Maggie
Pasaron las horas y la clase terminó...
—¡Ey, Maggie! vámonos.
—Claro, es realmente genial que estés a unas calles de mi casa así no tengo que tomar el autobús yo sola.
—Si es genial, aunque estoy a unas calles del colegio y no unas calles antes de tu parada.
—Tienes razón — dije sin evitar sonreír—. pero igual es agradable tener compañía.
—Pues ya tienes compañía, Jerry... por lo que me contaste no creo que me necesites.
—No es así y además él solo se vino en el autobús porque Sean tiene el coche en reparación, de lo contrario no lo haría en autobús así que no es compañía.
—¡Wow! incluso sabes eso, dime Maggie ¿Lo estás acosando?
—No, claro que no, estuvieron hablando de eso, tú también lo escuchaste.
—Solo bromeo, además que Sean no tiene el coche en reparación, lo he visto con él.
—Entonces tal vez comenzará a ir por él de nuevo.
—O tal vez no, Sean parece estar planeando algo.
—¿A qué te refieres?
—No se porque tengo la impresión de que está haciendo esto a propósito.
—Sí claro vamos...
Estábamos por ir a la parada de autobús cuando Sean nos detiene a mitad del camino.
—¡Ey! !Chicas esperen! —dijo corriendo hasta nosotros.
—¿Qué quieres?
—Pues... estaba pensado... que si querías, bueno si ambas —dijo señalándome —. querían ir a la fiesta que haré en mi casa está noche.
—No grac... —negó Michelle y desvío su atención a mi—. Disculpa quise decir muchas gracias por la invitación, por supuesto que estaremos encantadas de asistir. Adiós. —dijo de una tirando de mí para alejarnos.
—¿Por qué aceptaste ir? no creo que pueda asistir hoy.
—¿De qué hablas? ¿Por qué no?
—Por qué tengo que estudiar para mate. —dije de lo más obvia, la maestra nos explicó un tema que no entiendo para nada, no quería reprobar.
—¡Es viernes! ¿Estás loca? Estudias el sábado y el domingo no seas aguafiestas.
—Pero es que no se que ponerme. —solté otra excusa luego de que la de mate no funcionara.
—Vamos, Maggie por favor, yo te ayudaré, ven a mi casa antes de las siete, la casa de Sean está cerca de la mía y así te ayudo a arreglarte y nos vamos juntas, también puedes quedarte en casa y puedo llevarte al día siguiente.
—Pero...
—Pero nada, sin excusas, una fiesta es un momento perfecto para interactuar y conocer mejor a tus compañeros, me tengo que bajar aquí, te espero —dijo señalando como amenaza mientras se levantaba para bajar del autobús—. me molestaré mucho si me dejas plantada.
—Michelle...
—¡Adiós!
Solté el aire que tenía contenido sin darme cuenta.
¿Por qué nunca puedes decir que no? Ahora si no voy Michelle se va a enojar—suspiré—. pues ahora ni modo a buscar que ponerme e irme a su casa temprano y claro suponiendo que mis padres están de acuerdo en una salida de fiesta en un lugar que apenas y se acostumbran.
Bajé del autobús, Jerry no había subido así que supongo que fue con Sean.
Entré a la casa buscando a mis padres para arreglar lo del permiso.
—¡Mamá! ¡Papá!
—¿Mag? ¿Qué pasó?
—¿Puedo ir a una fiesta a la casa de un amigo, iré con Michelle la chica que les dije que es muy amable conmigo, realmente quiero ir, prometo cuidarme mucho ¿puedo hacerlo? Por favor...
—¿Tú en una fiesta? ¿Con alcohol y todo eso? Definitivamente eso es un no, esas fiestas son demasiado para una niña como tu...
—¡Pero papá!
—Ralph, déjala ir, yo confío en ella, es una buena hija, se que no hará nada malo ¿Pero a qué hora regresas? ¿Cómo piensas volver?
—Pues pienso en quedarme en casa de Michelle, si no te molesta
—¡Peor! ¿Ahora quieres incluso dormir afuera?
—Está bien, ve pero cuando llegues a la casa de Michelle me llamas ¿Sí?
—OK, mamá ¡gracias! ¡Te amo..! —dije emocionada dándole un beso en la mejilla para salir corriendo a mi habitación.
—¿No crees que le estás dando demasiada libertad?
—No, ¡tu estas exagerando! —bromeó mamá—a su edad tú también salías a muchas fiestas. —continuó y lo beso para seguir con la cena.
Lleve un par de ropa en un bolso para que Michelle me ayude a escoger, espero que no me vaya a arrepentir de esto, no me gustan mucho las fiesta, pero Jerry... —me golpeé la cabeza por los estúpidos pensamientos.
—Hasta qué por fin llegas, pensé que ya no venías...
—Es que mis padres... verás no es tan fácil conseguir permiso de salir, ellos no querían dejarme venir, principalmente mi papá.
—A entiendo, no pasa nada, espera ¿No te escapaste? ¿Verdad?
—No, claro que no.
—Eso es bueno... —dijo exagerando lo aliviada que se sentía—. Apúrate, vamos a mi cuarto, quiero ver que usarás.
—¿Por qué quieres?
—Déjame ver ese bolso... —soltó tomándolo y girando el contenido sobre la cama para sacar todo su contenido.
—¿Y? —dije mirándola expectante, mordiéndome las uñas, su mirada seria al analizar lo que traje no parecía muy convencida.
—Como sospeché, sabía que no ibas a traer nada realmente digno para una fiesta, pero tranquila, ya lo había pensado y tengo todo bajo control...
—¿De qué hablas?
—Tengo un vestido que sé que te quedará perfecto... déjame recordar dónde lo puse... ¡Ah! si... aquí está.
—Es...
—¡No me digas que no te gusta y que es demasiado atrevido para ti!
Negué rápidamente riéndome por su expresión.
—No, bueno si es algo atrevido, pero te iba a decir que es hermoso.
—Si, lo es y como odie no poder usarlo, no me queda, es muy pequeño para mi, me lo regalaron en mi cumpleaños, pero lo bueno es que tu eres una talla más pequeña lo que significa que te queda asi que no me siento mal, ahora se que tendrá una mejor dueña, ven pontelo mientras me terminó de maquillar. —dijo señalándome la puerta del baño.
Carraspeé un poco para llamar su atención —¿Y? ¿Cómo me veo?