Noche de antro
Nora Arellano
Esta noche me pienso divertir como si no hubiera un mañana. Quiero olvidarme de todo.
Estos últimos siete días no he dejado de pensar en la última vez que hable con David, no he dejado de preguntarme ¿Por qué tanta insistencia en que lo perdone? O tal vez yo soy la que le está dando demasiada importancia a eso. Él y yo no nos hemos visto desde esa noche, he estado evitándolo y creo que él también está haciendo lo mismo. No lo he visto ni de reojo. Pero todo esto me resulta demasiado incomodo, el estar día noche cuidando de que no me vea, de que yo no lo vea y cada cinco minutos me preguntó, ¿Que más haces aquí Nora? ¿Por qué no te vas?
Y Yo aquí estoy por Marc y creo que tengo que dejarle de dar tantas vueltas a eso.
Y sobre todo porque estos días hemos estado muy cerca. Hemos estado tonteando, cogiendo nos de la mano, abrazándonos cada cinco minutos y la verdad es que siento demasiado hermoso cuando estoy distraída y el llega y me abraza.
Esta noche iremos de antro. Termino de arreglarme y salgo de la habitación. Me dirijo a la habitación de Marc, pero me detengo a medio pasillo cuando escucho voces provenientes de la habitación de Anne. Las voces son de ella, de Ashley y de David. Siento algo raro dentro de mi cuando escucho lo siguiente:
—No tengo nada en contra de ella, pero no la soporto, por esa razón la evito —dijo David.
¿Están hablando de mí? No, no lo creo
—Es muy rara —dice entre risas Ashley.
Estoy por irme al escuchar eso último, sin embargo, lo que dice Anne me impide moverme.
—Eso sí, creo que el único que la soporta es Marc.
—Como no, si él se la folla.
Me quedo aturdida al escuchar eso.
—Mi hermano no se la... eso que acabas de decir.
—¿Lo vas a negar Ashley? —cuestiona Anne —. Si tú también los viste demasiado cariñosos.
No puedo, ya no puedo seguir escuchando esas barbaridades. Como se atreven a decir eso, y lo de que “Se la folla” esa es una mentira, jamás he hecho nada con Marc. Nos hemos besado, sí, pero nada más.
Me poso frente a la habitación de Marc y llamo a su puerta, esta se abre en seguida.
—Hola, pasa.
Se hace un lado y me adentro al interior de la habitación.
—¿Lista?
Asiento. Aun las palabras de David, Ashley y Anne se repiten en mi mente. Lo esperaba de Brianna, no de ellos, bueno de David tal vez sí.
—¿Todo bien?
—Eh, así, si todo bien.
Se acerca y me abraza. Con mis manos rodeo su torso y entierro mi rostro en su pecho. El me rodea los brazos y posa su cabeza sobre la mía. Creo que la única opinión que me tiene que importar es la de él.
—Te ves demasiado hermosa hoy —besa mi cabello —. Seré el chico más envidiado de todo el antro.
Sonrió y me alejo de él.
—Ten por seguro que más de una chica querrá desaparecerme de ahí para quedarse contigo.
Se ríe y me coje de la mano para salir de ahí.
Lo observo confundida cuando no caminamos a las escaleras para irnos, sino que vamos a la habitación de Anne. Siento escalofríos cuando nos posamos frente a la habitación.
—Espero que no haya problema en que los chicos vayan con nosotros.
¡¿Qué?!
—No —balbuceo.
«Pero, ¿Qué has dicho, Nora? ¿Ya olvidaste lo que han hablado de ti? »
Hago callar a la vocecita de mi cabeza y entramos a la habitación. Me aferro al brazo de Marc, les devuelvo una sonrisa más falsa que nada cuando las dos me sonríen, David ni siquiera se molesta en disimular que no le agrada mi presencia. Pues al verme pone los ojos en blanco y continúa viendo la pantalla de su celular.
—Ya casi estamos listas —Ashley se vuelve al espejo y continúa arreglándose.
Marc camina al sofá que está cerca de la ventana y yo voy detrás de él. Nos sentamos y quedamos de frente a David, también que estaba sin verlo estos tres días, justo lo vuelvo a ver esta noche.
Marc entrelaza sus manos con las mías y me platica más cosas acerca de él, de las cuales me gusta saber.
—Casi no voy a antros —sonríe inocente.
—No te creo.
—Ahí como lo ves de dulce e inocente es todo un borrachito, Nora —interviene Ashley —. Ni una sola fiesta se perdía en Michigan.
Marc me atrae hacia él y me cubre los oídos.
—No la escuches Nora, está mintiendo.
Me rio por cómo actúa, parece un niño pequeño y eso lo hace lucir muy tierno. Me atrapa entre sus brazos y yo no dejo de reírme. En ese momento de reojo veo que David se levanta de la cama y camina a la puerta y al salir cierra la puerta de un portazo. Todos nos observamos confundidos, pero nadie dice nada.
Al llegar al antro nos dirigimos a la zona Vip. En la mesa en la que estamos se puede ver todo el lugar.
¡Esto es increíble!
En la mesa ya se encuentran algunas botellas de whisky y de vino, y también está un tequila. Las chicas se van a bailar y nos dejan a Marc y a mí a solas, no sé el porqué, pero me estoy poniendo demasiado nerviosa. El esta recargado en el respaldo del sofá y con sus dedos tamborilea sobre sus muslos.
—¿Qué te parece? —señala con su mano todo a nuestro alrededor.
—Me encanta es muy hermoso.
Sonríe y sirve un vaso de wisky y uno de vino blanco, jamás lo he probado, el parece darse cuenta con mis muecas.
—No me digas que nunca lo has probado —niego con la cabeza lentamente —. Pruébalo, a mí me fascina.
Me acerca el vaso a los labios y le doy un sorbo. Alejo el vaso lejos de mí y hago muecas y gestos raros. Él se ríe y deja el vaso sobre la mesa.
—No me gusto, está demasiado dulce y raro.
—Esta delicioso —bebe del mismo vaso que yo y relame sus labios —. Dale una segunda oportunidad —su mirada tiene un brillo que solo he visto una vez en ella —. ¿Quieres volver a probarlo?
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Editado: 04.07.2023