nora» Me decía una parte de mi, pero otra parte quería saber que me quería decir.
—Esta, está bien.
"Ay Nora"
Nos alejamos un poco de donde esta Isa y sus amigos.
—¿De qué… quieres hablar?
—Nora, yo quiero hablar sobre lo que paso.
—Creo que no hay nada de qué hablar, ya todo está claro. Tu jamás saldrías con una chica como yo.
—Yo no dije eso. Solo que apenas nos conocemos de vista y ya.
—Ahorra tus explicaciones, simplemente di "no quiero nada contigo" y punto —me crucé de brazos.
La sorpresa en su rostro por mi respuesta era clara y es que hasta ni yo me reconocía, estaba actuando muy fría y cortante con el. Pero era eso a dejar que me humille más.
—Tu no entiendes.
_¿No entiendo qué? Vamos David, yo tengo muy claro que tú y yo no somos de la misma clase, y si no es por mi físico es por eso ya lo sé. Así que ya no hay nada de qué hablar.
Elevo mi mirada para poder enfrentarlo, pero él ni siquiera me ve, tiene su mirada fija en algo por encima de mi hombro. Su silencio me está matando. Quiero que me diga algo, lo que sea pero que hable. Pero no, no dice nada.
—Bueno si no hay nada más que decir entonces yo me voy.
Y dicho esto le pasé por un lado y me fui a donde estaba Isa.
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Editado: 04.07.2023