Amarme para amar

✨ Capítulo 36

Una nueva vida, juntos

“El amor en lo cotidiano”

Después del “sí, acepto”, no todo cambió… pero al mismo tiempo, todo se sentía distinto.
Habíamos compartido años, desafíos, hijas y sueños, pero aquel día marcó un nuevo comienzo: no solo éramos pareja, éramos una familia unida por elección y por amor.

Regresar a casa tras la boda fue como volver a un lugar conocido con una nueva mirada.
Nuestra casa, con juguetes en el suelo, dibujos pegados en la nevera y risas que se filtraban por cada rincón, se convirtió en el escenario de nuestra vida como esposos.

Las niñas, felices tras la celebración, hablaban del día como si fuera un cuento que habían protagonizado.
Sus vestidos seguían colgados, con pequeñas manchas y flores secas, pero para ellas eran tesoros, recuerdos de un momento en el que también fueron parte esencial.

Noah y yo nos tomamos unos días para nosotros, sin salir de casa.
Despertar con él cada mañana, tomar café mientras nuestras hijas dibujaban en la mesa del desayuno y simplemente compartir el silencio… todo eso tenía un sabor diferente: el de la plenitud.

No fue todo perfecto. Hubo noches de poco sueño, discusiones por cosas pequeñas y días en los que el cansancio parecía ganarnos.
Pero ahora, más que nunca, sentíamos que estábamos en el mismo equipo.
Éramos dos adultos cuidando un amor, una familia y un hogar.

Cada gesto —una cena improvisada, un abrazo al pasar, una canción cantada en la cocina— se convirtió en una forma de decir: “Te sigo eligiendo”.

Y así, entre la rutina y la sorpresa, entre pañales, cuentos antes de dormir y besos robados en el pasillo, comenzamos esta nueva etapa.
La etapa donde el amor ya no necesitaba palabras grandilocuentes, porque se sentía en lo simple, en lo verdadero, en lo compartido.




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