-Deja de hacerme esto.- Comento confundido.
-¿Hacerte que?- Respondí sin entender un carajo lo que me quería decir.
Apretó su mandíbula y cerro los puños haciendo demasiada fuerza, nuestras respiraciones aumentaron lo mire directamente a los ojos, aquellos con los que me hacía temblar, con los que me sentía protegida pero a la vez me sentía en peligro, los causantes de sentir mis piernas como gelatina, en ese momento no había nadie más que él y yo, solos en la profundidad de nuestras miradas.
-Hacerme sentir tan vulnerable, hacerme sentir como que si no pudiera vivir sin ti, sentir que eres la luz que ilumina mi camino, eres el bien que llega a mi vida, la esperanza que inunda de alegría mi corazón.- Comento incrédulo y sonriendo…
¡Tori! -dice mi subconsciente- reacciona y dile algo, te acaba de confesar lo que le provocas y te quedas muda ¿no vas a decir nada?
-¿Te comieron la lengua los ratones?- dijo sonriendo y mordiéndose el labio inferior.
-Ammm, no sé qué decir en verdad, nunca me imaginé que el chico más guapo de este instituto me diría lo que me acabas de decir, no me lo espera…- No pude terminar de hablar, pues sentí sus labios sobre los míos, al principio no se lo correspondí porque me encontraba en shock, después de unos 3 segundos le seguí el beso, tire los libros que tenía en mis brazos para tomarlo por sus mejillas mientras él me tomaba por la cintura y me apretaba cada vez más hacia él, después de un largo rato nos separamos para poder respirar.
-Wow- respondí sin aire en mis pulmones, mi respiración era cada vez más acelerada, pero en mi cara se dibujó una amplia sonrisa mientras bajaba la mirada y entrelazaba mis dedos con nerviosismo sin saber que decir.
-El tomo mi barbilla y levanto mi rostro para que pudiera verlo a los ojos.- Tranquila, no te pongas nerviosa.- Me dedico una media sonrisa la cual yo respondí de la misma manera y lo vi alejarse con mi mascada en su mano.