-Jule-
Nathan era una persona extrovertida si tuviera que describirlo, le gustaba bastante comunicarse, era lo contrario que yo ,pero de una u otra forma encajábamos, pero no había confianza.
Después de merendar, ordenamos un poco lo que faltaba y pegamos las cosas a la pared ya seca, a las nueve de la noche cada uno se fue a dormir en su cuarto.
Había sido un día largo, pero fue tranquilo, me sentía cómoda, puse mi alarma en mi teléfono y me acosté a dormir.
A las cinco de la mañana sonó mi alarma, me levante, tendí mi cama y me fui al baño con una toalla, me bañe, cepille mis dientes, ya lista salí envuelta en una toalla hacia mi armario, escogí algo cómodo para mi primer día de clases, me puse mi ropa interior, un suéter blanco de lana con cuello alto y mangas, un pantalón jean azul, unas zapatillas blancas, unos pequeños aretes, agarre mi cabello en una coleta alta y me puse mis lentes negros de lectura.
Ya lista cogí una pequeña mochila negra de cuero y metí un cuaderno, un libro de medicina, unos esferos y mi celular. Salí de mi cuarto y dejé la mochila en el mueble.
Para desayunar sería un desayuno francés, que consta de un pedazo de pan, meremelada, un zumo de naranja y frutas picadas.
Una vez listo lo serví en la mesa y fui a golpear la puerta de mi compañero.
-Ya voy-dijo desde detrás de la puerta, así que fui y me senté en la mesa, Nathan salió vestido con pantalón jean azul, un buso con mangas largas y cuello y zapatillas, ambas blancas, cuando nos vimos hubo un momento de incomodidad, la pregunta aquí era porque parecía que habíamos conjugado la ropa?-Mmm esto es raro si quieres me cambio-paso una mano por su cabello, se veía muy sueve.
-No tranquilo, no hay problema-me encogí de hombros. Empezamos a desayunar, él siempre era el que hablaba y de alguna manera eso evitaba la incomodidad.
Cuando ya fue tiempo de irnos, cada uno agarro su mochila y salimos cerrando la puerta, teníamos que caminar juntos, no quería causar problemas, así que a pasos largos llegamos a nuestras facultades, la de Nathan no estaba muy lejos de la mía.
-Bueno, entonces que tengas un buen día Jule, si quieres puedo venir a recogerte-comento.
-No es necesario, té veo en casa solo no te alejes demasiado-cada uno fue por donde debía ir, al entrar en la facultad torne un aire sombrío, no era necesario ser amable con ellos, solo los vería poco tiempo no quería causar problemas ,las clases fueron muy entretenidas para ser el primer día cuando llego la hora del almuerzo, fui a la cafetería y compre algo.
Al momento de sentarme vi que no había muchos puestos libres, entonces me senté a lado de una chica de cabello marrón, que tenía unos ojos miel muy interesantes. -Puedo tomar asiento a tu lado?-cuestione siendo lo más amable posible aunque eso no era lo mío.
-Claro-salió de su burbuja y me vio algo nerviosa. Me senté al frente de ella y empecé a comer despacio. -Hola yo soy Zoe, soy de la facultad de derecho-me tendió la mano, le correspondí.
-Soy Jule de la facultad de medicina-conteste y de nuevo la mesa se sumió en un silencio incómodo. Quería una mesa para mi sola.
-Qué tal tu primer día? -preguntó mientras se metía una cuchara de su comida, en ese momento la examiné, vestía un suéter de lana café, una faldita hasta más arriba de las rodillas, unas medias negras, unos botines marrones y tenía agarrado el cabello en una trenza de lado. Me transmitía cierta infancia que no tuve.
-Bien, ninguna novedad y tú?-no quería estar incómoda.
-Fue un día duro, sabes-dijo mirando al techo, parecía más afligida que nerviosa ahora-La mayoría en mi facultad son un poco raros-comento mirando ahora su plato y moviendo su comida-me ven como si vieran un pequeño bicho, solo porque tienen más dinero-dijo enojada, ahora estaba segura, Zoe tenía una personalidad infantil y de algún modo me agrado su frescura.
-En serio?, solo no les hagas caso, el dinero que ellos poseen ahora es de sus padres, solo alardean de algo que no es suyo-comente mientras comía. A ella le brilló la cara, estaba feliz ahora.
-Eso es exactamente lo que pienso, gracias por tu opinión sincera -me sonrió.
Todo la hora del almuerzo, ella me comentó todo lo que había aprendido, las cosas que le daban miedo y que vivía como todos con su pareja, que era un chico muy tranquilo según ella.
Cuando llegó el momento de volver a nuestras clases, ella me dio su número y se fue.
Pase lo demás del día en clases y en la biblioteca que no estaba muy lejos haciendo deberes, alrededor de las siete de la noche regresé al departamento, metí la llave y entré, estaba todo oscuro, supongo que aún no volvía, dejé mis cosas en mi cuarto y me cambié, me puse mi pijama, me lave los dientes y fui a preparar la merienda.
En unos minutos había terminado, para la noche prepare, carne frita con arroz y ensalada de tomate y pimientos, además de un té.
Fui a mi cuarto y saqué mi teléfono de la mochila, decidí llamar a Nathan. Contestó a la primera.
-Hola Jule-se escucharon juegos al otro lado, supongo que para eso quería el televisor-En cinco minutos estoy en el departamento-comento.