4 de Diciembre de 2018.
Mateo.
Cuando Abigail nos sacó de la casa Lia y yo decidimos sentarnos en silencio en la banqueta a esperar a que decidiera abrirnos, a penas iban a ser las dos de la tarde y ya habíamos comido así que podíamos esperar un buen tiempo aquí, Abigail a veces no piensa muy bien las cosas.
O tal vez sí ya que comenzó a llover. No una brizna cualquiera sino lluvia de la fea, con relámpagos y todo. No sé qué diablos pasa con el clima, hace unos momentos estaba todo soleado y ahora el cielo se caía.
—Creo que debemos movernos de aquí—le dije a Lia.
Seguía algo molesto pero tampoco merecemos empaparnos por mi idiotez así que corrimos por la calle hasta encontrar un techo que nos cubriera.
Los dos estábamos muy mojados, la ropa me pesa y mi cabello tira gotas. Este día había empezado bien y ahora las cosas iban empeorando progresivamente, no sé si necesariamente todo fue mi culpa pero seguiré convenciéndome de que no.
Lia también estaba así de mojada solo que ella no se mostraba molesta, estaba neutral, claro que yo estaba de mal humor porque odio la lluvia. Todo relacionado con ella me molesta, el olor a tierra mojada, el sonido de las gotas, la sensación de estar empapado.
Mientras que ella ama todo eso y ahora lucía tan feliz con ello, siempre ha dicho que la lluvia trae la paz y limpia todo. No sé si lo habrá sacado de alguna canción pero es muy poético.
Creo que a fin de cuentas no somos tan iguales como todos dicen.
Lia se veía con calma ante esta situación, tenía los ojos cerrados y disfrutaba del clima mientras que a mí de seguro me iba a dar hipotermia ya que me comenzaba a doler la cabeza y estaba temblando de frío, cuando estornudé Lia volteó a verme preocupada.
—Volvamos a la casa para que Abigail nos abra antes de que te mueras o algo.
¿Cómo puede tratarme bien después de todo lo que le hago?
(...)
Ahora yo ya estaba bañado y con una gripe que apenas comenzaba pero ya me sentía en el infierno por tanta calentura. Iba a ir al baño a buscar algún antibiótico en el botiquín pero mis oídos chismosos escucharon una conversación al pasar por el cuarto de Abigail.
—Y bien, ¿ya me vas a decir que está pasando con Mateo o tengo que volver a sacarlos de la casa?—esa era la voz de Abigail.
Decidí acercarme un poco más.
—No hay nada que esté pasando, siempre nos hemos llevado mal solo que ahora se intensificó—qué mala excusa.
—Aja... mira, ¿cómo te explico que Mateo y tu son como la misma persona?
—¿A qué te refieres?
—¡Los dos son idénticos! En muchas cosas en serio lo son. Y cualquiera diría que por eso se llevan mal pero, no habían tenido ni un solo problema desde que nos conocemos. Incluso Jorge me ha dicho que solían poder estar en un lugar sin matarse.
—No lo somos, él es estúpido y yo, pues soy yo.
¿Me llamó estúpido?
—¿En serio nunca me vas a decir lo que está pasando? Digo, soy tu hermana y merezco apoyarte en estas cosas. Tú sabes todo lo de Daniel y nunca temí que me criticaras.
Abigail es una chantajista de lo peor. Ojalá Lia no caiga en eso.
—No es el temor a la crítica, es solo que...—pensó que decir por un momento. Parece que sí va a caer ante su hermana—. Las cosas cambiaron mucho cuándo te fuiste.
—Cuéntame—ella suspiró y escuché pasos hacia la puerta así que corrí a esconderme al baño.
Lia es lista y sabe que soy demasiado chismoso así que se asomó al pasillo, me conoce demasiado bien pero yo también a ella y sé que ahora se confiará y soltará todo.
Una vez que aseguró el lugar y se fue yo salí para escuchar el resto.
—Cuándo te fuiste y yo me fui a vivir con mis tíos perdí mucho contacto con Mateo. Usualmente hablábamos pero no cómo antes, más a causa de su novia y que yo estaba más tiempo con los tres idiotas. Incluso él ya no estaba tanto tiempo con ellos.
»Luego su ex novia comenzó a salir con Ray, mi estúpido sexy ex novio favorito—¿sexy?—. Pero ella quería estar en una relación con los dos a lo que Mateo se negó y Ray no tenía idea.
—¿Y qué hay de malo en eso? Digo, no es normal una relación poli amorosa pero no estabas incluida en eso.
—No interrumpas.
»Entonces pensamos que sería buena idea inventarle una novia para que Ana dejara de molestarlo pero las cosas se complicaron y ella quería conocer a su "novia" así que en un acto desesperado fingimos que yo lo era. Comenzamos a fingir en la escuela.
»Y creo que comenzamos a confundirnos, comenzamos a pasar más tiempo juntos y era una costumbre que fuera a visitarme por las noches a mi cuarto. Claro sin que mis tíos se dieran cuenta.
—Sigo esperando la parte en que todo sale mal.
—Empezaron a hacerse las cosas extrañas, se enojaba de que hablara con chicos, y eso que Mateo nunca ha sido celoso, pero de la nada pasó y comenzamos a pelear por todo. Primero pequeñas peleas que solo el provocaba, luego más grandes y yo le seguía hasta que decidimos "terminar" y aquí estamos ahora.
»Y cuando parecía que habíamos arreglado las cosas, de la nada se fue. Ya sabía que vendría aquí pero iniciando el año no literal a los dos días. A veces podemos convivir bien, pero luego todo va mal.
Lia había sido lista y omitió algunas partes, obviamente no le diría a su hermana que dormimos juntos, que nos besamos varias veces o nuestra conversación al día después. Si Lia le decía todo a Abigail ella iba a castrarme y luego matarme.
—¿Y esperaste venir hasta acá para decirme todo eso? Podríamos partirle la cara por lo último, obviamente—gracias mejor amiga.