Esta carta va dirigida a ese amor que se marchó en pleno tentempié, dejando a cuesta el imparcial secreto de llorar después de una película de amor.
He decidido regalar tu nombre
Y no es por nada en especial, no lo necesito
Me sobra ese sentimiento de monogamia
Que tenía entre tus ojos, tus labios, cordilleras y algo mas.
La vida se volvió más cruda a los dieciocho
Tú con tu sueño de ser escritora y yo,
con la certeza de ser artista en general y pintor en particular.
Dado los años nos conocimos después de una charla motivacional
Conocernos de verdad, los típicos "hola" y los "a mí también" no se dieron a esperar
Y no porque quería caer bien contigo, simplemente era así y lo sabes.
En ese entonces le tenía miedo a muchas cosas, como hasta ahora
Pero, antes sufría más con ellos, bueno solo con unas cuantas
Mis miedos se revolcaban con el vacío, que la verdad no era de mi agrado
Y como brabucón de secundaria de escuela pública, este me acosaba
Me daba unos buenos golpes, en muchas ocasiones me dejaba sin aire... era un desastre o mejor dicho, lo soy.
Mi vida antes de ti, estaba acompañada de otra manías
un poco más sutil como de costumbre
en una esquina estaba el vacío que ya hablamos de él,
en otro lado estaba la soledad, divina soledad
en otro estaba la melancolía que si no fuera por lo llorona que es
me hubiera quedado con ella, en ocasiones escribe de maravilla
también estaban el dolor y la verdad
pero son un poco innecesarios para ser franco.
Pocas veces me asomo a la ventana de lo desconocido me siento a tomar él te
Mi soledad se hace pasar por infante totalmente inmaduro, odio eso trato de ser alquimista de corazones galácticos, príncipe interestelar, chetcito y cosas así.
Me subo a la marea del conocimiento abstracto al cual se uno el sentimiento involuntario de amar la vida a pesar de todo, de odiar a pesar de nada (un juego de palabras tan antiguo como la realidad misma, cabe hasta en un poema infinito como esta).
Pienso construir un puente inmenso en mi universo paralelo que solo aparece cuando escribo, conectare tu realidad volumétrica con mi mundillo interestelar, ley de platónica... ley de atracción.
Escribí una historia para ti, titulada Algodón de Azúcar.
Aun no sé qué hacer para poder estar en paz contigo, quisiera decirte las mil y una razones por las cuales no dejo de sentir, lo que siento por ti. Pero ya no me tomas enserio, te alejas con el paso del tiempo y me duele. Te alejas en la inmensidad, en cada palabra escrita, en cada frase pronunciada. Dichosas las estrellas que te ven, contemplan aquel umbral de divinidad infinita que desprendes, creando una corona lunática... globlatica, esperare por tu regreso.