Amor a primera vista: El secreto que los unió y los separó

CAPITULO 3

 

Luego de la batalla campal que formamos ahí adentro, y darles unos buenos golpes a thiago, nos salimos afuera con Lila, la verdad que me dolía la pierna, la cara y las manos,

-¿Estás bien? -me preguntó Lila.

-Sí, me duele en algunos lados nada más. ¿Y tú estás bien?

-Sí, la verdad es que me divertí- No me parecía raro que le parecieran divertidas estas cosas. Bueno, para mí también lo fue, pero jamás lo voy a admitir.

-Estás loca. Mejor vámonos. Pueden llamar a la policía y si eso pasa, no quiero estar aquí.

Lila y yo salimos del lugar rápidamente. No quería estar allí cuando llegara la policía. Mientras caminábamos, me di cuenta de que Lila estaba actuando de manera extraña. Parecía nerviosa y no dejaba de mirar hacia atrás.

-Segura de que estas bien?- le pregunte ya preocupada

-Si, solo que... nada nada 

-Como que nada? que paso Lila?- Ya me estaba preocupando.

-No nada, solo que... y si thiago se enojo, y si después te va a buscar y si..- la corte

-No te preocupes por eso. En una semana vuelve mi mamá de su viaje - intenté tranquilizarla.

-Sí, pero mientras no esté, ¿te quedarás sola en tu casa? - Lila a veces se preocupaba demasiado por las cosas.

-Voy a estar bien, Lila... - intenté asegurarle.

-No, o te quedas esta semana conmigo en mi casa o yo me quedo en la tuya.

-Lila, no hace falta, voy a estar bien.

-No, esta noche me quedo contigo en tu casa y mañana hablamos.

-Está bien, si eso te hace sentir más tranquila, está bien. Pero avísale a tus padres, yo voy a llamar un taxi.

-Ok -Se fue para llamar a sus padres

 Finalmente llegó el taxi, y cuando estábamos a mitad de camino para llegar a mi casa, Lila le susurró algo al oído al conductor, quien rápidamente giró en una esquina.

-Lila, ¿qué pasa? ¿A dónde vamos? - Vi esto en las películas, no es nada bueno que el taxi se desvíe del camino.

-Tranquila, te prometí que nos íbamos a divertir y eso vamos a hacer.

-¿Qué? ¿Pero a dónde vamos?

-A otra fiesta. No llamé a mis padres, llamé a mi hermano para que me dijera dónde era la fiesta que su amigo organizó, que obviamente le gustó, por eso me invitó, pero piensa que no lo sé porque es un tonto, como mi hermano.

-Ah, pensé que ya nos íbamos a mi casa.

-No, hasta las 5 o 6 de la mañana, no volvemos.

-Pero, ¿dónde es?

-Ya conoces el lugar, una vez fuimos, es una discoteca. Vamos a estar en la zona VIP si quieres, a mí me da igual.

-Bueno¿ esta muy lejos?

- A unos 10 minutos de aquí, cerca. - Y se empezó a retocar el maquillaje. - Me tengo que arreglar rápido si no quiero que mi hermano me vea así.

- A cierto - me puse a retocar mi maquillaje y mis pelos yo también.

Cuando llegamos recordé que sí ya habíamos venido aquí, y nos habíamos divertido un montón. El lugar es fantástico, es una de las discotecas más famosas del lugar, es grande y muy espaciosa. Había muchísima gente en la pista de baile, pero igual había muchos espacios libres. Maravilloso lugar. Nos íbamos acercando a la barra y vimos que estaba el hermano de Lila, Axel.

-¡Eh, chicas, acá! - parece que nos estaba esperando. Nos acercamos para saludarlo.

-Hola, Axel - lo saludé - ¿cómo estás?

-Bien, divirtiéndonos - Parece que se dio cuenta de algo, por la mirada que le dio a Lila- ¿Paso algo?¿ por eso viniste acá?

-No, no paso nada - dijo Lila con una sonrisa nerviosa -

-Ya veo - dijo Axel con una mirada sospechosa - bueno, no importa, lo importante es que están aquí. Les presento a mis amigos, ellos son Leo, Sofía y Martín.

- Hola, mucho gusto - dije, por que Lila ya los conocía seguro, así que solo asintió en forma de saludo. 

-Hola, chicas, bienvenidas - nos saludaron ellos con simpatía.

-¿Qué les parece si nos tomamos algo y luego vamos a bailar? - propuso Axel.

-Me parece bien - dije yo.

-A mí también - dijo Lila.

-Bueno, entonces, ¿qué quieren tomar? - preguntó Axel.

-Yo quiero una cerveza - dije yo.

-Yo también - dijo Lila.

-Ok, entonces, cuatro cervezas y una margarita para mí - dijo Axel - ya vuelvo.

Axel se fue a buscar las bebidas y nos quedamos charlando con sus amigos. Leo era el más divertido, contaba chistes y anécdotas que nos hacían reír. Sofía era la más tranquila, pero muy amable y simpática. Martín era el más callado, pero tenía una mirada intensa que cautivaba. No podía dejar de mirarlo, y él tampoco a mí. Pero no sentía nada por él, solo curiosidad. Tampoco sentía nada por nadie más. Estaba feliz de estar ahí con Lila y los amigos de su hermano, disfrutando de la noche. No necesitaba ningún amor, solo diversión. Así que cuando Axel volvió con las bebidas, brindamos por nuestra amistad y nos fuimos a bailar. La música estaba a todo volumen, las luces de colores iluminaban la pista, y nosotras nos movíamos al ritmo. Nos olvidamos de todo lo demás, solo importaba el momento. 

 Seguimos bailando y pasándola bien, hasta que de repente, sentí una mano en mi hombro. Me giré y me encontré con una cara desconocida. Era un chico moreno, de ojos claros, que me sonreía con confianza.

-Hola, ¿cómo estás? - me dijo con una voz seductora.

-Hola, bien, ¿y tú? - le respondí, sin interés.

-Bien, bien, te vi bailando y me gustaste. ¿Qué haces por aquí?

-Vine con unos amigos - les señalé con la mano.

-Hola, mucho gusto - dijo el chico, sin mirarlos.

-Hola - dijeron ellos, con indiferencia.

-Y tú, ¿cómo te llamas? - me preguntó el chico, acercándose más a mí.

-Me llamo... - iba a decir mi nombre, pero me interrumpió.

-No importa, no hace falta que me digas tu nombre. Solo quiero bailar contigo, y pasarla bien. ¿Qué dices?

-No, gracias, no me interesa - le dije, apartándome de él. Parece que hoy me iba a encontrar con idiotas en todos lados. 




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