Quiero abrir los ojos, pero me cuesta, mis párpados pesan estoy mareado y confuso, solo escucho mucho ruidos y voces por todos lados, lucho contra la pesadez, hasta poder abrir los párpados. La luz me sega esta todo blanco me tomara unos segundos hasta que mi vista se acostumbre a la luz, solo veo todo blanco con manchones negros.
No puedo diferenciar donde estoy, mi cuerpo pesa como si cargara con miles de piedras, creo que por ahora no me levantare, mi vista empieza a mejorar gradualmente y veo paredes de color blanco y siento un olor específico solo de ciertos lugares, huele a exceso de limpieza, y lo confirmo al ver una chica vestida completamente de blanco que pasa frente a mí.
Es joven debe tener unos 20 o 22 años cuando mucho, se ve ocupada y en sus manos unas tablillas llenas de hojas las cuales revisa una por una. Nota que la miro fijamente y voltea a verme, su expresión al verme cambia, creo que se asustó, como si hubiera visto un muerto, se lleva la mano a la boca de la impresión, y camina rápidamente a la puerta para salir de la habitación.
Que vio esa enfermera no lo sé, no creo ser tan espantoso como para causar esa reacción, me trató de inclinar hacia arriba pero no puedo mi cuerpo está muy débil y me mareo rápidamente, al parecer llevo una bata blanca con líneas azules típicas de las clínicas hospitalarias, el cuarto es totalmente blanco, con una ventana de cristal que me imagino dará a una gran vista, quizás cuando me paré logre verla.
La puerta se abre y la primera en entrar es la enfermera la cual ya no veo tan asustada, esta vez no vino sola, con ella entran una mujer mayor y una chica un poco menor que yo.
La mujer al verme sale corriendo hacia mí, la chica hace lo mismo, de los ojos de la mujer empiezan a caer lágrimas.
- Dave mi hijo mayor despertaste - dice la mujer.
Creo que acaba de llamarme Dave e hijo mayor. Trata de recordarlo, pero no puedo, sigo tratando, pero es inútil, es como si no lo conociera, no logro recordar mi propio nombre.
La mujer mayor se me queda viendo esperando una respuesta, pero yo solo dije lo que pensaba.
- ¿Quién es usted señora? -
La señora se sorprende su cara de felicidad cambia, ahora parece tener miedo a seguir preguntándome. La chica a su lado me mira con intriga.
- Hermano estas bien - dice la chica.
La chica me dijo hermano, pero no la conozco ni tampoco a la señora, aun mas importante, porque no puedo recordar mi nombre.
Quiero recordarlo, necesito saber mi nombre, pero hay un vacío no puedo recordar nada no recuerdo porque estoy aquí, o quienes son estas personas.
El pánico me invade, quiero pararme, pero no puedo, quiero recordar mi nombre, pero no puedo. La cabeza empieza a doler, duele mucho como si estuvieran introduciendo agujas, muchas agujas. Llevo mis manos a la cabeza y traro ponerlas en mis oídos, pero el silbido no calla, ni el dolor desaparece.
- Dave calmante - Grita la señora.
- ¿Qué le pasa a mi hermano? -
- Hijo que te pasa, soy yo tu madre -
¿Mi madre?, pero nunca la he visto en mi vida, quien es esa señora, las agujas siguen entrando en mi cabeza y el silbido aumenta en mis oídos, no lo puedo soportar, los gritos empiezan a salir por mi boca.
- Señora usted y su hija deben salir por favor - dice la enfermera.
La señora y la chica salen con cara de asustadas, y entran más personas de blanco no se cuentas, no puedo contarlas el dolor no me deja, apenas puedo abrir los ojos.
- ¿Chico que te pasa? - grita alguien.
- ¿Te duele algo, te duele la Cabeza? -
Apenas con el último aliento que me queda le respondo:
- Si -
Pasan unos segundos y siento un pinchazo en mi brazo derecho, siento como me inyectan algo.
El dolor fue desapareciendo poco a poco, y al cabo de unos minutos ya no sentía nada, ya las agujas habían desaparecido y el silbido no sonaba en mis oídos.
Me inyectan una segunda vez, del dolor del pinchazo abro los ojos y antes de caer dormido veo un señor con una bata blanca, de cabello semi canoso piel blanca y una sonrisa en su cara.
- Duerme chico, esto apenas comienza - ..............