CAPITULO UNO

CAPITULO UNO 

BERLÍN, ALEMANIA.

8 AÑOS DESPUÉS.

OCHO largos años habían pasado y Alemania parecía estar igual a como Andrea la recordaba, el aeropuerto seguía siendo el mismo incluso podría jurar que ella nunca se fue. Andrea había sido una joven desdichada en el pasado, ahora simplemente en su lugar estaba una mujer llena de resentimiento, uno que envenenaba su alma conforme el tiempo pasaba.

Andrea había vivido hasta cumplir la mayoría de edad en una casa donde recibió educación privada con profesores particulares, eventualmente con la mayoría de edad se inscribió en una universidad privada en Londres donde se dedicó únicamente a ser lo mejor de lo mejor, para superar a todos los demás a su alrededor. Con apoyo de su padre ella fundó varias compañías exitosas que se dedicaban a la producción de vino, todo esto obviamente a espaldas de sus hermanos, madre y tío que aún estaban en Berlín. Rara vez la prensa hablo de ella y por ello, era lo que era hoy. 

Ahora su padre ya no estaba en este mundo para ayudarla, ya no podría aconsejarla o cuidarla, tendría que hacerlo por sí misma o su familia acabaría con ella. Andrea bajó del avión privado observando durante unos segundos al chófer que uno de sus hermanos se habían tomado la molestia de enviar solo para que ella pudiera llegar al velorio de su padre, la sangre le hervía completamente pese a que el dolor de su pérdida estaba en su cúspide más alta. No había podido estar con su padre en sus últimos momentos de vida y eso lo recordaría toda la vida, jamás olvidaría aquella acción por parte de su familia.

 - Su hermano el señor Marsias me ha enviado para llevarla hasta la mansión - Andrea ni siquiera se molesto en saludarlo, odiaba a todo aquel que agachaba la cabeza ante los deseos de su madre - El sepelio aún no inicia señorita Wagner, su hermano quería que estuviese presente antes de que las personas cercanas a su señor padre llegaran.

 - Qué considerado de su parte - Sonrió sarcásticamente - Pero como siempre soy la última en la que piensan en cuanto a noticias importantes se refieren. 

- Su tío esperaba poder avisarle sobre la salud de su padre señorita,  pero todo sucedió de la noche a la mañana - Ni siquiera había pensado en su tío desde que supo de la muerte de su padre ¿Su madre le habrá lavado el cerebro al igual que a sus hermanos para no avisarle del la Salud de su padre? Probablemente - El señor Wagner empezaba a recuperarse pero su salud en los últimos dos días no fue especialmente buena. 

- Vamos - dijo simplemente para subir al auto - Date prisa, no quiero llegar tarde.

Andrea recordaba la última llamada con su padre hacia una semana, él le dijo que había comenzado los trámites de divorcio nuevamente, luego de analizar todo podría volver a ser libre de aquel matrimonio tortuoso que tuvo que mantener por culpa suya. Seguir casados fue una condición para que Eloísa Wagner se mantuviese al margen de Andrea durante los años posteriores, para que ella pudiese tomar fuerza y vengarse llegado el momento. Él se escuchaba sano y se sentía como tal, ella simplemente no podía creer en su infarto tan repentino, no podía creer que su padre estuviese muerto.

El camino a la mansión Wagner fue silencioso y doloroso a su vez, Andrea recordaba cada cosa que había vivido en las calles de Berlín en su juventud junto a los pocos amigos que tuvo. La nostalgia era mucha y la tristeza de su pérdida le hicieron derramar unas cuántas lágrimas que de inmediato limpio con su pañuelo, no volvería a permitir que nada se interpusiera frente a ella, esta vez todos sabrían quién era Andrea Wagner. Cuando el auto llegaba Andrea pudo ver a los camarógrafos y a los fotógrafos en la entrada, sintió un asco tremendo por la falta de respeto de esa gente ¡Era el funeral de su padre! ¿Cómo podían ser tan inhumanas esas personas?

-¡Es...! - Los camarógrafos se acercaron al carro que gracias a dios los vidrios estaban oscuros - Esperen.. parece ser una mujer.

- ¡Sí! ¡Es Andrea Wagner! - dijo una periodista - ¿Es la señorita Wagner?

- ¿Enserio? ¡Señorita unas palabras a las cámaras! - Gritó uno de ellos en lo que habrían la puerta eléctrica - ¡Díganos sólo unas palabras! ¿Cómo se siente? ¡Señorita!

- Son unos asquerosos - Gruño Andrea - ¿Qué clase de educación tiene esta gente?

- Ignórelos señorita - Dijo el chófer - A estos periodistas no les importa el dolor ajeno con tal de tener una nota. Ya llegamos señorita Wagner - El chófer paró el auto frente a la entrada, cuando la puerta se abrió y tuvo que salir se encontró directamente con el rostro familiar de su hermano mayor, Marsias. Entraron al recibidor cerrando la puerta detrás de los dos.

 - Andrea esperaba verte más temprano - Su hermano mayor la abrazo, pero ella no pudo siquiera lograr que sus brazos reaccionaran de la misma manera - Pero imagine que era por el clima, supe que en Suiza hubo tormenta de nieve.

- ¿Suiza? Sí, muy mal tiempo - responde en un tono melancólico al ver la caja de cenizas que venía en manos de su hermano Derek - Papá...

- Sucedió muy rápido Andrea, papá pareció superar lo del primer infarto - Un nudo se formó en la garganta de los tres hermanos, Marsias paso saliva para continuar hablando - Pero... De nuevo se sintió mal y... no lo soportó.

- Estaba..se sentía bien - Andrea negó con la cabeza tocando la caja - Se veía tan sano, tan alegre, cuando vino a Berlín me aseguró que estaba excelente y que volvería pronto conmigo.

- Papá hablaba mucho de ti desde que llegó, te amaba demasiado - Derek la miró con verdadero dolor - Llevaremos las cenizas a la capilla de la familia, él siempre lo quiso así.

- Sí, es verdad - asintió con una sonrisa triste - Así lo deseaba, junto a los abuelos.

- Andrea - Su tío estaba parado en lo alto de las escaleras, vestía al igual que todos los presentes, de un negro pulcro. Bajo las escaleras lentamente para darle un abrazo que la reconforto de cierta forma - Han pasado tantos años desde la última vez que te vi, mírate eres toda una hija de mi hermano, una digna mujer del apellido Wagner.