Rencor

Y desde entonces no he podido tocar una puerta más de dos veces, ni siquiera hacer una segunda llamada a alguien que no responda mi llamado, tampoco he podido ver una película más de dos veces.

Y es que tu ausencia me enseñó a que no hay segundas oportunidades, de hacerlo la primera no sería válida y la oportunidad nueva se convierte en la original, ya que la confianza después del rencor ya no es la misma. Tu ausencia me dejó una historia inconclusa en mi cabeza, un libro sin terminar, un poemario al cual actualizar cada mes cuando tus recuerdos se apoderan de mi silencio, me dejaste una querida amiga a la cual no puedo abrazar sin lastimarme. Pocas veces hablo de ti, soy incapaz de mirarte a los ojos de tu ausencia y me sentiría culpable si nombró el nombre de tus silencios.

No he vuelto a pronunciar tu nombre, en las noches de cielo estrellado busco el mapa para llegar a la verdad de tus ojos y esconderme en la mentira de tus labios diciendo "yo también".