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Me tomó varios minutos despejar mi mente, tomé una ducha rápida y me llené de café… Con el paso de los minutos mi cuerpo se relajó un poco pero…aquellos palabras del profesor

 “ están aquí, nunca se fueron…”

 se repetían en mi mente casi obsesivamente… Y entonces, con la tercera taza de café, lo recordé…

¡Ojos violetas…!

Yo había visto unos ojos violetas…y ellos me habían visto a mí…Y no podía ser sólo producto de la sugestión, cuando los vi, en aquella esquina solitaria, nadie me había hablado aún de reptilianos ni vacas mutiladas…ni del pequeño Mew Hunter… 

Mi instinto me susurró entonces que no había sido un simple sueño… y lo decidí…Ese día no sería un simple día para buscar trabajo…Tenía otras cosas de las que ocuparme también… Buscaría a mi viejo profesor… Necesitaba hablar con él…

Si había una explicación para lo que esraba sucediendo en Lilloet, entonces él la sabría...