De forma utópica, entras en mi mente para recordarme que estoy completamente loco
Y es verdad, lo estoy
Nunca se me paso por la mente encontrar a alguien como tú, con fantasía de Bukowski, con rutina dividida entre Neruda y Benedetti, con noches en vela al estilo de Alighieri
Tu vida es una antología de emociones con nombre y apellido y no hay tregua, así lo escogiste y así será, te amo y no lo sabía hasta hace veinticuatro horas. Las otras trecientos ochenta y cuatro fueron una apertura para lo que lo que llamo "un buen café".
No se cómo lograste colarte entre las cosas que suelo pensar en días de frió melancólicos, de verdad me sorprendes y cada día más, me atrevo a decir que te conozco como para confiarte mis sentimientos más oscuros, apostaría cualquier cosa que te enamorarías de ellos y los convertirías en fantasías, las cumpliría de una en una sin basilar.
Te soñé entre rosas rojas y sábanas blancas. Te mirabas hermosa, una diosa elegante entre las amapolas bajo un cielo lleno de luciérnagas adornando el firmamento. Nunca me pidas perdón, te lo repito a diario y a diario me lo pides.
¿De verdad me amas? No es que no te crea, es porque lo creo y quiero que me lo confirmes y así experimentar los 101 latidos por segundo de la primera vez.
No tengo mucho que decirte y no es porque no piense en nada, es que, porque tengo tantas cosas en mente que quiero guardar una para cada día, así te termino de enamorar completamente.
Muchas veces me preocupo mucho por ti, de repente siento una necesidad exagerada de llamarte y saber cómo estas, pero el umbral de mi conciencia me agarra de la mano, en ocasiones hasta me aconseja. En ocasiones me deja tomar buenas decisiones, en otras me deja en ridículo.
Setecientas veinte horas fue la cuota que me diste para asegurar algo que ya hizo su apertura triunfal. Amarte a ti no es lo mejor, pero es perfecto es la excusa para tener en que pensar en las noches, el pretexto para deshacerme de mi rutina.
No estás sola, me tienes a mí, porque además de mi amante eres mi mejor amiga.