- Esta conversación sera grabada, señorita - tuerzo mis dedos en señal de nerviosismo, una manía que tengo desde que era una niña pequeña - Día 22 de Septiembre del año 3000, hora 6:35 PM, zona restringida, laboratorios de armas nucleares, especialista... - se detiene y me mira - ¿como es su nombre, señorita? - sus ojos me analizan en busca de algún rastro de culpa, pero lo único que tengo en mi cabeza...es conmoción.
Mi cabeza solo puede precisar ese instante, no puedo enfocarme siquiera en las palabras que el agente dice, medito de manera lenta sus palabras, pero no soy capaz de procesarlas, no soy capaz de salir a la superficie y dejar de lado la bruma de confusión, ira y desespero que inunda cada poro en mi, cada célula, cada rincón en mi cerebro.
Pero como puedo, logro mover mi cabeza del punto inexistente en la pared y enfocar mi vista en el hombre con músculos de acero y ojos inexpresivos, junto a una sonrisa burlona y arrogante, y sus rudas facciones, tan duras que parecen talladas en roca.
- Puede volver a repetir la pregunta, por favor - susurro, en un intento por encontrar mi voz, la cual se ha ido después de...eso.
suena ronca, impersonal, ajena a mi.
- Su nombre - vuelve a repetir, su expresión curiosa y fastidiada solo crea un revoltijo de emociones en mi interior, pero no por él, sino por el recuerdo de hace unas pocas horas atrás.
- Amonet Sehkmet - susurro por lo bajo, en sus ojos puedo ver un atisbo de intriga, se lo que quiere decir, pero no dice nada.
- Muy bien, señorita Amonet, espero que no le moleste que le diga así - niego con la cabeza, incitándolo a proseguir - por favor, dígame que paso el día de hoy a las 3:40 PM, en los laboratorios de fabricación de armas nucleares - su voz suena severa, fría como tempano de hielo, mas dura un diamante.
- Una de las armas fue encendida remotamente, accediendo a los servidores y dando autorización para iniciar el proceso de despegue hacia cierto punto determinado, después, todo se... - trago al intentar recordar bien que es lo que pasó, pero solo encuentro oscuridad - todo se volvió oscuro y...y las personas gritaban, todos decían cosas extrañas pero no entendía que pasaba ... - susurro al borde del llanto, el solo recordarlo hace que mi pecho arda de culpa sin razón aparente.
- ¿Tiene en cuenta que el lugar se lleno de radiación y ustedes, siendo el punto central, fueron los mas afectados? - asiento con la cabeza - entonces, podría ser tan amable de explicarme, como demonios es que usted, siendo la mas cercana al punto de radiación, estando justo encima de la detonación, esta viva, mientras que los demás están muertos por heridas fatales o a causa de la misma radiación - muerdo mi labio reprimiendo las ganas de gritar.
- No lo se... - susurro, sintiéndome impotente ante la situación.
- ¿No lo sabe? - su voz es brusca, enojada - entonces, explíqueme que es esto - me muestra imágenes mías, pero no entiendo, no se que es lo que quiere que le explique.
- No...no entiendo - susurro, detallando las fotografías.
-Esta es usted, señorita Sehkmet, al parecer, estaba saboteando las comunicaciones del misil nuclear - niego con la cabeza, espantada ante la idea - ¡no lo niegue! - grita y golpea la mesa, asustándome, pero la rabia de que me culpe de algo que no hice, puede mas que mi razón.
- ¡Eso es una completa locura! - grito desesperada - incluso para usted, Agente, se ha encargado de seguir mis pasos todo el tiempo, incluso cuando voy al jodido baño, ¿enserio cree que perdería mi tiempo saboteando algo que yo misma creé? - en sus ojos se puede ver reflejada la tristeza y la decepción, con un poco de entendimiento, por un momento, veo los ojos de un hombre y no de una bestia.
Pero de la manera como llega, es de la manera como se va, rápida, incluso creo que fue mi imaginación haciéndome una mala pasada. ¿que le han hecho a este hombre?.
- Bien, tiene un punto, pero entonces... - se cerca a una carpeta roja la cual solo tiene una foto en ella, me mira como un cazador a su presa, como si supiera que con eso, podrá comerme viva, se acerca con cautela, su piel es blanca y se ve suave como la porcelana, haciendo un contraste perfecto con sus penetrantes ojos negros y su cabellera igualmente negra, haciéndolo ver tremendamente aterrador, su cuerpo fornido debido a las altas horas de rendimiento en el gimnasio ademas de las practicas incesantes en lo que supongo yo, es boxeo, y ese traje negro...ese traje negro le da un aura oscura al ambiente...
Definitivamente tengo por seguro que lo que sea que hay en esa carpeta, no me va a gustar...
- Explíqueme esto - deja la carpeta a mi merced, esperando a que yo misma cave mi tumba, y aunque no quiera, la curiosidad en mi interior puede mas que la sensatez.
con cautela, abro la carpeta sintiendo mi mundo temblar ante la visión que mis claros ojos me ofrecen...
Observo todo a mi alrededor sintiendo esos extraños sonidos en mi cabeza que por años me han torturado, poco a poco, las luces toman mas y mas fuerza, lastimando mis ojos, las paredes tiemblan a mi alrededor como un terremoto de nivel 8 en escala Richter, las personas poco a poco se difuminan en mi campo visual, dejando solo cenizas a mi alrededor, parecidas a las que caen de un volcán a punto de hacer erupción, y después, solo siento calor, mucho calor, como si mi sudor fuera lava ardiendo y yo fuera el volcán a punto de estallar, a punto de ser consumido por su propio poder...