Farah estaba muy inquieta, sentada al lado de un hombre tan fuerte y guapo como lo era Farid.
Soltó un suave suspiro y se recostó en el asiento del coche, pero se irguió con rapidez, cuando al girar la cabeza para mirar a Farid, notó que este la miraba con intensidad y continuó mirándola así, durante unos segundos que parecieron eternos.
Ella se removió incómoda en el asiento y le dijo:
-por favor, mire hacia delante, señor. No quiero que vallamos a chocar.- Farid sonrió de medio lado y miró nuevamente al camino. Luego le preguntó a la joven:
-Estás bien? - ella lo miró tan sólo un segundo y le contestó:
-pues yo…. Sí, estoy bien. La verdad estoy sorprendida por la facilidad con la que pudimos salir de ese horrible lugar; aunque estoy muy preocupada por Bella… ehh… quiero decir, Jamileh. No se que le puede estar haciendo ese bábar…es decir, su amigo -
Se corrigió Farah, pudiendo evitar insultar al jefe y amigo del hombre con el que estaba a solas, en medio de lo que parecía ser, las montañas. La verdad la aterraba provocarlo.
Aunque él hasta hora se había portado muy bien con ella, la chica sabía, que esos tipos en el fondo, eran impredecibles y crueles.
Él le contestó de inmediato:
-Puedes estar tranquila, Farah…- Ella se puso más nerviosa por lo que sintió al escucharlo decir su nombre, como si fuese una caricia. Él continuó:
-Ella estará bien también. Está con el hombre más capaz y cuidadoso qué hay en este país. Y con respecto a la facilidad que tuvimos para salir del palacio con bien, pues realmente y aunque tus padres sean quienes son, los ojos de nuestros miembros en lo que respecta a ustedes, están puesto en Bashir. A ustedes las están utilizando para, o ganar puntos con el líder a través de su hijo, claro si Bashir hubiera querido quedarse con la americana, o para que el líder se de cuenta de que su hijo, nunca pertenecerá a nuestro grupo. Hay algunos que quieren tomar el lugar de liderazgo que tiene mi amigo Bashir. -
Farah abrió los ojos como platos, al escuchar lo retorcidos que eran esas personas y le dijo a Farid:
-Pero cómo él puede quedarse en un lugar en que le tengan ese resentimiento?- Preguntó horrorizada la chica. Farid le contestó:
-Eres tan ingenua; pero debes saber que en todas partes se enfrentan retos y malas intensiones, así que escapar de un lugar por los inconvenientes que se presenten en el, no te garantiza que tu vida sea color de rosa en otro al que huyas -
Ella lo miró sorprendida por su filosófico análisis. Él, a parte de apuesto, al parecer era bastante inteligente y analítico. Farah le dijo, con sumo cuidado:
-Pues mi amiga quiere proponerle que se valla con ella a nuestra tierra. No crees que tal vez él estaría mejor en el país donde, al parecer se crió, y que por supuesto, esta mucho menos complicado que este? -
Farid sonrió divertido por la ingenuidad que, cada vez más, mostraba ella y le aclaró:
-Quizás para tu amiga y para ti esa sea la mejor opción, pero imagínate lo que le harían a mi amigo siendo un “terrorista talibán”, como nos llaman ustedes, si llegara a América. Y claro, y eso sería en el casi imposible caso que pueda llegar allá, pues siendo de apariencia afgana como es y sin tener documentos americanos…. Bueno mujer, que Bashir pueda salir de este país ayudado por tu gente, es realmente imposible. -
Farad lo escuchó muy sorprendida por la dureza de sus palabras, pero precisamente su aplastante lógica, fue lo que la hizo preguntarse, en cómo a Bella y a ella, no se le había ocurrido la imposibilidad que tenían los planes de su amiga. Farad sintió mucha pena por Bella, pues se iba a decepcionar mucho.
En ese momento, Farid le dijo, sacándola de sus pensamientos:
-y tú? A ti no te gustaría llevarte algún otro talibán de
souvenir?-
Farah lo miró indignada y se puso furiosa, cuando lo vio sonriendo todo guapo y burlón.
Le dijo para bajarlo de su nube:
-la verdad no soy muy fan del terrorismo… señor.- trató de sonar lo más “amable” que pudo, para que él no pudiera tildarla de mujer irrespetuosa, pero vio sorprendida como este soltaba una carcajada.
Luego él se puso algo más serio y la miró directo a los ojos, haciéndola contener el aliento.
-Pero contéstame algo, Farah; no te gustaría quedarte en la que realmente es tu tierra… conmigo? Te prometo que seré un buen esposo y te protegeré.-
Ella pestañeó sin poder creer lo que escuchaban sus oídos. Pensó que era una broma del talibán, así que le contestó reprendiéndole:
-no debe de jugar con esas cosas, señor Farid. Además debe saber, que al vivir tanto tiempo en América, mi padre lleva una vida monógama y yo me he acostumbrado a ella; así que nunca aceptaría un matrimonio donde tuviera que compartir a mi esposo-
-ahhh, me quieres para ti solita, no? - le dijo él, muy divertido con sus ingenuas reacciones.
Luego se puso algo más serio para tranquilizarla y comenzó a mirar a su al alrededor. Luego le informó:
-ya estamos casi llegando a nuestro destino. Es una cabaña de las montañas en la que Bashir y yo, nos escondíamos cuando queríamos evadir los largos discurso de los líderes que planificaron la revolución. Pasamos unos años cerca de estas montañas en la frontera con Pakistan, así que como nunca nos encontraron aquí en ese entonces, esperamos que no lo hagan tampoco en este momento. De seguro Bashir y tú amiga nos alcanzarán allí, en unas horas…. Eso es si todo salió bien con ellos, claro.-
Farah lo miró horrorizada al escucharlo decir esto último, y comenzó a mirar hacia atrás, para ver si se vislumbrara algún vehículo en el que pudiera venir su amiga. Rogó a Alá, porque Bella estuviera bien, pues además del peligro que corrían por escapar, esta andaba con su amado y malhumorado enemigo, a su lado.
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