Roshan al verlo pasar disimuló un poco dando pasos sigilosos para llegar a la oficina, al entrar la acecho.
– Estoy sorprendida, cuando lo ví, el corazón se me quería salir del pecho.
– No más que a mí. Respondió dando pasos para sentarse en una de las sillas
Roshan la miró con extrañes.
– ¿Que pasa?
Echó su cuerpo hacia delante, apoyo su barbilla en sus manos entrelazadas.
– Te fijaste en el aparato en su oído izquierdo.
Roshan arqueo una ceja y sonrió de lado.
– No ví nada de eso, pero si me fijé en que no dejabas de verlo. Se cruzó de brazos – Fuiste muy evidente.
– No digas cosas que no son. Bufó
– ¡Pues yo estoy diciendo lo que ví chica!, está guapo, eso no hay que ponerlo en duda
– No lo noté. Respondió dudosa
Roshan la miró con extrañes
– Ok, dejemos a ese tipo en paz, son casi las 5, ¿Salimos qué? Me debes mi salida ¿Lo olvidaste?
Sonash estaba distraída, segundos después reacción
– ¿Qué?
Su amiga rasco su frente
– Que si vamos a salir? ¿Que te pasa? ¡Ayy nooo ya mueve ese culo!
Sonash se levantó del asiento
– Nada, no pasa nada, salgamos quiero distraerme.
Roshan la miró confundida
– Ok, vamos...
Cuando caminaban hacia la salida de la enorme empresa Sonash casi se paralizó al ver que Narel hablaba con dos mujeres que lo miraban de manera atractiva, pero quedó perpleja al notar que él era esquivo y su rostro se tensó casi que fastidiado con las dos chicas.
La mirada de Narel se encontró con la de ella, un hombre se acercó a él y lo saludo haciendo que se fijara en él, mientras Sonash seguía dando pasos hacia la salida.
– Te llame en muchas ocasiones pero nunca contestaste mis llamadas, quise dejar de hacerlo, darte un espacio, ¿Estás bien?.
– Eso intento Kerim.
Kerim es un hombre de unos 33 años, es gran amigo de Narel y fue quien lo ayudo a entrar a esa empresa, se conocieron cuando prestaron el servicio en Rusia, exactamente cuando su padre se lo llevo a él sus hermanos y a su madre a vivir con el ya que había sido trasladado a ese país.
– No creo que sea algo bueno, tampoco un buen momento, pero quiero que salgas conmigo está noche.
Narel arqueo su ceja izquierda
– ¿Problemas nuevamente con Niurka?
– Que comes que adivinas
Exhaló antes de responder
– No es buen momento, pero necesito ir y ver otro ambiente.
Kerim tocó su hombro en modo de apoyo
– Sabes que contarás conmigo verdad
– Lo sé, terminaré algo que llegó a última hora y nos vemos en un rato
Antes de irse se detuvo al escuchar a Kerim decir.
– Escuché que hubo una reunión con la hija del más más, no eh tenido la oportunidad de conocerla, dicen que es muy hermosa.
– No me fijé mucho en eso
Kerim sonrió
– No lo dudo, no cualquiera la miraría a los ojos sabiendo de dónde proviene, en fin, te veo en un rato amigo
– Nos vemos. Respondió Narel...
Daba pasos a su oficina y una chica lo acechó
– Señor Narel tiene una llamada bastante insistente
– ¿De quién?. Pregunto extrañado, al no escuchar respuesta volvió a insistir – ¿De quién? Te eh preguntado de quién.
La joven titubeó
– Es, de, es de
– ¡De quién!. Dijo en voz alta haciéndola saltar del espanto
– De su cuñada
Frunció el ceño confundido.
– ¿Giselle?, ¿Que dijo?
– Dijo, que.
– Caramba mujer habla o te saco las palabras. Destiló molesto
– Dijo que entraría a la casa por las cosas de su hermana y no necesitará de su permiso para hacerlo
Narel empuñó sus manos
– Déjalo así, que nadien me moleste
– Tiene que firmar un
– ¡Dije que nadien me moleste!, ¿Que parte no entendiste?. La interrumpió
– Si señor. Respondió algo tímida.
Está joven era su secretaria lo ayudaba en ciertas cosas ya que el tenía mucho trabajo y demasiadas responsabilidades.
Al acercarse a su escritorio golpeó con un puño la mesa.
– ¡Carajo!, esta mujer no dejará de intrometerse ¿Que hago?... Hablaba así mismo – La saco de la casa?. Caminaba de un lado a otro pensando que podía hacer en ese caso.
Se sentó en la silla apoyando su espalda con la mirada en el techo, al cerrar los ojos se vino a su mente otro recuerdo de su esposa la fallecida.
Giulia caminaba tomada de la mano con él, daban pasos hacia un parque para sentarse en uno de los bancos.
Ella aún no tenía conocimiento de su primer embarazo, deseo un perro caliente así que se lo pidió
– Me antoje de comer perro ¿Me compras uno?. Le dijo haciendo puchero
– Acabas de comer Giulia, podrias, tan solo, ¡Carajo!. Se levantó molesto del asiento
– Ya no lo compres. Se apresuró en decir – Vallamos a casa. Dijo entristecída.
Su esposa obviamente puso haberle hecho algún comentario a su hermana, pues está se apareció en casa con dos perro caliente y una bolsa de farmacia algo que a Narel le resto importancia...
– ¿¡En qué mundo estás que te estoy hablando!?. La voz de Silvana lo hizo volver en sí
Narel miro con repudio a la joven
– ¿Acaso no captaste mi orden? ¿Que parte de no quería a nadien no entendiste?
– Es que la señorita Silva...
Fue interrumpida por Silvana
– Shhhhh, no digas nada, esa orden para mí no existe, puedes salir y dejarme sola con Narel tenemos que hablar. Hablo arrogante.
Ella dudo en salir pero un gesto de Narel fue suficiente para hacerlo.
Al dejarlo solos Narel le dio una palmada a su escritorio y se puso de pie.
– La próxima vez que entres de esta manera a mí oficina voy a sacarte frente a todos, las órdenes que yo de te incluyen a tí.
– Quisiera que me sacaras así. Dio pasos a él, acercándose de manera coqueta – Quiero que lo hagas. Susurró en voz baja
Narel empuñó sus manos, de manera imprevista la tomo del cuello y la sacudió