Amarte por mil años mas

Capítulo 12

Aquel día todo empezó bien, desayunamos en la casa de Matt después de que casi viera las almas de ellos salir por sus bocas

Terminamos dormidos sobre los sillones o el suelo, frank y Matt fueron los únicos en dormir en su cama, podía sentir su maldad colarse por sus acciones

En la mañana alguien nos arrastró desde nuestros pies, me desperté al sentir la frialdad del suelo y no las manitas de Mia

Abrí mis ojos y vi la personificación de la mama de Matt, era pequeña sin embargo su sonrisa era malévola, aquello no me traía un gramo de paz, es la misma que hace Matt cuando trama algo contra Frank

- ayúdame - demando tomando un bol para batir huevos con leche en ello

- otra forma de despertar por favor - tome las naranjas de una bolsa de tela en la silla del comedor

- estas fresca como una lechiga, tirada en el suelo - vacío la harina sin medida, se detuvo después de un rato - me pase de harina - hizo una cara súper graciosa

- claro, fresca como una lechuga - rezongó lavando las naranjas en el lavabo tomando un cuchillo - sabe que yo también hice las tareas

- lo sé - vertió mas leche y la masa quedo más aguada - maldita sea

Mire la máquina de exprimir en la encimera, corte las naranjas por la mitad mientras hacía uso de mis manos para empujar aquel instrumento de los 2000

- tu eres - me miro e hizo que una de las naranjas volaran del lavabo - como yo, no como yo pero conoces de lo que hablo

- usted - alguien azoto la puerta del baño totalmente nervioso, mientras otro lo tocaba

- que yo también quiero ir al baño - empezó hacer una danza mientras caminaba de un lado a otro, cubriendo sus partes bajas, y una mirada ansiosa

-  esos niños jamás cambian – hablo aquella mujer tan parecida a Mathew, sonó la cerradura de la puerta y otro hombre ingreso, con los mismos rasgos

- Carlin – susurro cansado aquel hombre con un maletín en manos, mientras abrazaba a la mujer que tenía un cuchillo de pan en mano

- apestas, báñate – se tapó la nariz – mi sobrino tomara tus malas acciones

- el ni se baña hasta que lo metes en la bañera – rezongo mientras se llevaba un tomate a la boca – está bien hermanita

Me miro, asintió suavemente y salió hacia las escaleras, quedando momentáneamente paralizado cuando casi pisa el pie de la pequeña duende en el suelo

Seguí con mi trabajo, los disfraces estarían a mas a tardar en dos horas, solo eran sabanas y calabazas para pedir dulces, realmente teníamos que hacerles un hueco, que Matt se rehusaba a hacerlo, supongo quería ver la desgracia de un Frank atontado en el suelo

Matt salió del baño sacudiendo sus manos blancas en dirección hacia Frank, mientras sonreía malvadamente

  • Iugh – el otro corrió, realmente desearía haber tenido más de aquella diversión, pero me fue quitada cuando Mia me abrazo bostezando, poniendo todo su peso encima mío, el nombre de Carlin solo es usado por las hadas del otoño, el cabello castaño anaranjado con la luz del sol quemo mis retinas por un momento
  • Layla – se subió como un koala en mi espalda mientras dormitaba levemente y tenía que moverme con semejante y hermosa dama encima mío, mire a la mujer en busca de ayuda que solo me entrego los panes tostados señalando la mesa

Moví mis labios haciendo una mueca de desgano, sin embargo camine hacia mi destino haciendo malabares con la niña abrazándome con tanta fuerza, volví de nuevo a la tan pequeña cocina, para llevarme una jarra de leche y chocolate, logre que me soltara y la coloque en el sillón mientras despertaba a el duende, la pequeña Galia

Frank salto a una de las sillas tomando un vaso mientras era golpeado por Matt a que dejara aquel vaso y señalaba a su tía, que lo miraba con ojos asesinos de forma juguetona

  • Mia – la moví levemente – mía tienes que levantarte, o todo el chocolate se habrá ido
  • ¿Chocolate? – hablo el duende – chocolate – se despertó más rápido de lo que debería haber hecho
  • No quiero – se acurruco más, podría haber muerto por un sobrepeso de ternura pero debía ser firme, algo me decía que nada sería tan fácil como planeamos ayer en la noche a expensas del sueño
  • Mia – dije seria, se paró como un títere y la senté mientras le trasmitía energía, abrió sus ojos marrones por fin tomando la taza de chocolate

La dulce Galia se sentó después d doblar todas las orugas, como yo las llamaba sin embargo eran camas portátiles para un campamento, tomo asiento con gracia y saludo a la dama delante nuestro

  • No pediste permiso Matt – hablo suavemente y todos nos congelamos en el aire
  • No sabía que volverías, todavía te faltaban dos días más – resoplo cogiendo mantequilla untándolo en el pan, la mujer se paró mientras su cabello tomaba un color más parecido al otoño y hojas caídas de los arboles
  • Cálmate Carlin – el hombre de rasgos suaves se sentó tomando su hombro y bajándola – tu cabello – susurro y pude escucharlo, la chica se sonrojo y se calmo
  • Tía, te estas volviendo vieja, con tantas reglas – se rio apuntándola con un pan – tus hijos deben estar estresados
  • Matt – su padre tomo la taza de chocolate – Carlin este pequeño diablillo – señalo y acentuó las palabras – me pidió permiso ayer
  • Pero, hermano tu sabes, hoy habrán tantas fiestas – todos levantamos las caras que teníamos pegados a las tazas mirándola sorprendidos, una cosa es creer que salimos a fiestas eso era lo peor
  • Tía  - Frank hablo n son de broma – no somos de fiestas, somos nerd por así decirlo
  • No me parece tan confiable – me señalo y quise hacerme la ofendida y fingir dolor imaginario
  • Señorita – me senté rígidamente – tomando u sorbo del chocolate – puedo asegurar que no le llamaremos de una estación policiaca, pudo darle el número de mis padre, si siente que su inseguridad es fuerte – respirar hondo – solo queríamos salir a pedir dulces




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