Lu y yo estábamos esperando a los chicos en una plaza cercana, hoy 4 de abril era el día en que todos saldríamos juntos. Lu fue la de la idea, pensó que era una buena forma de celebrar que había pasado sus exámenes (aunque en realidad era una excusa para poder salir de fiesta), de cualquier forma, salir con amigos era una buena forma para cambiar de ambiente. «y seguro que a él le vendrá bien…»
—Oye, ¿a qué se debe esa sonrisa? —me preguntó Lu en señas.
—A nada, pero ¿no se están tardando mucho? —respondí de la misma forma.
—Es extraño que estés tan ansiosa… ¿es por Alex?
Las palabras de mi amiga me sorprendieron a tal punto que creí haber balbuceado algo inentendible para ella, pues puso una expresión de extrañez, aunque al segundo siguiente esa extrañeza se había convertido en una sonrisa maliciosa y tenebrosa.
—Ni se te ocurra… —no pude terminar cuando ella ya estaba hablando.
—Dime una cosa, ¿qué te gusta de ese chico? —preguntó en señas a la vez que movía sus labios sin dejar esa expresión de curiosidad —. Es decir, sí es un poco atractivo, pero su personalidad es muy deprimente la mayoría del tiempo. Es decir ¿sabes lo difícil que fue invitarlo?
—¡Alex no es deprimente! —aseguré con expresión seria —. La primera vez que nos encontramos parecía alguien muy solitario, luego mamá me contó lo que le sucedió, y cuando hablamos en el hospital pude ver cómo se divertía y disfrutaba estando conmigo. Lo considero alguien muy importante… y quiero que él lo sepa.
Miré la palma de mi mano y recordé nuestra forma tan curiosa de comunicarnos. No me había dado cuenta de cuando empecé a sonreír, «creo que Lu tiene algo de razón» pensé, yo disfrutaba bastante la compañía de Alex, y estaba segura de que él disfrutaba la mía. Quizás fuera porque éramos iguales, ambos teníamos dificultades para relacionarnos con los demás, no percibíamos el mundo como los otros, pero sobre todo éramos incapaces de relacionarnos normalmente sin la ayuda de algún dispositivo o alguien externo.
«¿Y si solo me agrada porque somos parecidos?» El pensamiento llegó de pronto a mi mente y con él aparecieron un montón de dudas en mi cabeza, pero lo que más me extrañó fue la punción que sentí en mi pecho. La imagen de la chica de ojos verdes abandonandolo aparición en mi mente, Vanessa lo había abandonado cuando ya no eran iguales, pero yo no lo iba a hacer «¡Claro que no!, Alex es mi amigo y no planeo abandonarlo»
De pronto sentí una mirada a mi costado, era Lu quien me observaba con sus ojos fijos en mí, y con una sonrisa muy satisfactoria en su rostro. «Ahora ¿qué se estará imaginando?» pensé.
—¿Qué?
—Nada —dijo en señas, pero su expresión indicaba todo lo contrario.
—No sé qué piensas, pero te equivocas.
—Ay, eres tan tierna cuando te averguenzas —leí en sus labios e inmediatamente me abrazó de un modo muy fuerte, casi asfixiante.
Comenzaba a faltarme el aire por el abrazo de Lu, ella siempre hacía estas cosas conmigo, pero nunca veía que lo hiciera con otra persona. Era extraño, pero lo fue más cuando, repentinamente, se separó de mí. Con una mirada seria y una notable expresión molesta vi como hablaba con alguien.
«¿Alex?» pensé con entusiasmo, pero al voltearme no vi al joven de pelo corto y lentes de sol que siempre tenía una mirada seria en su rostro. No, en su lugar vi a un chico moreno con cabello enrulado y una expresión tan relajada y jocosa, que supe de inmediato que era él el objetivo de la mirada dura de Lu «es el tipo de persona que ella más odia» agregué con curiosidad.
El chico me notó y traté de disimular mi decepción, con un saludo y una sonrisa, pero él se tronó los dedos y, con una sonrisa muy confiada habló en señas.
—Hola Beatriz, me llamó James ¿cómo estás?
—Hola James, mucho gusto. No sabía que pudieras hablar en lengua de señas. Espero que nos llevemos bien —respondí del mismo modo.
El joven, que anteriormente se veía tan confiado de sus acciones, empezó a ponerse muy nervioso; pasaron unos segundos y el chico le dirigió una mirada de súplica a Lu, vi como ella suspiró con una notable expresión de burla en su rostro (probablemente hacia el chico) y dirigiéndose a mí, me habló en señas.
—Perdón Bea, pero este tonto intentó lucirse aprendiendo un par de palabras en lengua de señas, pero no sabe mucho más. Tendrás que usar el cuaderno.
Suspiré decepcionada, «y yo que me había ilusionado». De mi bolso saqué mi pequeño cuaderno rojo, hacía bastante tiempo que no lo usaba, Lu y mamá sabía lengua de señas, en mi trabajo no interactuaba con clientes todavía y con Alex… pues tampoco era una opción. De cierta forma me llenaba de nostalgia usarlo, por lo que escribí mi saludo para el chico.
“Un placer James, puedo leer los labios, así que si quieres decirme algo hazlo mirándome de frente por favor”
La mayoría de la conversación era entre James y Lu, yo permanecí un poco al margen, era interesante ver cómo ellos interactuaban, no era común ver a Lu tan abierta y honesta con alguien. Al parecer James era compañero de ella durante la secundaria (debió ser después de irme a la ciudad) y se habían reencontrado hace poco gracias a Alex. «No parece el tipo de persona con el que él conviviera» pensé con curiosidad.
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Editado: 12.04.2024