Amnesia

Día #2

Despertó por el ruido de algunas aves, se había quedado dormida en aquéllas blancas almohadas y la verdad, despertó mucho mejor que la primera vez,  al mirar alrededor se encontró todo tal y como estaba excepción de una pequeña bandeja de plata que fue dejada en una pequeña mesa de madera frente a élla, en aquella bandeja no había nada más que un vaso de agua y una píldora color rosa.

Miro hacía la puerta que hasta ahorita la había notado, pero no había señales de que esta hubiera sido abierta,  al menos no para élla.

Dudosa observa aquel vaso, el agua lucía fresca y cristalina, trago en seco y sintió dolor en su rasposa garganta sin pensarlo tomó el vaso y bebió de el.  El agua sabía tan deliciosamente a como se veía, y eso la extraño. Porque solo era agua, un simple vaso de agua.

Dejo un poco para más tarde y fue cuando noto aquella pequeña nota de papel doblado delicadamente. La tomó entre sus dedos y la desdobló con curiosidad.

“La píldora te ayudará, tómala.”

Sus orbes marrones se dirigieron automáticamente hacía aquella píldora rosada, la tomó con sus dedos y la inspeccionó,  no se veía maligna al menos no con ese tono rosa, lucía más bien inocente y algo inofensivo.

-Si no tengo nada,  no hay nada que perder… -murmuró mientras la puso en su lengua y terminando el último trago de agua.

Jadeo al sentir un ardor en su garganta y unos profundos dolores de cabeza,  entonces imágenes se lanzaron a su mente sin pensarlo.

“-Señorita, puede pasar.

-¡Canta para nosotros!

-¿Quieres ir una cita conmigo?

-¿Hablas enserio? ¿no es una de tus bromas?

-Jamás he estado tan seguro ***…”

La pelirroja se sujetó los cabellos mientras se lanzaba al suelo, aquél dolor de cabeza le estaba matando y las imágenes le golpeaban con tal rudeza que se sentía mareada.

¿Quién era ese hombre? ¿Porqué cuando iba a decir su nombre, ese extraño sonido apareció? ¿Cantar? ¿De quién eran estos recuerdos?

Más imágenes borrosas corrieron por sus ojos como si de una película se tratase,  esta vez apareció el mismo hombre de nuevo, alto y delgado, de cabello negro, pero su rostro… Su rostro estaba borroso, por alguna razón no podía verlo.

-Estás mostrando reacciones dolorosas, procuraré tener una cantidad menor la próxima vez.

Intento abrir los ojos,  puesto que la voz que había hablado se encontraba muy cerca, muy cerca, como si estuviera a pocos centímetros de ella, levantó un poco la mirada e intentó mirarle un poco,  solo observo una figura borrosa antes de hundirse de nuevo en la inconsciencia.

“Miró a su alrededor, parecía una habitación casual… había una cama grande, un closet en la pared y una mesa con un ordenador portátil en el, miro las enormes ventanas y ahí se encontraba alguien parado de espaldas… vestía ropa muy casual, su cabello era cubierto por una gorra naranja y parecía entretenido en algo puesto que soltaba pequeñas risas, la pelirroja se acercó más y observó un artefacto en sus manos… parecía un celular.

Aquella figura guardo aquel aparato y movió sus pies girando…”

-¡Ah!

Se despertó sobresaltada, ¿Qué había sido eso, un sueño? ¿una pesadilla? Sabía que esta figura era la misma de aquel vago recuerdo que le atacó hasta dejándola inconsciente,  y justo cuando estaba por girarse, tuvo que despertarse…

-¿Quién eres…?-murmuró en voz baja.- No, ¿quién soy?

El ruido del canto de unas aves le sobresaltó de nuevo y miró hacia los lados, no, todo seguía igual. A excepción de una bandeja, de nuevo tenía un vaso de agua y su lado una píldora rosada.

Decidió beber del vaso y dejar la pastilla ahí, no quería tomarla, no quería volver a pasar por esos horrorosos dolores de cabeza de nuevo, no quería terminar desmayándose a causa del dolor otra vez.

Observó que la habitación lucía más brillante que la vez pasada, tal vez era de día afuera. Podría ser el mediodía o quizás las 11 o 10 de la mañana, la hora podría variar, también la fecha. Se sobresaltó cuando la puerta se abrió, de pie en el umbral, un alto hombre la miraba detenidamente.

-Veo que has despertado… Dormiste bastante.- Río entrando cerrando la puerta detrás, la pelirroja le miraba confusamente, no sabía quien era aquella persona ni mucho menos lo que le decía o porque la tenía ahí.

-Tú… ¿tú me conoces?-Preguntó con su voz rasposa, puesto que no había hablado desde que cobró la conciencia por primera vez. Hasta se sorprendió de la melodiosa que podía sonar.

-Toda America te conoce.-Contestó aquél hombre.- A ti, a tu grupo.

-¿Mi grupo? ¿A qué te refieres? ¿De qué estás hablando? ¿Sabes como me llamo?- Pregunto rápidamente moviéndose un poco más cerca de aquel extraño.



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En el texto hay: musica, drogas amor y celos

Editado: 14.06.2018

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